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México D.F. Martes 1 de julio de 2003

La acción es una defensa de los derechos humanos, expresa el grupo chileno

Al extraditar a Cavallo, México da un ejemplo al mundo: Illapu

Mañana tocará en el teatro Pedregal; será una especie de recuento de su trayectoria Experimentar y fusionar los ritmos andinos "nos da una particularidad incluso frente al contexto chileno", afirma

ARTURO CRUZ BARCENAS

Con la extradición de Ricardo Miguel Cavallo a España para ser procesado por el juez de la Audiencia Nacional, Baltazar Garzón, México ha dado un ejemplo al mundo. "Este país ha hecho algo que nosotros no pudimos hacer cuando tuvimos a Augusto Pinochet preso en Londres", expuso Carlos Elgueta, bajo del grupo chileno Illapu (Rayo, en voz quechua).

En entrevista, Elgueta y Roberto Márquez Burgueño, dos de los seis integrantes del grupo fundado en 1971, expusieron que la acción del gobierno mexicano es una defensa de los derechos humanos, "porque todos sabemos el genocida que fue Cavallo, de todo el daño que hizo a muchas familias argentinas".

Elgueta expuso que mientras en Argentina se reportan 30 mil desaparecidos por la dictadura, en Chile, durante el régimen pinochetista, fueron más de 5 mil 300. "Ahora sabemos que muchos enterrados fueron removidos por la dictadura y sus cuerpos arrojados al mar. Esto tiene a nuestra sociedad muy afectada.

"Han hallado huesos, dientes, partes muy pequeñas. Eso implica que se siguieron cometiendo delitos graves. Se agarraba a la gente, se le torturaba, mataba y desaparecía; esto es más dolor para los familiares. Jamás van a tener la opción de hallarlos", agregó.

Illapu fue expulsado de Chile en 1981. "No sabemos por qué. Nunca nadie nos ha dado una explicación. Es parte de la insensatez de los dictadores. Creemos que el motivo era el miedo del dictador a gente que, como nosotros, era muy popular, que convocaba a muchas personas.

"Aunque no hacíamos canciones básicamente políticas, sí tocábamos la cuestión humana, la problemática indigenista. Desde esa perspectiva éramos peligrosos, pero también por los instrumentos, las vestimentas; se estigmatizó todo", precisó Márquez, líder de Illapu, grupo que se presentará mañana, miércoles 2 de julio, en el teatro Pedregal, a las 20:30 horas.

Márquez agregó que Illapu entró "al último de la corriente de la nueva canción, después de Víctor Jara, de Violeta Parra, Inti, pero con una propuesta distinta, porque somos del norte de Chile y buscábamos reinvindicar nuestra forma de ser. Venimos del mundo andino y lo que hacíamos era algo totalmente distinto de lo que se hacía en Santiago, la capital".

Llegaron a radicar a Santiago en 1973, seis meses antes del golpe militar. Cuando llegó éste, Illapu se desintegró un año. Regresaron y son los únicos que experimentan y fusionan los ritmos andinos. "Hay otra gente que está haciendo música clásica con instrumentos andinos, pero estamos solos.

"Esto nos da una particularidad incluso frente al contexto chileno", indicó Márquez, para quien su trabajo ha valido la pena. "En 1976 hicimos famosa una canción, Candombe para José, la cual conocimos en Argentina y le metimos charango y quena. Se proyectó a América Latina y en México hubo versiones de cumbia, conocidas como El negro José."

Fenómeno musical poco homologable

Reconocen que el exilio los sometió a varias influencias, como la del rock y géneros contemporáneos. "Los Illapu somos un fenómeno musical poco homologable. Podríamos compararnos con lo que ha hecho Carlos Vives en Colombia, quien sacó al vallenato de su entorno y lo proyectó al mundo. Algo similiar hizo Juan Luis Guerra en el caso de la bachata".

En Chile son un grupo popular. A sus conciertos van personas de varias generaciones. "Nuestro público se ha renovado, pues contemporáneos llevan a su hijos a vernos. Por el Candombe para José y Lejos del amor nos criticaron. Nos acusaron de habernos vendido al sistema. Hay una confusión, pues necesitamos usar los vehículos adecuados para proyectarnos."

Han tenido temas en el top chileno, "por semanas". Algunos, en otros países. En los años 70 influyeron en los jóvenes mexicanos que buscaban música diferente. Carlos Elgueta fue profesor del CCH, en los planteles Oriente, Sur y Azcapotzalco.

Los chilenos tienen gran ingenio para inventar modismos, formas de burlarse del poder, de la dictadura. Dijeron: "No por nada tenemos dos premios Nobel: Gabriela Mistral y Pablo Neruda. El público del Distrito Federal, el mexicano, es muy leal. En 1986 tuvimos grandes temporadas en el Teatro de la Ciudad, con entradas agotadas.

"Este público le ha enseñado a sus hijos su gusto por esta música. Vienen personas de otros estados. Con México tenemos una cuestión emocional. En Europa hay poco color en el entorno. Llegamos a México y lo primero que nos impacta es el idioma. Después de 30 años estamos en México de manera permanente", dijo Márquez.

Mañana, expusieron, darán un concierto para gente de todas las edades, con una especie de recuento, incluyendo temas como Vuelvo para vivir, El pozo de mis sueños y Un poco de mi vida. "En poco más de dos horas. Hay canciones que tenemos que tocar, a fuerza."

Cantan, afirmaron, al ser humano; es decir, no se dedican en exclusiva a una postura partidista, aunque "la caída del Muro de Berlín, de lo que se llamó la URSS, del socialismo real, afectó ciertas tendencias, pero los problemas siguen existiendo. Debemos inventar nuevas fórmulas, nuevos colectivos o partidos. Nosotros partimos del hombre global, en todas sus dimensiones".

Huyen de lo mesiánico en el sentido de que haya grupos que quieran imitarlos. "Sí hemos dado herramientas para que otros hagan lo suyo."

Democracia negociada

Puntualizaron que en Chile hay muchos Cavallos "caminando, libres. Nosotros no hemos sido capaces de castigarlos. Nuestra democracia fue negociada. Los mismos milicos fueron parte de la mesa de negociación y aún vivimos las consecuencias. La Constitución que nos rige la hizo Pinochet a su medida. Los torturadores se pasean en la calle con plena armonía.

"Lo de Cavallo ojalá tenga consecuencias. Con el juez Garzón tenemos los chilenos una gran deuda. Pinochet hoy día no representa a nadie. Si a Pinochet no lo hubieran cazado en Londres estaría en Chile sin que nadie lo tocara; estaría reinando como senador vitalicio. Pero está inutilizado, gracias a Garzón", agregaron Márquez y Elgueta.

Luego de su presentación en el teatro Pedregal cantarán en La Planta de Luz, de Plaza Loreto, el 4 y el 5 de julio. "Aquí será algo más íntimo." Después se actuarán en varios foros de la República Mexicana.

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