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México D.F. Domingo 20 de julio de 2003
Ni la lluvia veracruzana pudo contra el fandango
El ritmo colombiano y las voces venezolanas invadieron
el Afrocaribeño
MARIANA NORANDI ESPECIAL
Veracruz, 19 de julio. Tras los festejos y la efervescencia
de la inauguración del jueves, el Festival Internacional Afrocaribeño
ya va tomando su propio ritmo. Los escenarios se van diversificando y la
gente va eligiendo el género que quiere escuchar y el ritmo con
el que quiere bailar.
En su segunda jornada, el apartado musical presentó
dos escenarios: el Foro Monumental del Malecón, frente a la torre
de Pemex, y el Centro Cultural Atarazanas. El primero lo abrió un
grupo que no estaba en el programa, pero que resultó toda una sorpresa.
Se trata del acordeonista Luis Eduardo Aponte y Guatapurí, palabra
que rinde homenaje al homónimo río de Valledupar y que en
chimila significa "agua fría".
La gota fría
Originarios de Colombia, siete músicos y una pareja
de bailarines interpretan cumbia colombiana y, sobre todo, mucho vallenato.
Adoptan los instrumentos tradicionales como el acordeón, la caja
vallenata y la guacharaca, y le agregan guitarra, batería, congas,
piano y bajo, logrando un sonido evolucionado del vallenato pero manteniendo
toda su raíz.
Entre
su repertorio cantaron La piragua, de José Barros; Los
caminos de la vida, que popularizara La Tropa Vallenata, y La gota
fría, de Emiliano Zuleta, que Carlos Vives hizo tan famosa.
Justo cuando estaban interpretando esta canción cayó la gota,
pero la gototota veracruzana, y la gente corrió a refugiarse del
aguacero bajo el tenderete de cervezas, bajo las tarimas que soportan las
cámaras de video o simplemente se cubrían con sillas. El
chaparrón duró lo que "la gota fría" en el escenario,
por lo que, acabada la canción, todo el mundo empezó a ocupar
nuevamente sus lugares.
Con su alegría y colorido, este grupo cuajó
en el gusto del público, que no paraba de bailar. Esta respuesta
del respetable fue gratificada por los colombianos con un tema inédito
llamado Homenaje a México, donde transmiten su admiración
por nuestros grandes compositores como Armando Manzanero, Agustín
Lara y José Alfredo Jiménez.
Al finalizar la actuación, platicamos con su líder
que, aún vestido con su atuendo original de guajiro colombiano,
nos comentó: "el vallenato vive un gran momento por su constante
evolución, los compositores siempre están haciendo nuevas
canciones y le siguen cantando a la naturaleza y al amor. El primero que
sacó el vallenato de la región de Valledupar y lo internacionalizó
fue Alfredo Gutiérrez, luego Carlos Vives lo modernizó añadiéndole
nuevos instrumentos. Con esto no lo contaminó, lo enriqueció.
(...) Nuestra música demuestra que Colombia es mucho más
que guerrillas, Colombia es la mejor esmeralda, el mejor café del
mundo y una de las mejores músicas".
De Venezuela con amor
Otra gran actuación en ese escenario fue la de
la venezolana Canelita y su hija Trina Medina. Vestida con un elegante
traje verde esmeralda, la llamada Sonora del Caribe se presentó
con una banda de músicos de excelente calidad y, desde un principio,
su voz sonó de manera prodigiosa. Cantó boleros, guarachas
e interpretó, sobre todo, canciones del cubano Miguel Matamoros,
a quien elogió públicamente y reconoció su especial
admiración.
Canciones como Hueso, Coco seco o Rosas
rojas prendieron a un público, aunque no numeroso, sí
conocedor y devoto de los ritmos afrocaribeños. Recordó su
anterior presentación en Veracruz, en el pasado Festival del Son,
y expresó su satisfacción por volver a presentarse en un
escenario jarocho.
Le siguió la actuación de su hija Trina
Medina. Poseedora de una espectacular voz, parte de la salsa en busca de
otros sonidos, fusionando diversos géneros y experimentando en el
calipso, cumbia y vallenato. Una gota de sal, No digas mentiras,
que el roquero Frank Quintero compuso para ella, y Qué tiene
tu piel, dedicada a su madre, fueron los temas más aplaudidos,
para finalizar a dueto con su madre con Noche criolla, de Agustín
Lara, en homenaje a Veracruz.
Esta es la segunda vez que madre e hija cantan juntas
en un escenario, la otra ocasión fue en el aula magna de la Ciudad
Universitaria de Caracas y, debido al buen resultado del dueto, piensan
grabar próximamente juntas.
En entrevista, Canelita nos comentó: "por mucho
que mi hija dice que me debe mucho a mí, no es así. Ella
se ha trazado su propio camino y ha trabajado mucho por tener hoy las condiciones
que tiene.(...) Ahora para los músicos la situación de Venezuela
es muy difícil. La gente disfruta mucho la música pero no
va tanto a los shows, porque la música no es algo que les
dé de comer. Tengo esperanzas que mi país vuelva a ser lo
que era y, de mientras, nosotros guapeando pa'lante".
Hoy, Diego el Cigala
Acabada la actuación de las venezolanas, la fiesta
siguió en el Centro Cultural Atarazanas, donde Mono Blanco, Siquisirí,
Chuchumbé, Los Utrera y Los parientes de la playa Vicente armaron
el fandango, con jarana, décimas y zapateado, hasta las tantas de
la mañana. Bailaron y cantaron hasta debajo de la lluvia, improvisando
rimas al aguacero, al viento y a la noche. Pero la tormenta no logró
que acabara la fiesta, tan sólo que arrastraran la tarima del exterior
al interior del centro cultural, donde siguió el fandango.
Hoy domingo, entre otros, se presentarán Ricardo
Benítez y su Quinteto de Cuba y el flamenco Diego el Cigala y Los
Piratas del Caribe.
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