México D.F. Martes 8 de julio de 2003
El tenor celebra con una gala operística
en Bellas Artes 20 años de trayectoria
México ya no sólo exporta tequila, sino
cantantes, expresa Ramón Vargas
Los intérpretes de mi generación ahora
recogen sus frutos desde su trinchera, señala
Estará acompañado por Encarnación
Vázquez y Lourdes Ambriz, entre otras estrellas
CESAR GÜEMES
Sin música todavía, apenas con el murmullo
de los integrantes de la orquesta que toman su sitio, el director Enrique
Ricci adecua, cuenta y ajusta los movimientos sobre la partitura. Pide
que los atrilistas presten atención, les solicita hacer un apunte
a mano. Baja la mirada, sigue en lo suyo. ''¿Cómo dijo?",
"¿Puede repetir?" Repite, paciente, el argentino-español
cuya batuta ha movido sinfónicas como las de Bolonia, Singapur y
Barcelona o la Filarmónica Checa.
Suena un celular entre los músicos. Ricci espera
que la llamada termine. Se toma su tiempo para llegar al inicio del ensayo
general de la Gala Operística Ramón Vargas y su Generación,
con la que el tenor mexicano celebra 20 años de carrera.
Finalmente
Ricci ordena silencio con estudiada y suave autoridad. El silencio se hace
de un solo golpe en la sala principal del Palacio de Bellas Artes, donde
la noche de este martes tendrá lugar la gala. Tan limpio silencio
se romperá una y otra vez, aunque cada vez menos, a lo largo del
ensayo. En varias ocasiones el director interrumpirá el transcurso
de las piezas para ajustar detalles, sobre todo de tiempo. Cada vez menos,
siempre menos.
Los campeones son los que trabajan
Disciplinado, Ramón Vargas interpreta al lado izquierdo
del director, de espalda a la butaquería. Aplausos y una discreta
ovación lo acompañarán a él y a los demás
cantantes que participarán en la gala. Acompañarán
al tenor: María Luisa Tamez, Conchita Julián, Jesús
Suaste, Rosendo Flores, Encarnación Vázquez, Oscar Sámano,
Lourdes Ambriz, Octavio Arévalo, Ana Caridad Acosta, Arturo López
y Belem Rodríguez.
Muchos de ellos tan jóvenes o más que el
propio Vargas, de quienes dice, en un aparte: ''México ya no sólo
exporta tequila, sino también cantantes. Creo que todos estamos
muy orgullosos de lo que pasa con nuestras voces jóvenes. Claro,
es diferente tener buena voz a ser buen cantante. Poseer una voz interesante
es apenas el primer requisito para cantar, porque si una persona es fuerte
en el terreno físico eso no la vuelve un atleta. Hay que trabajar
y volverse un campeón. Uno se hace cantante, se trae dentro cierta
vena, pero los campeones son los que trabajan".
-En su caso, no es verdad que 20 años ''no es nada".
-Son 20 años de desarrollo y entrega. Pienso que
en ellos se reúnen, en tiempo y espacio, todo un grupo de cantantes
que estuvimos aquí hace dos décadas en nuestro debut. Ahora
cada quien recoge sus frutos desde su trinchera. A mí me tocó
irme fuera, a otros quedarse en México. Cada uno se desempeña
como puede y como quiere. Los cantantes no somos personas tocadas por dios
alguno. Tenemos las características necesarias para realizar este
trabajo y expresarnos cantando, eso nos diferencia de otros profesionales
y artistas de otras disciplinas".
A las 20 horas de hoy comenzará la gala con la
Orquesta y Coro de la Opera de Bellas Artes, justo aquí porque,
como dice Ramón Vargas, quien vive en Europa y tiene contratos que
lo comprometen hasta 2008: ''México es mi tierra y el teatro del
Palacio de Bellas Artes es mi casa".
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