México D.F. Jueves 24 de julio de 2003
Una batalla de 40 años en Swazilandia
para recuperar especies salvajes diezmadas
Los animales no votan, pero su cuidado genera beneficios
sociales: Ted Reilly
''Por tradición el hombre es cruel, abusivo y
egoísta, y las bestias no han tenido defensa alguna'', dice el conservacionista
Su hijo Micky, a riesgo de su vida, continúa esta labor
LEONARDO PAEZ ESPECIAL
Mbabane, Swazilandia. "Quizá en tiempos
de la Biblia tuvo sentido seguir al pie de la letra el precepto 'creced
y multiplicaos', pero hoy, con los miles de millones de personas que hay,
más que multiplicarse hay que preservar y mejorar lo existente",
sostiene Ted Reilly, conservacionista de fama internacional.
Enfundado
en su ya legendario atuendo de pantalón corto, camisa de ranger
(guardabosques) y tenis negros, con el que recorrió capitales europeas
en busca de apoyo, Ted (Mlilwane, Swazilandia, 1938), hijo de padres ingleses
pero swazi de corazón, sigue viviendo en la granja donde nació
y de la que se hizo cargo desde los 22 años, luego de estudiar conservacionismo
en Natal, república de Sudáfrica.
"Todavía en 1950 quedaban algunos animales salvajes
en el país, pero en los siguientes diez años esa fauna desapareció
por completo, por lo que desde entonces me dediqué a recuperar las
especies de mi país, desaparecidas tras 100 años de protectorado
británico (1867-1968) y de las incursiones de voraces cazadores
europeos."
Reilly comenzó sembrando, en 460 hectáreas
de la granja familiar, semillas de árboles de la región,
también desaparecidos; luego construyó dos presas, entrenó
guardias y, entonces sí, inició la recolección de
animales, incluso a bordo de Jezabel, una vieja Land Rover, tan
veloz como los felinos y tan resistente como los rinocerontes.
-¿Ha habido apoyos oficiales y privados?
-Debo reconocer que sin el apoyo de la monarquía
no habríamos logrado nada, pues la corrupción era la ley.
Asimismo ha habido importantes apoyos de sociedades conservacionistas y
organizaciones no gubernamentales, tanto europeas como africanas. Pero
hay mucho por hacer, ya que en los países sudafricanos las leyes
son aún muy permisivas con respecto a los cazadores furtivos.
Los verdaderos peligros
''Las experiencias más peligrosas que he tenido
en mi vida han sido con personas, no con animales salvajes'', interviene
Micky, el hijo de Ted, comprometido con la fauna africana desde que tenía
18 meses de edad, y director de las famosas reservas de Mkaya y Hlane;
''por lo menos en dos ocasiones me han disparado con AK-47 y hasta he tenido
que simular ser comprador de cuernos de rinoceronte, grabar mis conversaciones
con los cazadores y esperar a que llegara la policía y los arrestara''.
-¿Por qué se cotiza tanto el cuerno de rinoceronte?
-Por la falsa creencia -aclara Micky- de que constituye
un potente afrodisiaco, así como por los usos que le dan en la medicina
tradicional china e incluso en trabajos de brujería. Por eso traficantes
de Taiwán, China y Japón pagan hasta 25 mil dólares
por cuerno. Llevará mucho tiempo todavía romper con esas
creencias tan poco científicas. Felizmente, desde 1992 ningún
rinoceronte ha sido muerto por cazadores furtivos en Swazilandia, entre
otras razones porque para ellos hay penas de 5 a 15 años de cárcel
sin derecho a fianza.
-¿No es más justo destinar las tierras al
cultivo que a reservas naturales? -pregunto a Ted.
-Eso dicen algunos políticos, pero se olvidan de
que, aunque las reservas no votan, generan empleos, turismo, recreación,
educación, calidad ambiental en el presente y a futuro e importante
captación de divisas para el país. Pero en este terreno es
muy difícil convencer, porque la gente común no se interesa
ni sabe de conservación de especies, las consume para sobrevivir.
Agrega Reilly que con el crecimiento no planificado de
la población vienen nuevos problemas, porque el hombre es tradicionalmente
cruel, abusivo y egoísta, generador de desequilibrios y desigualdades
ancestrales, bíblico, pues, y que ante estos abusos los animales
no han tenido defensa alguna. Y pregunta certero: "¿Por qué
Estados Unidos no se interesa igual por las especies en extinción
en México que por su petróleo?"
-¿Requisitos para ser ranger o guardabosques?
-No muchos -ironiza Micky-: total devoción por
los animales, disponibilidad las 24 horas en condiciones muy difíciles
y con recursos limitados, tener conocimientos de mecánica, veterinaria
y manejo de personal y estar dispuesto a sacrificar incluso a la familia,
así como honestidad, lealtad y adaptabilidad, más una auténtica
sensibilidad hacia la naturaleza y sus habitantes.
-¿Satisfacciones y perspectivas? -pregunto a Ted
Reilly.
-Ha sido un privilegio nacer en esta tierra y tratar de
ser leal a mi país, a mi pueblo y a mi monarca. Mi principal satisfacción
hoy es ver a las especies en peligro de extinción viviendo en paz
en su hábitat y sin agresiones. Con un rey de 35 años y mi
hijo Micky, de 34, puede haber un futuro más prometedor para la
fauna salvaje en Swazilandia.
Pero concluye con una frase estremecedora: "Sin embargo,
una bala puede cambiar el destino de Africa".
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