Parque Guadiana,
botín de pocos
o patrimonio de una ciudad
Adriana Salas M.
Ecología, animales y medioambiente
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En la ciudad de Durango existe un parque denominado Guadiana, anteriormente conocido como Bosque de la China. Tiene una superficie de 164 hectáreas y ha sufrido los últimos años varias invasiones. Entre ellas, sobresalen las hechas por un club de tiro, al construir un estacionamiento para el área denominada Sahuatoba, cedida a los espacios que ocupan la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y un club de tenis. Este último ocupa un área en comodato y para beneficio particular de una familia de la localidad. El parque contaba hasta hace algunos años con un bosque cerrado de varias especies de árboles, tales como ahuehuetes, álamos, pirules, sauces, pinabetes, cedros y eucaliptos, todos ellos protagonistas de los hechos que a continuación detallo y que muestran la suerte a que están sometidas las áreas verdes en algunas ciudades del territorio mexicano.
Los días 21 y 22 de septiembre de 1999, sin previo aviso, la autoridad municipal de ese entonces, en base a un acuerdo de cabildo (el cual la mayoría de los regidores desconocían) procedió a la tala de un área boscosa cercana a los 700 metros cuadrados (entre 400 y 600 árboles según conteo de testigos presenciales) compuesta principalmente de eucaliptos. Durante esta tala murieron infinidad de aves y muchas otras vieron alterado su hábitat ya que era plena época de cría.
Ante estos hechos, los asiduos visitantes de este lugar (deportistas, ecologistas y sociedad civil) se unieron y lograron detener la tala al segundo día de su inicio. La Presidencia Municipal tuvo entonces que explicar a la ciudadanía que la tala obedecía a la construcción de un corredor comercial, con el fin de reubicar unos 40 puestos ambulantes, instalados hasta la fecha dentro del mismo parque y a la entrada de la clínica del Seguro Social que queda justo frente al Guadiana. Esta explicación luego fue cambiada y se dijo que se pretendía una "reforestación integral" del parque. Días después, un grupo de ciudadanos, entre los que destacaron ecologistas, artistas, intelectuales, médicos, etc., acudió al cabildo a dialogar con las entonces autoridades del municipio, exhortándolas a no talar un árbol más, pues este parque es la única área verde de la ciudad y el ecocidio perpetrado era irreversible. La autoridad prometió parar sus acciones. Mas, para sorpresa de los ciudadanos, comenzaron a talar de noche y la acción se extendió hacia otra área arbolada llamada parque Sahuatoba. Todo lo que oliera a eucalipto comenzó a desaparecer dentro de la ciudad. El producto de la tala generalizada que sufrió tanto el Guadiana como la ciudad, fue vendido a industrias madereras locales, sin saberse hasta el momento quién o quienes se beneficiaron con los cientos de metros cúbicos de madera.
Como respuesta, un nutrido grupo de ciudadanos hizo una marcha de protesta, de la cual informaron los medios de comunicación locales. Durante este evento se recabaron firmas para pedir al municipio el cese de las actividades de tala. Al no haber respuesta, se levantó una denuncia popular que fue enviada a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), a la Secretaría de Obras Públicas y a la Semarnat, a la que se suman cerca de 30 denuncias más dirigidas también a la Profepa por parte de algunos ciudadanos. Dichas denuncias quedaron en eso.
Después de meses en los que continuó talándose, se notificó a los denunciantes que "el parque Guadiana es un parque urbano y por tanto goza de autonomía municipal", ya que durante una administración, presidida por el Partido del Trabajo (PT), el municipio lo habría enajenado para sí, quitando al estado como autoridad sobre este sitio.
Escudándose en estas "razones jurídicas", los ciudadanos hemos visto con impotencia cómo cientos de árboles de distintas especies han sido talados, incluyendo de manera posterior un área completamente "virgen" hacia el norte, donde sólo había árboles y fauna nativa, esta vez bajo el pretexto de "el rescate del área norte del Guadiana". Asimismo, se talaron cerca de mil eucaliptos para construir un vivero, donde principalmente se cultivan eucaliptos que se envían a otros estados, como Zacatecas, para ser usados como cortinas para evitar la erosión de la tierra donde hace mucho viento.
Es importante mencionar que el municipio no tenía permiso para realizar la tala de árboles. En un documento difundido en los medios locales, con fecha octubre de 1999, el delegado de la Semarnat le dice al entonces Secretario de Obras Públicas del municipio que "hasta la fecha, no hemos recibido solicitud alguna ni formulario respectivo de la manifestación de Impacto Ambiental mediante la cual esta dirección a mi cargo pueda emitir el dictamen correspondiente [ij] por los motivos antes expuestos se compromete de manera seria al Gobierno del Estado, a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas y, en particular, a la dirección a mi cargo (Semarnat), ya que dichas obras se iniciaron sin el dictamen ambiental y con los impactos negativos hacia la flora y fauna del lugar que han sido evidenciados por la opinión pública".
Es en este periodo que el ecocidio, se "politiza" y dos partidos entran en acción interponiendo amparos en contra de las actividades del municipio y demás autoridades responsables de lo que ocurría. El amparo solicitado por el Partido Verde Ecologista de México no prospera, pues omitió incluir los detalles técnicos requeridos en estos casos. Ocurre lo contrario con los amparos del Partido del Trabajo (más de cinco), en los cuales se incluye documental fotográfico a la par que se denuncian el cambio de uso de suelo, diversas afectaciones a la flora y fauna y la carencia de permisos para tales obras. Pero de manera extraña y mencionando que se les pedía la suma de cien mil pesos para hacer válido el amparo, el PT deja que el caso se pierda. El ecocidio continuó.
La tala quedó atrás y la tan prometida "reforestación integral" consistió básicamente en colocar cientos de metros de pasto en rollo (que requieren de 2 pipas de agua diarias para su mantenimiento, mientras a la ciudadanía se le exige que cuide el agua) y alrededor de 70 árboles (no nativos) de tamaño pequeño y que en nada sustituyen a la masa arbórea talada.
En su momento, la ciudadanía protestó y no se le dio respuesta favorable a su reclamo. Todo ha ido quedando en el olvido. Las denuncias en contra de estos actos y quienes resultaran responsables evidencian que las autoridades federales son incompetentes y las locales le dan al municipio "autonomía" para dichos actos. Además de que a los ecologistas los tachan de "grupúsculo radical que no quiere el progreso de Durango".
Los daños continúan: durante el mes de abril, el parque Guadiana sufrió un nuevo atentado. Esta vez las auras y los zopilotes que pernoctan en algunos árboles fueron las víctimas de la municipalidad. La causa que se expuso fue "que había una sobrepoblación" y que sus detritus "ensuciaban el parque". El municipio supuestamente contaba con los permisos de las autoridades competentes para proceder a la eliminación de miles de auras y zopilotes, (lo que resultó ser falso). La realidad es que debajo de un enorme ahuehuete donde pernoctan algunas aves se construyó un puentecillo para dar paso a un drenaje y dicho puentecillo se veía afectado según algún político. Para evitar los "daños y el mal aspecto que dan estas aves", las autoridades municipales, utilizaron un procedimiento "ecológico": hacer ruido con un tambo de 200 litros de lámina al golpearlo con un tubo de metal. La meta era "ahuyentarlas, no matarlas...", según declaraciones del presidente del patronato Pro Parque Guadianaij Pero al no obtener los resultados deseados comenzaron a bombardear a las auras y zopilotes con cohetes y petardos, los cuales causaron la muerte de algunas aves.
De nueva cuenta, algunos ecologistas, ciudadanos y biólogos se dieron a la tarea de protestar por estos hechos. Lo hicieron ante las autoridades federales, los medios escritos locales, en la emisora Universidad, estatal y nacional (por medio de los comentarios de Iván Restrepo en La Jornada y el noticiero Monitor) y a la Comisión de Ecología del congreso local. A esta última en el mes de abril de 2003 se le hizo llegar un proyecto donde biólogos y ecologistas le proponían a las autoridades traer expertos en el manejo de parques y asesorar a las dependencias sobre la fauna que habita en el Guadiana y la mejor forma de protegerla. Además, se expuso el tema de delimitar y proteger la superficie de dicho parque para evitar futuras pérdidas de terreno, así como establecer un verdadero manejo sin dañar más la flora y la fauna. Hasta el momento no hay respuesta.
Se pensó que este sería el fin de años de ataques y depredación a la única zona arbolada de la ciudad, pero en declaraciones hechas el 16 de junio pasado en el canal 12 local, y corroboradas por los medios locales dos días después, (El Sol de Durango), el presidente municipal anunció que se proyecta la construcción de un paso a desnivel para dar acceso a las zonas denominadas Predio la Virgen (una colonia popular), ampliación del bulevar Armando del Castillo Franco y ampliación de la avenida Normal. Para ello se afectarían tres metros del parque Guadiana (Ƒtres metros a lo largo de cuántos metros?). Con lo cual de nueva cuenta se restaría más terreno al pulmón verde. Dicho paso a desnivel no conduce a mejorar en lo más mínimo la vialidad, como justifica la municipalidad, ya que ambos extremos desembocan a un embudo vial.
Los ciudadanos que ven cómo este parque es diezmado por unos cuantos con intereses mezquinos (como el usufructo de un área del mismo, denominada club de tenis, o los fraccionamientos de súper lujo que quedarían a espaldas de dicho parque, y que al parecer tendrían acceso mediante este paso a desnivel, y cuya propiedad se atribuye a ex funcionarios municipales) se preguntan si el Guadiana es el botín de políticos y funcionarios o es el patrimonio de una ciudad necesitada de áreas verdes y de oxígeno.
Algunos datos adicionales
Es necesario mencionar que los muy satanizados eucaliptos han sido culpados por las autoridades municipales de la desecación de los mantos freáticos, tanto del parque como de la ciudad. Pero esto resulta falso ya que para que esto sucediera, un eucalipto de la especie globulus labil (existen más de 600 especies) tendría que estar a temperaturas constantes de 36 grados y una altitud de 450 m.s.n.m. En la ciudad de Durango, las temperaturas promedio son de 22 grados a una altitud de mil 885 m.s.n.m.
En 1975, la ciudad de Durango tenía 250 mil habitantes, hoy suman más de 500 mil. Según estadísticas de la Comisión Nacional del Agua, Conagua, en los últimos años ha llovido mucho menos que hace 25 años. Los nuevos habitantes cada vez demandan más agua, por lo que se han perforado pozos aledaños al parque Guadiana que han contribuido a la desecación del antes lago de los patos. Su "rehabilitación" consistió en rellenarlo de agua de pozos abiertos cerca del mencionado parque. Para ello se contó con la sospechosa ayuda de Pemex (antes de las elecciones del año 2000 para presidente municipal y senadores). En la actualidad, los pozos son insuficientes para cubrir la demanda de agua y Durango presenta ya un serio problema por falta de dicho elemento.
Vale la pena cuestionar a los expertos. Si hace años por decreto presidencial se plantaron miles de eucaliptos en toda la república, ahora por otro decreto Ƒdeberán ser talados todos los eucaliptos?, Ƒqué pasará con el altísimo nivel de desertificación que tiene nuestro país, precisamente por deforestación?, Ƒqué le ocurrirá a la fauna que ahí vive y se reproduce?, Ƒqué pasará con el oxígeno que estos árboles proporcionan al reconvertir el bióxido de carbono en oxígeno?, Ƒno valdría la pena otro tipo de manejo? Es necesario mencionar que no existe actualmente, una norma sobre tala y poda de árboles urbanos, lo cual deja al libre criterio de la autoridad en turno hacer los que crea conveniente dentro de las ciudades y sus bosques urbanos.
Por lo que respecta a las auras y zopilotes, es importante mencionar el lugar preponderante que estas aves tienen en la cadena alimenticia, y sin las cuales los cadáveres de cientos de animales serían un foco de contaminación permanente. Si la Comisión Nacional de la Biodiversidad, Conabio, sostiene que están desapareciendo precisamente por falta de árboles, Ƒno sería necesario su protección por todos los medios?
Se mencionó una "sobrepoblación" de dichas aves en el Guardiana pero, según testimonio de biólogos ornitólogos de la localidad, esto es falso, ya que no existe un conteo ni ningún estudio al respecto. Además que un ecosistema no puede sostener más que una cantidad específica de aves, para las cuales haya alimento suficiente. Además, no se ha tomado en cuenta que muchas de estas aves migran y su estancia es temporal en el área, por lo que deberían estar doblemente protegidas.
ƑQué pasa con las otras aves y pequeños mamíferos que viven en un parque?, Ƒcómo debe la autoridad considerar los ataques perpetrados en su hábitat?, Ƒes suficiente para ello la legislación medioambiental vigente? Por lo que vemos, no.
Son innumerables los ecocidios perpetrados en el Guadiana, y no existe ningún plan permanente de manejo del lugar, ningún estudio serio sobre su importancia biológica, ninguna delimitación perimetral de sus predios ni estudios serios sobre las afectaciones que sufre por cambios de uso de suelo, tala y ataques a su fauna.