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México D.F. Miércoles 30 de julio de 2003
Informó en Bellas Artes del Festival
de Baile Popular
Celso Piña será homenajeado en la Macroplaza
de Monterrey
ARTURO CRUZ BARCENAS
El vallenatero regiomontano Celso Piña llegó
a la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas para informar que del 21
al 24 de agosto será homenajeado en el primer Festival de Baile
Popular (dedicado a la cumbia), a efectuarse en la Macroplaza de Monterrey,
Nuevo León. El programa es amplio e incluye conferencias de especialistas
y artistas de raigambre popular, así como concursos de baile y conciertos
masivos, en el último de los cuales participará el Cacique
del Cerro de la Campana, como se conoce a Piña.
El festival es organizado por el Consejo Nacional para
la Cultura y las Artes (CNCA) y su similar regia (Conarte), el ayuntamiento
de Monterrey, el Museo de Historia Mexicana de Monterrey, Embotelladoras
Arca, y los sonideros de La Changa y La Conga. Entre los ponentes figuran
Carlos Monsiváis, Oscar Chávez, Eduardo Diazmuñoz,
Colombia Moya, Guillermina Bravo y Alberto Dallal.
Participarán
algunos de los cumbiangueros más pesados del momento, entre otros:
Los Príncipes del Vallenato, Aarón y su Grupo Ilusión,
Los Amantes del Vallenato, Javier López y sus Reyes Vallenatos,
Alberto Pedraza con su Ritmo y Sabor, Yaguarú, La Sonora de Margarita
y, coronando el macrorreven, Celso, quien inundará el foro
de la ciudad de las montañas con su Cumbia sobre el río.
El lunes, a la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas
llegó Celso algo agotado por el viaje. Del aeropuerto defeño
al máximo espacio de la cultura en México. Más allá
del bien y del mal, pues ahora que le llueve en su milpita no se las da
de ídolo ni nada que suene a vanidad, llegó sin calcetines,
lo cual no es señal de falta de respeto, sino manifestación
de autenticidad. Así ha sido entre la raza bien portada y entre
los malandros (malandrines, delincuentes), con los cuales ha realizado
labor social durante muchos años. Esto último lo ha hecho
candidato al Premio al Mérito Cívico Diego de Montemayor
2003.
En nombre del Comité Organizador del festival habló
Miguel Angel Quemain. "Es significativo -dijo- que la cobertura de este
festival se realice por dos sectores del periodismo mexicano que a menudo
parecen divididos y distanciados: el periodismo cultural y el de espectáculos.
El festival busca contribuir a la disolución de las fronteras entre
alta cultura y cultura popular, mostrar que más allá de los
valores inmediatos y desechables que impone el mercado, lo artístico
posee un valor de permanencia y continuidad que anima la vida musical.
Pretendemos mostrar un conjunto de valores: el humor, la parodia de la
actualidad, la descripción y elogio de los viejos oficios, la poética
del esfuerzo y la derrota de la adversidad, el fracaso amoroso", etcétera.
Celso Piña nada más elevaba la vista al
plafón del salón. Sus lentes ocultaban un poco la desvelada
del día anterior, en la que unas cervezas animaron la noche en su
rancho de Monterrey, al que en un alarde propio del vallenato, que es su
vida, propio de Colombia, la tierra de Gabriel García Márquez,
nombró Valledupar, por el mítico lugar donde nació
el ritmo que le mueve el alma.
Es chido estar en la sala Manuel M. Ponce
Celso, ¿qué significa para ti estar aquí,
en la sala Manuel M. Ponce? Algo masculló para sí el émulo
de Alfredo Gutiérrez, el vallenatero maestro espiritual de Piña.
Alargó la respuesta y soltó un "es... ¡está
chido!, ¿no? Eso... es una cosa buena". Los asistentes entendieron
el mensaje escueto, pero claro y sincero del Rebelde del Acordeón.
Aplaudieron.
Los organizadores del festival colocaron en la mesa el
logotipo del CNCA. Se les preguntó si, puesto que para ellos no
debe haber fronteras entre cultura a secas y cultura popular, propugnarían
porque un día Celso tocara en Bellas Artes, y si los cumbiangueros
deben limitarse a presentaciones en foros como la Macroplaza. Lo más
que respondieron es que lo bueno es que esa decisión los supera
y no está en sus manos la responsabilidad.
Al salir del Palacio de Bellas, algunas personas que fueron
a comprar boletos para un concierto sinfónico preguntaban quiénes
eran esas personas a las que los periodistas les tomaban tantas fotos.
"Es Celso Piña." "¿Qué toca?" "Cumbia." "¡Ah!"
Como quiera que sea, en el festival, que se pretende sea
anual (se cobrará la entrada), se reconocerá a un músico
de honda raíz popular, quien puede darse el lujo de ser como siempre
ha sido: recuperador del ritmo y filin vallenatero en Monterrey.
Son casi 25 años de darle "duro, duro, a la acordeona",
comentó Celso, quien promete dar lo mejor con sus vales del Ronda
Bogotá.
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