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México D.F. Sábado 2 de agosto de 2003
La gran retrospectiva del artista se abrirá
el próximo noviembre en Bellas Artes
A 4 años de su muerte, todavía no se
crea el fideicomiso Alberto Gironella
El pintor dispuso en su testamento esa instancia para
salvaguardar y administrar su obra
Casi listo, el recinto que alojará su archivo
y biblioteca de 8 mil 500 volúmenes
MERRY MAC MASTERS
Subversivo y transgresor, capaz de pasar de la ternura
a la cólera en cuestión de minutos, el pintor Alberto Gironella
(1929-1999), quien se manejaba frente a la vida con una pasión e
intolerancia simultáneas, condición que quedó plasmada
en su producción, cumple hoy cuatro años de muerto. Dentro
de unos meses será una realidad su exposición retrospectiva,
de más de 200 obras -pintura, objetos, trabajo sobre papel-. Además,
está a punto de terminarse la construcción de un recinto
para alojar su archivo y biblioteca de casi 8 mil 500 volúmenes.
Para
Mercedes Iturbe, directora del Museo del Palacio de Bellas Artes, donde
el 5 de noviembre será inaugurada la muestra, se trata de ''la primera
gran retrospectiva que se dará en relación con un pintor
tan relevante que, por una serie de razones, en vida nunca tuvo el verdadero
y sólido peso que merece su trabajo".
El propósito, afirma Iturbe, es hacer una exposición
que recuerde El entierro de Zapata y otros enterramientos (1972),
''de alguna manera" la individual ''afín al espíritu y universo
de Gironella" montada en la Sala Nacional, que de ''tan polémica
provocó la salida del entonces director de artes plásticas,
Jorge Hernández Campos".
El guión museográfico de la retrospectiva
-mucho más amplia, pues abarca todas las salas del recinto-, busca
ser ''consistente en cuanto a lo que fue Gironella y que la exposición
le corresponda verdaderamente", apunta Iturbe. Es decir, que se vean, no
sólo mediante la obra, sino en el planteamiento de la muestra, ''todos
estos aspectos que fueron determinantes en su vida, como la subversión,
la transgresión, la obsesión y la repetición que,
de algún modo, se manejan en todos sus temas, que siempre se vinculan
con personajes míticos o reales, determinantes en su trabajo".
Heredero de Velázquez, El Greco y Buñuel
Gironella, continúa la entrevistada, se siente
un heredero de Velázquez, también de Goya, El Greco
y desde luego Buñuel, a quien consideró su mejor amigo. Todos
esos aspectos también se relacionaban con la tauromaquia, otro de
sus temas obsesivos, que lo ligaba en forma muy particular con la muerte
y el erotismo. Y, bueno, la presencia de las mujeres: la reina Mariana
-de algún modo su mujer paradigma-, hasta Madonna, pasando por muchas
otras féminas que le llaman la atención como Carmen, otro
de los personajes míticos presente en diferentes formas.
Luego están los escritores, porque ''Gironella
fue un pintor, como él mismo lo decía, hecho de cuadros y
de libros. El peso de las ideas literarias siempre está presente
en su obra, ya que Gironella, en vez de hacer esbozos de algunos de sus
cuadros, subrayaba El Quijote, Bajo el volcán, los
libros de Gómez de la Serna y de Valle Inclán. Queremos ser
muy consecuentes con todo eso y reflejarlo", afirma Iturbe.
Cercana a Gironella en vida, para Iturbe la organización
de la retrospectiva se ha convertido en una obsesión cotidiana en
la que el contacto diario con la obra, los objetos y los libros, le ha
permitido ver algunos aspectos del artista en los que no había profundizado,
como su visión del erotismo vinculada con la vida, pero también
con la muerte.
Gironella dejó estipulado en su testamento la creación
de un fideicomiso para salvaguardar y administrar su obra y dejar su casa
de Valle de Bravo, donde vivió los últimos 27 años
de su vida, como museo, biblioteca, archivo y lugar de promoción
cultural en la entidad. Pero, como anota su hijo Emiliano Gironella Parra,
''mi papá murió con muchos cuadros, muchos libros, pero no
dejó recursos".
Después de algunos intentos de conseguir fondos
para remodelar la casa de Valle de Bravo, que está en ''condición
de abandono", Emiliano se concentró en la promoción de la
obra de su progenitor
para que ''no estuviera en bodega". El año pasado,
inclusive, el lujoso volumen Alberto Gironella fue publicado por
Editorial Landucci. Pasó el tiempo. Luego de hablar con su madre,
la pintora Carmen Parra, y amigos relacionados con el mundo del arte, Emiliano
decidió que no sería ''lógico" tener una biblioteca
tan especializada en Valle de Bravo.
Espacio para los ''fantasmas''
Al
consultar a sus socias de El Aire Centro de Arte, la contadora Ofelia Pallares
y su madre, se decidió utilizar una parte del jardín de la
casa de la colonia Tizapán, para hacer la biblioteca. Iniciada hace
cinco meses, la obra, a cargo del arquitecto Jorge Segovia, está
a punto de concluirse. Consiste en una construcción de dos niveles,
de 110 metros cuadrados. La idea es hacer allí talleres literarios
y fomentar la realización de tesis sobre la obra de Alberto Gironella.
Para Emiliano es una manera de darle un espacio a los ''fantasmas" que
habitan la iconografía de su padre que, aparte de los arriba mencionados,
incluyen a Picasso, Jünger y Nietzsche.
El entrevistado no abandona la idea de que se haga algo
en el inmueble de Valle de Bravo con el nombre de su padre, dado que es
la única casa que fue de su propiedad. Espera que la retrospectiva
del Museo del Palacio de Bellas Artes sirva como detonador para reunir
a las instituciones y las personas que pudieran conformar el fideicomiso
o fundación, ''no sabemos todavía el término". Aunque
esta organización ''no existe en el papel, sus labores, que son
la difusión de la obra, se hacen mediante El Aire Centro de Arte",
reitera Emiliano Gironella.
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