México D.F. Sábado 19 de julio de 2003
Falta de empleos formales y presión a la baja de los salarios, condiciones actuales
Nulos beneficios de la apertura de México hacia el TLCAN: especialistas
Con el ALCA, Estados Unidos sólo busca mercados, no desarrollo social, alertan
ISRAEL RODRIGUEZ
Pese a que en materia comercial México ha sido el país más abierto en el TLCAN, se ha contraído la generación de empleo productivo, continúa creciendo la ocupación informal y se sigue presionando a los salarios reales a la baja. Estas fueron algunas de las conclusiones a las que llegaron especialistas y académicos durante su participación en la última sesión del 19 Seminario de Economía Mexicana, organizado por el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Alicia Puyana, catedrática de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, indicó que tras 10 años de operación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha disminuido la productividad por trabajador y no se ha verificado ni la esperada mayor absorción de mano de obra ni su mejor remuneración, por lo que el balance no puede considerarse positivo para México. Indicó que la intensificación del comercio con Estados Unidos y Canadá no ha inducido hsta la fecha ninguna tendencia hacia la equidad.
Puyana afirmó que no se evidencia la recuperación del crecimiento de la economía a los niveles de antes de la crisis de la deuda. Pese a que el ritmo de crecimiento de la población cayó significativamente, el producto interno bruto (PIB) se mantuvo prácticamente sin cambio. "De no haber caído, para el periodo posajuste se tendría crecimiento del PIB", señaló.
Mientras tanto, indica la especialista, se elevan las retribuciones al capital y se reducen los pagos al trabajo. Explicó que tanto los supuestos teóricos sobre comercio exterior como los objetivos explícitos de las reformas preveían más empleo, mejores salarios y más inversión por trabajador, pero no se han cumplido, lo que muestra que "algo" no está funcionando.
En su oportunidad, María Cristina Rosas, catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, consideró que aunque no se puede comparar la unificación de la Unión Europea con el proceso del TLCAN, sí existen elementos que deberían tomarse en consideración.
Señaló que hay que coordinar políticas macroeconómicas, las cuales seguramente tendrán una gran resistencia en grandes sectores de los tres países (Canadá, Estados Unidos y México). Manifestó que pese al gran número de tratados comerciales que ha firmado México -inclusive uno más en puerta, con Japón-, el país es comercialmente más dependiente de Estados Unidos.
Destacó que mientras en la Unión Europea existen grandes montos de recursos para apoyar a los países más débiles y que éstos lleguen a una convergencia con los países más fuertes, en el seno del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) no existe ninguna red de protección social, porque Estados Unidos pretende acceso a los mercados, no desarrollo social.
Al respecto, Carlos Rozo Bernal, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana, sostuvo que la integración en la Unión Europea no es un mecanismo para crecer, sino para lograr una mejor justicia social.
Desde principios de los años 80, la Unión Europea tuvo desempleo de alrededor de 12 por ciento, que ahora se ha logrado disminuir a 8 por ciento. Esta tasa, ningún país americano estaría dispuesto a reconocerla. Sin embargo, la diferencia es que allá existe un alto grado de protección social.
Rozo Bernal consideró que el modelo europeo es una opción al modelo que propone Estados Unidos. "En el caso del ALCA lo que hace falta son las instituciones que existen en la Unión Europea, en las que hay una federación, pero también una estructura intergubernamental". Sin embargo, reconoció que Estados Unidos no cederá soberanía, y menos con los países latinoamericanos.
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