Impone Francia a la pianista mexicana la Orden de las Artes y las Letras

Silvia Navarrete critica la falta de apoyo de las autoridades culturales a la música de calidad

ARTURO JIMENEZ

Una crítica a las autoridades culturales mexicanas por no apoyar la música de calidad y en cambio sí promover conciertos masivos de música light y comercial en festivales de arte, como el Internacional Cervantino, hizo la pianista Silvia Navarrete al ser condecorada por el gobierno de Francia en el grado de Caballero en la Orden de las Artes y las Letras.

''Se debe apoyar la cultura que es representativa de la idiosincrasia de una nación. La cultura es la expresión más alta de cualquier país y quisiera que nuestras autoridades lo recordaran", dijo la concertista, maestra e investigadora la noche del jueves ante un pequeño público reunido en la Casa de Francia, entre el que se encontraba el director del Instituto Nacional de Bellas Artes, Saúl Juárez.

Navarrete había mencionado en contraparte el ejemplo de Francia para muchos países respecto de la promoción de su capital artístico. ''Muy especialmente en este momento para México, en el cual la cultura se ha convertido en algo que no llega a ser muy claro: los conciertos masivos, la cultura light y una serie de manifestaciones que reciben mucho más apoyo".

Navarrete fue condecorada por el consejero cultural de la embajada de Francia en México, Gérard Fontaine, quien hizo un recuento desde que comenzó a despertarse la vocación musical de la niña Silvia, rodeada de pianos, de sus estudios en Viena, París y otras ciudades europeas; de sus grabaciones exitosas como Ecos de México, de su trabajo con los boleros mexicanos o la música latinoamericana, de sus muchos premios nacionales e internacionales, de su preferencia por Ravel.

En su respuesta, Navarrete mencionó a Francia como su ''patria por elección" y recordó cómo, en palabras de Baudelaire, sucumbió ante los ''sonidos con aroma" de Debussy. Al final ofreció piezas de los franceses Ravel y Debussy, así como del mexicano Manuel M. Ponce.

Festivales vedados al arte

En festivales como el Cervantino, reiteró la pianista, ''no tenemos cabida, por más que roguemos que nos inviten. Festivales como ése deberían ser los primeros en los que tuviéramos un lugar especial, pero nos está vedado desde hace muchos años".

Y aclaró: ''No quisiera sonar amargada ni mucho menos, pero hay una realidad en este momento. Si se compara la programación del Cervantino del año pasado con otras anteriores, se percibe una tendencia hacia lo 'popular' o, más bien, comercial.

''Es indudable que muchos conjuntos han logrado una difusión masiva gracias a los medios electrónicos de comunicación. Eso no quiere decir que sean de calidad. Y de repente los adoptan como expresiones culturales propias. Yo me reservaría mucho este calificativo de que es una manifestación cultural un grupo que tiene un nivel ínfimo de calidad como factura musical.

''La música popular es una maravilla siempre que esté hecha con calidad, y un ejemplo lo tenemos en Cuba con toda esa música maravillosa ejecutada por músicos de primer orden. Lo importante es darle su lugar justo a las expresiones que tenemos. Hay -dijo- mucha música mexicana y latinoamericana de calidad, popular y no. Pero que no se vaya a repetir Televisa."