México D.F. Miércoles 30 de julio de 2003
Cuestionan ONG la "restructuración" anunciada
por la Ssa
Crearán centro de equidad de género y
salud reproductiva
ANGELES CRUZ
Entre cuestionamientos de organizaciones civiles feministas
y de trabajo en la lucha contra el sida, la Secretaría de Salud
(Ssa) efectuará una "restructuración administrativa" para
crear el centro nacional de equidad de género y salud reproductiva,
como organismo desconcentrado y con posibilidades de recibir donativos
del sector privado.
A esta nueva instancia se integrarán con nivel
de dirección los programas Arranque Parejo en la Vida -apadrinado
por la Fundación Vamos México, Salud Reproductiva y Violencia
de Género. La titular será Patricia Uribe Zúñiga,
quien a su vez dejará el Centro Nacional para la Prevención
y Control del VIH/sida (Censida), al que ha dirigido durante los últimos
10 años.
Las
organizaciones no gubernamentales están a la espera de que la Ssa
emita la convocatoria para seleccionar a quien ocupará la dirección
general del Censida. Hasta ahora se conocen los nombres de dos posibles
candidatos: José Antonio Izazola, quien tendría el respaldo
de Guillermo Soberón Acevedo, secretario ejecutivo de la Fundación
Mexicana para la Salud, y Griselda Hernández Tepichín, actual
secretaria técnica del Censida.
Lo que está en juego es el destino del programa
de prevención y control del sida. De acuerdo con los activistas
consultados, con Izazola habría un cambio, tal vez un nuevo impulso
a las acciones, mientras que con Hernández Tepichín observan
continuidad con la dirección de Patricia Uribe.
Comentaron que con el gobierno foxista hay una estrategia
bien definida, pero en los hechos no ha habido grandes avances respecto
a lo realizado durante el sexenio anterior, al grado de que el sida aún
está fuera de control. El registro de casos continúa en aumento,
y aunque se supone que ya existen los recursos económicos suficientes
para garantizar a los enfermos el acceso universal a los medicamentos,
todavía no es una realidad.
En tanto, las organizaciones de mujeres cuestionaron al
subsecretario de Prevención y Protección de la Salud, Roberto
Tapia Conyer, sobre el destino del programa de salud reproductiva. El riesgo
es que al formar parte de un organismo desconcentrado, el gobierno "vaya
dejando de lado su responsabilidad de financiar" los programas.
Actualmente, la estrategia se aplica por medio de una
dirección general de la subsecretaría a cargo de Tapia Conyer,
y como tal dispone de un presupuesto específico anual.
Para las activistas, la restructuración que se
avecina no resolverá el problema de fondo de la salud en el país,
el cual está ligado a la calidad de los servicios y la carencia
de recursos físicos y humanos. ¿De qué sirve tener
un equipo médico muy sofisticado si en los centros de salud no están
los especialistas en su manejo e interpretación de resultados? -preguntaron.
Además, las agrupaciones que desde la administración
zedillista se incorporaron al comité interinstitucional en salud
reproductiva señalaron a Tapia la poca importancia que este gobierno
ha dado a su participación en la definición de las estrategias
dirigidas a mejorar la salud de las mujeres.
Llamaron la atención sobre el hecho de que el pasado
21 de julio, durante la inauguración de la tercera Conferencia Nacional
sobre Maternidad sin Riesgos, el secretario de Salud, Julio Frenk Mora,
únicamente reconociera "la labor invaluable" de la Fundación
Vamos México, que dirige Marta Sahagún, y de manera genérica
al resto de los organismos civiles, cuando buena parte de los resultados
en materia de salud de las mujeres se debe a la actividad y experiencia
de las feministas.
Recordaron que a partir de las conferencias internacionales
de población y de la mujer promovidas por Naciones Unidas se reconoció
la necesidad de incorporar a las organizaciones de la sociedad civil en
el diseño de políticas y programas de salud reproductiva.
Esta dinámica de trabajo se interrumpió
con el gobierno de Vicente Fox, al grado de que apenas hace unos meses
-luego de la presión ejercida por las ONG- el comité interinstitucional
de salud reproductiva retomó sus actividades. Las entrevistadas
comentaron que antes (con los gobiernos priístas) no habían
enfrentado una ideología conservadora que pretende limitar el derecho
de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, o en el caso de los jóvenes,
desconocer que ejercen su sexualidad, y en consecuencia se carece de una
estrategia integral que busque dar respuesta a sus demandas y necesidades.
Por eso, ahora con la creación del nuevo centro,
existe el temor de las feministas de que se dé prioridad a las aportaciones
de la iniciativa privada y se deje de lado la labor de las agrupaciones
civiles.
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