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México D.F. Sábado 2 de agosto de 2003
La SEP impulsa políticas que limitan
el derecho de los adolescentes a la educación
Un millón de jóvenes capitalinos no está
inscrito en la escuela: Hugo Aboites
El caso de la joven suicida, muestra de los destinos
frustrados que genera el examen único, dice
JOSE GALAN
Los jóvenes de la capital del país y del
área metropolitana deben pagar un precio muy alto en estos años
recientes de creciente restricción al derecho a la educación,
al no poder acceder a la educación media superior pública
por falta de espacios. Y en estas políticas ha sido la Secretaría
de Educación Pública (SEP) la principal responsable, afirmó
Hugo Aboites, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana
(UAM) y miembro de la Coalición Trinacional en Defensa de la Educación
Pública.
En el contexto de un mitin ante las oficinas del Gobierno
del Distrito Federal (GDF) -donde fue recibido por el subsecretario de
Gobierno, Martí Batres-, sostuvo que como resultado de estas políticas,
de los 800 mil jóvenes de entre 15 y 18 años que viven en
la capital, cerca de 400 mil, es decir, la mitad, no están inscritos
en escuela alguna. Por otro lado, hay otros 600 mil jóvenes de entre
19 y 24 años de edad que tampoco están inscritos en ninguna
institución de educación superior. Así que hay un
millón de jóvenes en la capital y alrededores para quienes
"la educación simplemente no existe".
Más
tarde, en un comunicado dado a conocer luego de su reunión con Martí
Batres, emitido por la noche, el Comité Estudiantil Metropolitano
y la Coalición Trinacional en Defensa de la Educación Pública
revelaron que el GDF buscará "el establecimiento de un espacio de
discusión" -a partir de la próxima semana- con la participación
de la SEP y los inconformes, "para resolver los casos concretos que se
presenten e iniciar, a partir de ese espacio, una discusión a mediano
plazo donde se analice la situación del acceso a la educación
media superior y superior, y alternativas a los mecanismos actualmente
existentes".
Poco antes, Hugo Aboites sostuvo que el gobierno federal
se ha orientado a establecer nuevas restricciones para el acceso a la educación
media superior y superior. Además, ha obligado a las instituciones
de esos niveles educativos a aplicar el examen único, "mecanismo
que establece restricciones adicionales para el acceso a la educación
media superior", y las ha obligado a contratar una asociación civil,
el Ceneval, para que organice un procedimiento que tan sólo en siete
años ya ha generado "más de 700 mil desplazados y, al mismo
tiempo, una de las deserciones más altas del país".
Los resultados del pasado examen único, agregó,
están a la vista: "más de cien mil jóvenes desplazados;
40 mil quedaron eliminados por no cumplir con algún requisito y,
como en años anteriores, son las mujeres las que ingresan en menor
número a la educación media superior". Por otra parte, la
SEP "no ha impulsado la ampliación de la educación superior:
la última universidad federal creada en la ciudad de México
es la UAM, que data de hace 30 años (no mencionó a la Universidad
de la Ciudad de México), mientras que pide a las otras instituciones,
de manera expresa, no aumentar la matrícula, en favor de la educación
privada".
Por ello, insistió en que el Gobierno del Distrito
Federal "no puede permanecer indiferente", y debe alzar la voz, "como obligación
ineludible, ante la aplicación de políticas educativas que
de manera evidente atentan contra el derecho a la educación de los
jóvenes de la ciudad y de sus familias". En este sentido, el comunicado
emitido en nombre de los rechazados agregó que el GDF subrayó
su "preocupación" por la situación generada por el examen
único y el rechazo a los aspirantes, y que "tiene interés
en contribuir a esta problemática".
El comunicado subraya que la postura asumida por el GDF
"evidentemente representa un paso adelante y una respuesta a la obligación
que tiene todo gobierno local de buscar defender los derechos de los habitantes
de la ciudad a la que sirve".
Primera víctima del examen único
Además, consideró que la muerte de la joven
de 16 años Karina Gaytán, quien se suicidó por no
haber aprobado dicho examen, constituye un ejemplo de "los cientos de miles
de destinos frustrados, de la ausencia de destino, y la negación
de toda esperanza que genera dicho examen". Y advirtió que varios
analistas de la educación superior habían advertido anteriormente
de las consecuencias de establecer un corte drástico y profundo
en el destino de los jóvenes "en una edad tan frágil e importante
para la autoestima de la adolescencia"; esas advertencias asumen ahora
"una ominosa expresión concreta".
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