El actual, "rito sin eficacia ni destino", argumenta

Plantea el PRI Informe con formato de comparecencia

VICTOR BALLINAS, ANDREA BECERRIL Y RENATO DAVALOS

La diputada Beatriz Paredes presentó a nombre de la fracción priísta una iniciativa para modificar el formato del Informe presidencial y modernizarlo, asemejarlo a una comparecencia.

Se propuso que el titular del Poder Ejecutivo remita el documento y anexos por escrito dos o tres semanas antes de su análisis, para que la Cámara de Diputados y el Senado los estudien y en la sesión del primero de septiembre el Presidente presente un resumen y escuche la respuesta del Congreso.

Asimismo, se considera que tenga derecho de réplica, escuche las posiciones de las diversas fracciones legislativas y responda preguntas de los representantes de las diversas bancadas.

"ƑQué pretendemos con esto? -se preguntó la legisladora-. Que haya un diálogo civilizado, en el que el Congreso, que es el auténtico representante de la pluralidad social, pueda puntualizar o profundizar ante el Poder Ejecutivo las cuestiones que considere deban clarificarse de manera mucho más expedita y objetiva."

La diputada priísta argumentó que la reforma que propuso al artículo séptimo de la Ley Orgánica del Congreso de la Unión obedece a que el formato vigente del Informe presidencial está agotado.

A lo largo de la historia, se señala en la propuesta priísta -esta iniciativa no fue leída ante el pleno de la Comisión Permanente por haber sido publicada en la Gaceta Parlamentaria-, el Informe ha mantenido "un carácter ritual y protocolario", sin eficacia ni destino. "Su origen se remonta a los días iniciales de la República, pero en lugar de servir para contener el poderío exacerbado del gobernante en turno, o para calificar la eficiencia, eficacia, honradez e imparcialidad, dio un hálito de infabilidad más teocrático que democrático, de un poderío paraconstitucional, dando un pretexto para someter a la soberanía popular de los legisladores en favor de la majestad presidencial, convirtiéndolo en el signo del presidencialismo descarnado y en el monólogo del autoritarismo providencialista y paternalista del Ejecutivo mexicano".

En la crítica de la fracción priísta a la ceremonia del Informe hay, empero, un reconocimiento "a la gran obra histórica de la Revolución Mexicana, de la que dieron testimonio importantes y espectaculares realizaciones de carácter material y extraordinarias aportaciones institucionales para la República". El informe pasó también por el recuento de las presentaciones anuales, que llegaron a constituir verdaderos catálogos de hechos y promesas, de expectativas y esperanzas, pero a la vez de desengaños y frustraciones.

"El día del Informe pasó así a ser no el día de la democracia y el diálogo, sino el día del presidente; no el día de la rendición de cuentas, sino la jornada para rendir tributo al gobernante en turno, para el saludo y el besamanos", abunda el texto.

Argumenta la bancada priísta que al perder legitimidad -el Informe del Ejecutivo-, por no haber logrado nunca su finalidad de carácter republicano, en lugar de

fortalecer la democracia desgastó la Presidencia, "restó credibilidad al trabajo gubernamental, se prestó a la chunga, a la burla, al escarnio popular y periodístico y desvalorizó hasta la opacidad al Poder Legislativo".

En la argumentación se señala que la información sobre lo que realizan los gobernantes, el modo y la forma en que lo hacen, el costo económico y social de las decisiones gubernamentales, "comienza con la exposición del cotejo entre los esperado y lo alcanzado, entre el programa y sus logros, a fin de juzgar el cumplimiento y la eficiencia, y de corregir en su caso las desviaciones, insuficiencias y si es posible la ineptitud".

Busca el PRD despojar al Presidente del "manto de faraón" durante el Informe

Por su parte, el coordinador de los senadores de PRD, Jesús Ortega, señaló que existe la posibilidad de convocar un periodo extraordinario de sesiones para modificar el formato presidencial y alargar el tiempo de sesiones del Congreso.

"En nuestra opinión, se busca que en el Informe el Presidente se quite ese manto de faraón, de tlatoani, y que establezca un diálogo con los legisladores; que los escuche y responda sus preguntas", destacó.

Ayer hubo reunión de las mesas directivas de las cámaras de Senadores y Diputados, y aunque se había informado que tratarían el punto del periodo extraordinario para modificar el formato del Informe, el punto no se tocó.

Por su parte, el coordinador de los diputados del Partido del Trabajo, Gonzalo Yáñez, declaró que el secretario de Gobernación, Santiago Creel, "ve con buenos ojos" que Fox esté presente cuando las bancadas fijen sus respectivas posturas previas a la lectura del Informe.

Concluida una breve reunión en Bucareli entre Creel y los petistas, Yáñez refirió que el funcionario estuvo de acuerdo en la pertinencia de adelantar a octubre la presentación del paquete económico anual que el Ejecutivo envía al Congreso, aunque aclaró que todavía lo tiene que platicar con el mandatario federal. Estuvo de acuerdo, indicó el petista, en que el trabajo del Legislativo se amplíe sustancialmente y pueda pasar de los cinco meses actuales a 12 meses.

En el encuentro al mediodía de ayer en Gobernación los petistas hablaron con Creel del periodo extraordinario. "Le dijimos que si éste no se concreta, el presidente Fox escuche a los partidos el día del Informe".

También le propusieron que se establezca la llamada afirmativa ficta. Con ese instrumento una iniciativa presentada tendría un plazo perentorio de dictamen que, una vez rebasado, obligaría a llevarlo al pleno para su discusión y eventual aprobación, comentó el legislador.