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México D.F. Jueves 24 de julio de 2003
Presentan libro sobre la historia del barrio bravo
Sobre Tepito han caído verdades socialemente aceptadas: Aréchiga
JAIME WHALEY
Un tratado de rigor académico sobre Tepito fue presentado en la informalidad propia del célebre barrio capitalino por el titular de la delegación Cuauhtémoc, José Alfonso Suárez del Real, gente del rumbo y el autor, Ernesto Aréchiga Córdoba, quien recibió el rango de ñero honorario.
Tepito: del antiguo barrio de indios al arrabal es el nombre del volumen de poco más de 300 páginas en el cual el autor trabajó en forma intermitente desde 1996, cuando, siendo aún estudiante en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, participó en un proyecto parroquial -el cual nunca concluyó- que versaría sobre la identidad de las personas con su barrio.
El libro, bajo el sello editorial Unios, agrupación política que cuenta con medio centenar de obras publicadas en diversos campos, toca el tema de esa antiquísima y estigmatizada parte de la ciudad sobre la que han caído ''verdades socialmente aceptadas'', según se cita en la solapa.
''La idea original fue entrevistar a los habitantes y escribir textos sobre la diluida y amenazada identidad barrial, pero el proyecto no prosperó luego de siete meses de comenzado y decidí emplearlo como parte de mi tesis de maestría'', explicó el autor, quien posee el grado por el Instituto Mora y prepara actualmente su tesis de doctorado en El Colegio de México.
A pesar de la actualidad noticiosa de Tepito, el libro trata sobre la transformación del barrio en una etapa comprendida entre 1869 y 1929, pero el autor incluyó una posdata en la que revisa ''ciertos procesos de considerable importancia para la vida presente y futura de Tepito''.
La presentación, en el casi lleno salón de actos del Centro Cultural Comunitario, en la calle de González Bocanegra, estuvo salpicada de anécdotas, no contenidas en el libro, desde luego, a cargo de personajes tepiteños como doña Chelo, dama septuagenaria, quien desde la década del 40 se avecindó en el rumbo, tuvo 10 hijos, crió a otros cuatro entenados que le llegaron de Oaxaca y recogió a otro más, hijo de una suripanta y a todos les dio carrera, aunque hizo la salvedad de que, ''con perdón de ustedes, el más pendejo'' se salió de la escuela en el tercer semestre de físico matemáticas. La señora, quien aún está activa en su taller de volteado de ropa, hizo un recuento de la solidaridad de los tepiteños, una de las virtudes de los habitantes. Recordó que casi nadie abandonó su casa luego de los sismos de 1985 y dio ejemplos como una reciente colecta que hizo para que una niña fuese a Estados Unidos a cantar con un coro: ''pasé la charola y en una hora y media junté los 200 dólares necesarios para el viaje''.
Por su parte otro vecino, Gabriel Sánchez, quien está a punto de concluir su maestría en urbanismo, señaló que obras como la presentada sirven para que la gente se dé cuenta de la neta de las cosas, ''eso es lo que requerimos de las personas, que vean a Tepito como lo que es, no como quieren verlo la mayoría de los medios que maximizan lo negativo y quieren reducir lo positivo''.
Bailongo, hoy
En actividad aparte, Tepito, que es también tierra de bailadores (y de los buenos), celebrará el 50 aniversario del asalto al cuartel Moncada con rumboso bailongo este jueves a partir de las 18 horas en el Centro Cultural Comunitario, el cual será amenizado por el grupo Son como son. Habrá también la exhibición de una película y la actuación del Llanero Solitito.
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