México D.F. Viernes 4 de julio de 2003
Kirchner rechaza dar un solo paso atrás
en la depuración de los poderes del Estado
Argentina anulará decreto que impide extraditar
militares: fuentes oficiales
Hay preocupación en las fuerzas armadas por los
cambios que se anunciarían en breve
AFP, REUTERS Y DPA
Buenos Aires, 3 de julio. El gobierno argentino
está a punto de derogar el decreto que traba la extradición
de militares a países que los juzgan por violaciones a los derechos
humanos durante la última dictadura (1976-1983), revelaron hoy fuentes
gubernamentales a la prensa.
La secretaria de Derechos Humanos de la cancillería,
Alicia Oliveira, expresó en declaraciones radiales que el gobierno
"debe cumplir con las obligaciones internacionales en materia de juzgamiento
de violaciones a los derechos humanos".
Fuentes del Ministerio de Defensa y de las fuerzas armadas
consultadas por Afp coincidieron en señalar que la decisión
final, no obstante, está en manos del presidente Néstor Kirchner,
"independientemente de que parece un hecho que se derogará el decreto".
La anulación de la norma firmada por el presidente
Fernando de la Rúa en 2001 dejaría en manos de los jueces
la decisión de aceptar o no las peticiones de extradición.
Los magistrados deberán evaluar si los delitos por los que son solicitados
ya fueron juzgados o perdonados en Argentina.
Una
fuente de Defensa reconoció que "hay preocupación en las
fuerzas armadas, pero hay que circunscribirla a un sector de la conducción
y a influyentes militares retirados que se sienten afectados por la eventualidad
de que el gobierno libere a la justicia para que pueda hacer citaciones
sin límites".
El tema volvió a ser discutido en días pasados,
cuando se concretó el proceso de extradición de México
a España del ex marino Ricardo Miguel Cavallo, acusado de terrorismo
y genocidio por el juez Baltasar Garzón, quien ha pedido a Argentina
la extradición de medio centenar de militares represores de la dictadura,
la cual dejó 30 mil desaparecidos.
Esta decisión subraya, según analistas,
la audacia política de Kirchner, quien removió la cúpula
de las fuerzas armadas para dejar a militares que no actuaron durante la
dictadura, y además ha iniciado una campaña contra la corrupción.
También encaja con la medida de Kirchner, quien
asumió el 25 de mayo, de impulsar en el Congreso juicios políticos
contra los jueces de la Corte Suprema de Justicia que han sido acusados
de corrupción o mal desempeño de sus funciones.
Precisamente, un proceso de juicio político a Eduardo
Moliné O'Connor, cuestionado integrante de la Corte, se inició
este jueves en el Parlamento. Moliné es considerado el verdadero
mentor de la llamada "mayoría automática", que durante la
década de los 90 respaldó todas las decisiones del ex presidente
Carlos Menem (1989-99), quien aumentó de cinco a nueve el número
de miembros del tribunal para designar allegados. La presidencia de la
Corte está vacante desde la renuncia de Julio Nazareno el 27 de
junio, cuando era inminente su juicio político.
De su lado, la gobernación peronista de la provincia
de Buenos Aires, la más poblada y violenta del país, relevó
este jueves al jefe de su cuestionada policía, Alberto Sobrado,
quien se habría negado a apoyar una investigación sobre el
patrimonio de los directivos de la fuerza de seguridad, ya que poseería
una cuenta bancaria por 350 mil dólares en las Bahamas, cuya procedencia
no podría justificar.
En este contexto, Kirchner sostuvo este jueves que no
dará un solo paso atrás en su afán por depurar los
poderes del Estado, y pidió a los argentinos que lo ayuden "a construir
una nación donde se termine con la corrupción y se premie
el trabajo".
En un discurso ante los obreros de la planta automotriz
de Peugeot en la periferia de la provincia de Buenos Aires, el mandatario
señaló que la "recuperación de la economía
es paulatina y muy buena", mientras firmaba autógrafos y recibía
muestras de afecto de unos 750 operarios, quienes lo vitorearon.
En tanto, Argentina sumó un nuevo juicio en su
contra en los tribunales arbitrales del Banco Mundial, al ser acusada por
la poderosa firma española Telefónica de congelar las tarifas
después de la devaluación. El aumento de tarifas de servicios
públicos, privatizados durante el menemismo, es uno de los reclamos
del Fondo Monetario Internacional (FMI) para llegar a un nuevo acuerdo
de reprogramación de la deuda.
La demanda fue difundida el mismo día en que se
conoció un documento interno del FMI sobre Argentina, que "dedica
un escéptico capítulo a la situación de las empresas
privatizadas de servicios públicos", según el diario El
Cronista.
En este contexto, el gobierno anunció hoy la puesta
en marcha de una comisión encargada de analizar y renegociar 61
contratos de concesión de servicios públicos.
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