México D.F. Viernes 4 de julio de 2003
César Romero dirige un espectáculo
en el que invoca ''la extravagancia y el arte''
Propuesta multidisciplinaria para reflexionar sobre
la diversidad sexual
Sizza, el protagonista, ''es un chavo que juega
con lo masculino y lo femenino''
''México puede llegar a ser de Primer Mundo en
tolerancia, pues tenemos sed de crecer''
MONICA MATEOS-VEGA
Su presencia inquieta a muchas personas y Sizza
lo sabe. No es sólo por su cabeza rapada, o por la belleza de su
rostro de niña coqueta, o por su cuerpo firme, educado por la yoga.
Es la dualidad que se desprende de su mirada lo que provoca curiosidad
en los otros, inclusive miedo, afirma.
Pero a Sizza no le atemoriza ''ser como es", no
sabe vivir en el anonimato o en la clandestinidad. Todo lo contrario, explica,
''ser homosexual implica una gran responsabilidad".
César Romero es coreógrafo, bailarín,
cantante, maestro de yoga, acróbata. Es Sizza, un ser libre
que ha inspirado la historia que guía el espectáculo que
se presenta hoy en el Museo Universitario del Chopo en el cual, además
de ''un poco de extravagancia y arte" se hará reflexionar al público
acerca de la tolerancia y el respeto a la diversidad sexual.
Sizza, añade Romero, ''es un chavo que juega
con lo masculino y lo femenino, pero también con asuntos como los
derechos humanos, de tal manera que el público reconozca algo que
le sea familiar, cercano, hasta llegar a la igualdad".
Director de la compañía Eros Ludens
El
joven coreógrafo fue integrante del grupo de danza gay La Cebra,
que dirige José Rivera. Como autor e intérprete, Romero ha
participado en festivales dancísticos en Europa y actualmente dirige
la compañía Eros Ludens, con la cual se presentará
en breve en el Palacio de Bellas Artes.
''Quisiera que mis ideas expuestas en el escenario trascendieran
el ámbito homosexual, es decir, no diseño espectáculos
pensados de manera exclusiva para elpúblico gay", explica César
Romero en entrevista con La Jornada.
Optimista, considera que México puede llegar a
ser de ''Primer Mundo en cuanto a tolerancia e ideas acerca de la igualdad,
pues la sociedad tiene una gran sed de crecer, de cambiar, no sólo
en el terreno político. Una situación o, inclusive, una persona,
pueden detonar esta inquietud, porque necesitamos confrontarnos, saber
a dónde queremos ir".
Esta es la razón que mueve a Sizza a no
bajar la mirada cuando decenas de ojos lo escudriñan en la calle
o cuando viaja en el Metro:
''Sé que soy un misterio para todos ellos, para
hombres y mujeres; los puedo atraer o provocar repulsión, pero creo
que la tolerancia parte de la aceptación que uno mismo se tenga,
es decir, yo sé que ser homosexual es una gran responsabilidad y
que no estoy descubriendo el hilo negro con la imagen que manejo, con la
propuesta escénica que presento, pero soy honesto y eso es lo que
deseo compartir."
Por ello, agrega, ''es importante que quienes nos dedicamos
al arte toquemos este tipo de temas a fondo, el mismo público lo
exige. Ya pasaron los años de lucha feroz por lograr que nos aceptaran,
ya es insuficiente tener un día de marcha gay (en la que, por ciento,
muchos y muchas van sólo a loquear). Ya tenemos espacios
y hay que hacernos responsables de ellos, explotarlos al máximo.
Tenemos todo en charola de plata".
Victoria parcial
César
Romero, a sus 24 años, siente que pertenece a una generación
que si bien ya no batalla contra la violencia extrema por conseguir respeto
para él y sus compañeros homosexuales, ''aún no ha
ganado del todo la guerra. Pero tenemos un poco más de seguridad,
tanto emocional como física, para desarrollar el talento y la creatividad,
para mostrarnos como somos, con todo y nuestra forma de convertir lágrimas
en risas o de vivir el cachondeo, que es muy necesario en la vida,
aunque digan que si quiero expresar todo esto mediante la poesía,
que eso no vende", puntualiza el bailarín, quien también
es un activo promotor de la Campaña Permanente por la No Discriminación.
Confiesa que una ocasión lo golpearon por homofobia,
no obstante, ''unos golpes se quitan, lo importante es seguir fiel a lo
que se siente, a lo que se es y al objetivo al que uno se dirige.
''Yo he tenido libertad para decidir quién quiero
ser: no soy un travesti, soy un hombre que se maquilla. Puedo traer una
blusita o un vestido, pero mi cuerpo es de hombre y me gusta.
''Además de ser un misterio para muchas personas,
también soy una especie de espejo; sé cuándo me miran
y piensan no sólo en que pueden tener un amigo, un primo o un hijo
como yo, sino que 'algo' como yo está en su interior.
''Por eso me gusta que, sin importar el matiz o la intención
de la mirada, me observen y si se puede que vayan hacia el fondo de esa
inquietud que despierto", concluye.
Sizza. Una propuesta musical diferente, se presenta
hoy y mañana a las 20 horas en el Museo Universitario del Chopo
(Dr. Enrique González Martínez 10, colonia Santa María
la Ribera).
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