México D.F. Jueves 7 de agosto de 2003
Comprenderá territorios de ocho municipios
constitucionales chiapanecos
Unos 30 mil km2 quedarán en manos
de una sola junta de gobierno zapatista
El poder real de las autoridades rebeldes contrasta
con la poca presencia del Ejército
JUAN BALBOA CORRESPONSAL
Morelia, Chis., 6 de agosto. La
extensa e importante región conocida como Tzots Choj, que
a partir del sábado quedará en manos de las juntas de buen
gobierno zapatistas, es la que menor presencia militar registra. Pareciera
que fuera un territorio desmilitarizado donde sólo gobernará
la nueva autoridad del Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN).
Y no está muy lejos de serlo. El gobernador Pablo
Salazar ordenó hoy el acuartelamiento de todos los policías
sectoriales en municipios de las zonas Cañada, Norte y Altos, donde
ocurrirán las actividades relacionadas con el encuentro del EZLN.
Se evitarán patrullajes ordinarios y actividades rutinarias que
pudieran interpretarse como un hostigamiento, dijo.
El poder real de las autoridades zapatistas a lo largo
y ancho de los siete municipios autónomos -unos 30 mil kilómetros
cuadrados del territorio chiapaneco- contrasta, al menos en apariencia,
con la poca presencia del Ejército en las carreteras y en la cabecera
municipal del municipio gubernamental de Altamirano, otrora bastión
de soldados, policías y agentes de migración.
La fuerte presencia de la autoridad autónoma zapatista
es real en éste, el más extenso territorio de las cinco juntas
de buen gobierno que habrán de nacer oficialmente el sábado.
Tan real que han logrado tejer una red de salud, educación y vigilancia
que se mantiene vigente. Tan real que su presencia está actuante
en las decisiones importantes de la región: la política,
la religión y hasta el deporte.
Un gigantesco caracol -recién pintado- acompaña
la imagen de Emiliano Zapata justo a la entrada del moribundo Aguascalientes
de Morelia (sede de una de las cinco juntas de buen gobierno). En la loma
más alta de esta comunidad, habitada mayoritariamente por simpatizantes
zapatistas, el coro Luz de la Mañana le canta sin descanso a Jesús
de la Buena Esperanza antes de partir hacia Oventic, donde habrán
de morir los Aguascalientes y nacerán, el 9 de agosto, los
Caracoles y los nuevos gobiernos civiles del EZLN.
"Nuestro renacimiento político es real, tan real
que ahora estaremos presentes en todo México", dice con voz baja
Víctor, uno de los simpatizantes zapatistas de Morelia que
habrán de partir muy temprano el próximo viernes hacia la
comunidad de Oventic, en el municipio zapatista de San Andrés Sakam'chén
de los Pobres, para participar en los festejos por el nacimiento de los
cinco nuevos Caracoles.
Víctor habla quedito, tan quedito que los
teclados de la Tropa Tropical de Norber (mejor conocido como El Angel
de los Teclados) no se despejan de los oídos: "todavía
nadie se da cuenta de la importancia de las juntas, creen que es otra idea
tonta de los zapatistas, pero se darán cuenta de su importancia
muy tarde", agrega justo cuando salta del piso porque su equipo logró
un enceste espectacular en uno de una media docena de partidos que se organizaron
este martes para relajarse y festejar al santo patrón Jesús
de la Buena Esperanza.
En el moribundo Aguascalientes de Morelia todo
está listo para parir el nuevo Caracol del EZLN. Un letrero
de tres metros de ancho por tres de largo da la bienvenida con el nuevo
rostro de los zapatistas: TORBELLINO DE NUESTRAS PALABRAS, en lengua indígena:
MUC´UL PUY ZUTU´IK JU´UN JC´OPTIC. La figura de
Zapata con un rifle y el gran caracol. Este nuevo Caracol será
el poder político de las autoridades de comunidades tzeltales, tzotziles
y tojolabales.
Morelia, según el subcomandante Marcos,
será la sede de la junta de buen gobierno Tzots Choj, que
abarcará los municipios gubernamentales o constitucionales de Ocosingo
(una pequeña parte), Altamirano, Chanal, Oxchuc, Huistán,
Chilón, Teopisca y Amatenango del Valle.
Será la principal sede de las autoridades de los
municipios autónomos zapatistas de Diecisiete de Noviembre, Primero
de Enero, Ernesto Che Guevara, Olga Isabel, Lucio Cabañas, Miguel
Hidalgo y Vicente Guerrero.
La nueva junta de buen gobierno Tzots Choj (Corazón
del Arcoiris de la Esperanza), gobernará una región importante
para "el futuro de las autonomías indígenas", dice sin chistar
Víctor en el momento que se pierde en la oscuridad de la
iglesia del pueblo.
En un recorrido realizado este martes de Tuxtla Gutiérrez
al municipio gubernamental o constitucional de Altamirano, la presencia
del Ejército fue nula. Pareciera que de la noche a la mañana
los patrullajes desaparecieron y los retenes habrían sido retirados.
En los casi 250 kilómetros de carretera, sólo
una pipa de agua de los militares fue localizada en el tramo de Cushuljá-Altamirano.
Los retenes que existieron en el crucero de Cushuljá-Ocosingo-Altamirano
y el que se encontraba a la entrada de la cabecera municipal de Altamirano
ya no existen.
Lo extraño de esta aparente inactividad del Ejército
en la nueva región Tzotz Choj zapatista es que en la carretera
Ocosingo-Ruinas de Toniná, donde se encuentra ubicada la 36 Zona
Militar, también fueron suprimidos los retenes y las revisiones.
La aparente calma del Ejército contrasta con el
jolgorio y el bullicio en la comunidad de Morelia, donde los cantos religiosos
se mezclan con los teclados de la Tropa Tropical de Norber y los gritos
desesperados de los basquetbolistas zapatistas, que no le atinan al hueco
de una endeble canasta ubicada en el mero centro del poder zapatista: el
nuevo Caracol de Morelia.
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