José Blanco

Ortiz

La ratificación de Guillermo Ortiz como gobernador del Banco de México formaría parte de la infinita impunidad de México. Los ciudadanos estamos absolutamente impotentes frente a esa mancha de avanzada descomposición social y política de la que nadie parece poder salvarnos. Estados Unidos, que no es en absoluto ningún ejemplo en materia de legalidad, tuvo un Fobaproa en los años 80, y 10 mil funcionarios bancarios fueron puestos tras las rejas. Los empresarios, banqueros y funcionarios mexicanos que estuvieron tras los créditos "irregulares", entre los que están las gigantescas operaciones ilícitas que fueron a dar a la panza del Fobaproa, con la presunta anuencia y autorización de Zedillo y un grupo de funcionarios hacendarios y bancarios, entre los que era fulgurante estrella Guillermo Ortiz, seguramente morirán con la conciencia negra de lo que se saben responsables.

Los defraudadores no pagarán un peso; pagaremos los ciudadanos durante décadas. Quienes son niños, y quienes no han nacido, tienen una deuda que pagar por años y años por unos créditos "irregulares" íntegramente ajenos a ellos. La fantasía del cine y de la literatura puede llevarnos al pasado y al futuro. Un grupo de banqueros, empresarios, y funcionarios bancarios y hacendarios, cometieron ultrajes financieros desde 1995, pero también viajaron al futuro, sin mediar fantasía alguna, y fueron a defraudar y robar a ciudadanos que aún no existen. Hemos sido y seguiremos siendo ferozmente esquilmados por esas operaciones, y el estado de derecho seguirá siendo una mentira tan inmensurable como la panza del Fobaproa. La alternancia, se nos dijo, pondría las cosas en su lugar. El presidente Fox mismo propuso la relección de Ortiz. La impunidad seguirá por su camino de siempre.

Acaso esa propuesta nació de los bancos extranjeros mexicanos, y de algunos organismos financieros internacionales, con propósitos diversos. Pero entre ellos está mantener la impunidad para siempre sobre los créditos "irregulares". ƑCómo pueden esos organismos exigirnos el estado de derecho, la transparencia en la esfera financiera, la eliminación de la corrupción, para ser aceptados en la globalización financiera, mientras hacen parte de la impunidad en esa misma esfera?

El señor Mackey dijo en su informe que la suya no fue una auditoría, sino una "evaluación"; una coalición política y empresarial impidió la auditoría para cubrir lo inconfesable y preservar la impunidad. Mackey dijo en su evaluación: la privatización condujo a una excesiva concentración de la propiedad de los bancos; una legislación bancaria inadecuada creó un ambiente de supervisión ineficiente y a esa circunstancia se aunaron garantías gubernamentales implícitas de que el contribuyente pagara a los bancos todos los créditos incobrables; grupos financieros poderosos eran copropietarios de los bancos, lo que dio lugar a créditos irregulares, y en algunos casos ilegales de los mismos bancos a estos mismos grupos y consorcios (créditos cruzados); los bancos se capitalizaron con dinero prestado por los mismos bancos; deficientes políticas económicas originaron la crisis de devaluación en diciembre de 1994, generando posteriormente altas tasas de inflación, las cuales generaron altas tasas activas de interés, sobre todo en 1995 y esta circunstancia agravó enormemente el problema ya existente de la cartera vencida.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el Banco de México y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, representados en el Comité Técnico del Fobaproa, tenían dos opciones: incentivar a los bancos a recuperar al máximo los créditos de grandes y medianos deudores y apoyar a los pequeños y cubrir por el Fobaproa los ahorros de los depositantes; o rescatar no sólo a los ahorradores, sino a los mismos bancos, inclusive los que manifiestamente eran inviables, absorbiendo a través del Fobaproa los créditos de deudores grandes, medianos y pequeños que eran renuentes o incapaces de pagar. La primera opción habría reducido considerablemente el costo del rescate para el contribuyente, pero el Fobaproa, siguiendo las órdenes de la SHCP optó por la segunda.

El informe Mackey contiene la lista de los 2 mil 407 créditos "irregulares" (que Michael Mackey llamó reportable transactions). En la barahúnda de ese río revuelto iba el atraco de los banqueros y empresarios mexicanos. (Estos elementos de la historia del Fobaproa fueron tomados de Juan Auping Birch, en Ricardo Solís, et al, Del Fobaproa al IPAB, Plaza y Valdés, México, 2000).

Esa historia yace sepultada ahora bajo toneladas de lodo, después de convertir la panza del Fobaproa en deuda pública, en deuda de todos los mexicanos vivos y por nacer. Nadie deslindó responsabilidades y todo quedó sumido en la más profunda impunidad. Ortiz sudó atlánticos y pacíficos entonces, pero terminó no enfrentando responsabilidades, sino como gobernador de la banca central de este país. Nos falta ver la lista de quienes lo ratificarán en el Senado. Viva México.