México D.F. Martes 8 de julio de 2003
COMICIOS 2003
La confrontación entre el IFE y el Ejecutivo
por la promoción del voto, otra causa
El abstencionismo, ejercicio plebiscitario hacia el
gobierno de Fox, dicen consejeros
Los porcentajes de votación expresan un desencanto
con el balance de la democracia
ALONSO URRUTIA Y MIREYA CUELLAR
Las elecciones federales de este domingo registraron el
mayor abstencionismo en la historia reciente del Instituto Federal Electoral
(IFE), cuyos integrantes, a pesar de la ''satisfacción'' por el
éxito en la organización del proceso, asumen el fracaso de
la escasa participación. Empero, las causas son diversas: responsabilidad
central de los partidos y sus campañas de ataques; la confrontación
entre el organismo electoral y el Ejecutivo por la promoción del
voto; desaliento de las expectativas de la democracia, y la insatisfacción
que ésta ha provocado entre el electorado.
Entrevistados sobre el balance de la contienda, los consejeros
Jacqueline Peschard y Jesús Cantú no ocultan que en el abstencionismo
registrado hay un elemento de ejercicio plebiscitario del electorado hacia
el gobierno foxista. Sin duda -dice Peschard- influyó en el ciudadano
una percepción sobre la gestión gubernamental, lo cual se
ve muy claro en la amplia mayoría del Partido de la Revolución
Democrática (PRD) en la ciudad de México, que se asocia al
gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y a nivel nacional
es el reflejo de que la gente juzga que ''no vamos bien''.
A juicio de Cantú, los porcentajes de votación
expresan también un desencanto ciudadano con el balance de la democracia,
con la cual creyó que se resolverían todos los problemas
económicos, sociales y políticos. No fue así y ahora
existe una percepción de que no se cumplieron las expectativas generadas,
lo que se reflejó en el votante.
Problema ''multicausal''
Es
muy significativo -destaca Cantú- que exista casi 4 por ciento de
votos nulos en esta elección, pues es muy difícil pensar
que tantos ciudadanos se equivocaron a la hora de votar. Es muy claro que
esta elevada proporción esconde, sin duda, una expresión
de abstencionismo activo, de protesta por lo que ha sucedido y con lo que
no está de acuerdo un sector de los ciudadanos.
Ambos consejeros coinciden en que la baja afluencia de
votantes no obedece a un solo factor, ''el problema es multicausal'', por
lo que es preciso extraer lecciones hacia futuro. Sin embargo, Cantú
matiza: en todos los países las elecciones intermedias no concitan
mucho interés en el electorado y se reduce la participación.
Si se evalúan las dos elecciones que ha organizado
el IFE como institución
autónoma, se observará que no son ''enteramente
comparables'', pues hubo factores que incidieron en una mayor participación
anteriormente. En 1997 había dos elementos que alentaron la votación,
pues por un lado eran los primeros comicios organizados sin la participación
del gobierno y también era la primera ocasión en que se elegía
un jefe de Gobierno en la capital, lo que sin duda impactó a nivel
nacional y se reflejó en un abstencionismo de 42 por ciento.
Por lo que hace al año 2000, ''no tengo que explicar
todo el entorno e interés político que concitó esa
elección'', lo que se expresó con un reducido abstencionismo
de 36 por ciento. Hacia atrás realmente no hay cifras confiables
sobre el abstencionismo, pues se buscaba entonces asegurar que por lo menos
en las cifras apareciera una participación superior a 50 por ciento
para legitimar la autoridad electa. En el caso de 1991 y 1994, cuando se
conformó el IFE -aunque sin autonomía-, hubo dos factores
que incidieron en la votación: la elaboración del padrón
electoral en 1991 y la recredencialización en 1994, cuando
se instrumentó la credencial de elector con fotografía.
Al respecto, Peschard señala el siguiente hecho
como un factor técnico que incidió en la participación
de 41 por ciento que se alcanzó el domingo: hace 12 años
que se elaboró el padrón y 9 que se lanzó la recredencialización;
por ello, en este proceso la desactualización del mismo alcanzó
20 por ciento. ''Esto es, personas que están en el padrón
pero que ya cambiaron de domicilio; ello incide en la votación.''
Un aspecto destacable para los consejeros es que el instituto
acreditó una vez más su confianza entre la ciudadanía,
pues se alcanzaron los niveles de respuesta más elevados de la historia
a la convocatoria para participar como funcionarios de casilla, lo cual
no se corresponde con la votación.
Hay otros elementos característicos de las democracias
electorales que deben tomarse en cuenta, como es el caso de que una elección
intermedia, sin figuras visibles que atraigan al electorado, reduce el
interés, apunta Cantú. No es lo mismo para el ciudadano identificar
a un candidato que va a ejercer el gobierno, en cualquiera de sus niveles,
que elegir diputados que ''finalmente se van a diluir en una gran masa''.
Sin embargo, Peschard subraya que si bien los factores
técnicos o propios de las democracias impactaron en el porcentaje
de votación, no deben impedir que se hagan balances del resto de
los factores, entre ellos los escándalos financieros de la pasada
campaña presidencial.
''Estoy convencida de que afectaron, pero es difícil
valorar ahora en qué sentido. Uno pensaría que si se sancionó
al PRI por un comportamiento de ilegalidad muy claro, habría un
costo, pero hay una recuperación real de ese partido en triunfos
distritales.''
Entrevistados por separado, ambos reconocen que el tipo
de campaña publicitaria marcó también el poco interés
ciudadano reflejado el 6 de julio. El caso del Partido Verde, que centró
su campaña en los medios de comunicación y privilegió
la propuesta, es sintomático en función de sus votos obtenidos.
No es el caso de los otros partidos, cuya campaña mediática
fue más agresiva ''y ahí hay sin duda elementos de análisis
para los mercadotecnistas de la política''.
La desaparición de cinco partidos políticos,
que en conjunto no sumaron 3 por ciento de la votación, no significa
para los consejeros que exista un esquema erróneo en el sistema
partidista del país. No advierten la necesidad de que se requieran
reformas electorales que endurezcan los requisitos para la creación
de nuevos partidos, pues no es el IFE el que tiene que cerrar la puerta
a la creación de otras expresiones partidistas.
Por otro lado, la consejera Peschard señaló
que el Instituto Federal Electoral tomará las previsiones necesarias
con respecto al Partido de la Sociedad Nacionalista, que tiene un adeudo
superior a 150 millones de pesos por concepto de multas derivadas de sus
malos manejos financieros. Habrá una notificación a la Secretaría
de Hacienda y Crédito Público, la cual podría instrumentar
medidas que implicarían el embargo precautorio de los bienes del
PSN para garantizar el pago de las multas.
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