México D.F. Domingo 6 de julio de 2003
Exponen sus óleos
Hallan los hermanos Cerezo la libertad mediante el arte
FERNANDO CAMACHO SERVIN
Contra la cárcel y la represión, el arte. Contra el encierro y el silencio, la dignidad. Esta es la forma en que los hermanos Héctor, Alejandro y Antonio Cerezo Contreras han enfrentado el calvario de estar en prisión sin merecerlo, en un proceso judicial que, asegura su defensa, está plagado de irregularidades.
Estos hermanos, además del comerciante Pablo Alvarado Flores y el albañil Sergio Galicia Max (ahora en libertad), fueron puestos tras las rejas desde el 13 de agosto de 2001, acusados por el ataque con petardos contra una sucursal de Banamex. Son, dicen las autoridades, milicianos de las FARP. Y aunque ya tienen auto de libertad por los delitos que se les imputan, siguen en prisión.
En el recién inaugurado Café Villa, el Comité para la Liberación de los Hermanos Cerezo expone 12 pinturas al óleo que testimonian que lo último en rendirse es la esperanza. Héctor, estudiante de Filosofía de la UNAM, es quien más pone de relieve su vena artística y presenta varias obras con diversos estilos y técnicas. Entre ellas, destaca un retrato de Lucio Cabañas hecho con espátula, en óleo sobre tela, basado en la fotografía clásica de Jorge Izquierdo, o su "Paisaje desértico", que logra transmitir la ansiedad de verse fuera y contemplar el sol, sentado en un risco.
Héctor pinta con una bien lograda técnica impresionista "Mujer bañándose", copia de la obra homónima de Edgard Degas, y también echa mano del puntillismo para plasmar "Felipillo". Pablo Alvarado también sale de prisión a fuerza de pinceladas de color y expone "Mujer en el mar", "Florero" y "Pulque".
Pero los Cerezo no paran ahí. A pesar de seguir en la cárcel, concretaron el segundo número de la revista Revuelta, un proyecto cultural que incluye análisis político, cuento, dibujo y un par de poesías de Antonio sobre Aguas Blancas y Jenin. El músico Fernando Medina Ictus y el grupo Trova Cósmica amenizaron una reunión donde el personal no se amilanó ni por la descompostura temporal de la máquina de hacer capuccinos.
El Café Villa, inaugurado el pasado viernes y ubicado en el Centro Social de la Villa Panamericana, vende aromático ciento por ciento natural y sin agroquímicos, de la comunidad indígena oaxaqueña de La Ihualeja, en la Sierra Mazateca. Las ventas se destinarán a mejorar las condiciones de la escuela primaria Abraham Castellanos de dicha comunidad, así como a recaudar 80 mil pesos para el segundo amparo que podría aminorar la condena de los presos de conciencia que saben volar.
La muestra Cerezo permanecerá en el lugar el tiempo que sea necesario. Mayores informes en la dirección www.nodo50.org/comitecerezo, o al correo [email protected].
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