México D.F. Martes 15 de julio de 2003
Teresa del Conde /I
Coloquio en la Academia de San Carlos
La directora de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, Luz del Carmen Vilchis, brilló por su ausencia el 3 de julio, cuando se desarrolló el coloquio sobre artes visuales en el edificio de Cavallari que fue sede por antonomasia de la Academia de San Carlos. El encuentro congregó ponencias de profesores e investigadores y su objetivo supuesto fue aportar ideas acerca de la enseñanza en las academias de arte, específicamente en la división de posgrado.
Asistí a todas las sesiones vespertinas, pues participé en una de ellas haciendo mancuerna con Francisco Castro Leñero, quien imparte cursos y talleres en la división de artes plásticas de la licenciatura. Este artista, que defiende la pintura a capa y espada, expresó de modo por demás contundente que a él, hoy día, ya no le importa lo que sea, o no, calificado de ''arte"; lo que le importa es pintar, y dejó en claro que seguirá haciéndolo porque el propio ejercicio de la pintura se constituye en su dasein (su ser en sí en el mundo y su conciencia de ser).
Aunque no fueron esas palabras heideggerianas exactamente las que pronunció, no dejó duda al respecto y su exposición vigente en la Galería Metropolitana de la UAM lo confirma.
Al adentrarme en el patio, donde se encuentran los yesos que el gobierno italiano obsequió, me percaté de la ausencia de uno de los dos conjuntos de Miguel Angel, que mediante moldes originales recrean los monumentos de los llamados ''capitanes" en la Nueva Sacristía de San Lorenzo en Florencia. Como bien se sabe, estas esculturas han sido vistas, copiadas, analizadas, admiradas y me temo que también ignoradas por un sinnúmero de generaciones de estudiantes de artes plásticas, antes y después del cambio del grueso de la escuela a Xochimilco, donde se cursan las licenciaturas.
Sólo estaba Giuliano con La noche y El día flanqueándolo. Lorenzo, il pensieroso, participa probablemente en la exhibición Maravillas y curiosidades. Mundos inéditos de la UNAM, vigente en San Ildefonso.
El maestro de dibujo Jorge Chuey pronunció frases como: ''Se necesita mucho más filosofía y más humanidades"... con objeto de no quedar ''adormecidos con el dogmatismo didáctico y la rutina". Su participación se centró en la importancia de la enseñanza del dibujo. En realidad el ámbito estaba teñido de nostalgia y se percibe que el posgrado de la escuela se encuentra en un callejón sin salida.
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