México D.F. Lunes 30 de junio de 2003
Numerosas diferencias
Los comicios, fuente de conflictos entre IFE y Gobernación
ALONSO URRUTIA
En los pasillos del Instituto Federal Electoral (IFE), el consejero Jaime Cárdenas resume su visión de la contienda: "a la Secretaría de Gobernación solamente la hemos visto como un obstáculo para el IFE, nunca como ahora llegamos a este nivel de confrontación institucional".
La primera elección federal bajo el nuevo gobierno -los comicios del 6 de julio-, el de la "gobernabilidad democrática", ha resultado un tortuoso proceso de relaciones entre el IFE y la administración foxista, con la Secretaría de Gobernación por delante. Esa confrontación llegó al máximo nivel con el amago del instituto de acudir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para dirimir las diferencias con el gobierno federal sobre la campaña foxista de promoción del voto.
La confrontación ha incluido desde la disputa por la aplicación de los tiempos complementarios para los partidos, la intromisión del clero en el proceso electoral, el escándalo del robo del padrón y el carpetazo que le dio la dependencia, hasta la abierta confrontación por el retiro de la propaganda de obras y, señaladamente, por la campaña de promoción del voto del presidente Vicente Fox.
La firma de un acuerdo que involucró a diez secretarías de Estado y a la Procuraduría General de la República para garantizar que los programas sociales no persiguieran un usufructo electoral y la instalación de una mesa de coordinación con todos los partidos -que naufragó ante la fuerza de los escándalos públicos por la propaganda gubernamental- fueron las acciones que intentó impulsar la Secretaría de Gobernación como aporte a la equidad de la contienda.
El consejero Cárdenas acusa: "un secretario de Gobernación como Santiago Creel, que conoció el IFE y la importancia de la lucha por su autonomía, porque fue consejero ciudadano, y que adoptó posturas más radicales que los secretarios del PRI, llama mucho la atención con su actual proceder y es un terrible desengaño".
Más cautelosa en su balance, la consejera Jacqueline Peschard dice: "no creo que todos los asuntos hayan sido concatenados, aunque vistos en retrospectiva pareciera que fuimos de uno a otro hacia un nivel cada vez de mayor confrontación. Pero diría que el único tema que nos llevó a un nivel de choque fue el de la promoción del voto. En los otros hablaría mas bien de que la colaboración no se dio con la intensidad que hubiéramos requerido".
Para las principales representaciones opositoras, PRI y PRD, el punto central ha sido la tentativa gubernamental de regresar a ser protagonista en el proceso electoral por la vía de los hechos, cuando el principal acuerdo entre las fuerzas políticas fue erradicar al gobierno de los comicios.
Como en los tiempos del PRI, la negociación de los tiempos complementarios de los partidos políticos en los medios de comunicación En horarios accesibles fue igualmente difícil con una agravante más: el director de Radio, Televisión y Cinematografía, Manuel Gómez Morin, panista de pura cepa, estaba más preocupado por su candidatura a diputado que por enfrascarse en una negociación con los concesionarios. El saldo: la campaña arrancó sin acuerdo alguno. Sería el nuevo director, Héctor Villarreal, quien debió salvar -a medias según los partidos- el entuerto.
"Encontramos disposición de Gobernación -resume Peschard-, pero hay una dificultad en la contraposición entre el código electoral y la ley de radio y televisión. Diría que en este tema, complejo y accidentado, hubo disposición del gobierno, pero no muy efectiva, porque el asunto se distendió y mejoró, pero hasta el final."
Cuando el asunto aún estaba trabado entre Gobernación, el IFE y los concesionarios, comenzó el activismo electoral en los templos. La emisión de la denominada "instrucción pastoral" del obispo queretano, Mario de Gasperín, constituía la embestida de un importante sector del clero conservador contra quienes pregonan la despenalización del aborto y promueven las llamadas sociedades de convivencia. Casi dos meses después, cuando los comicios están en puerta, la secretaría no ha resuelto una sola denuncia relacionada con la injerencia de la Iglesia en el proceso electoral.
"No encontramos una identidad de interpretaciones -señala Peschard-. Para nosotros es claro lo que entendemos sobre la intervención de un ministro de culto en política, pero Gobernación no lo leyó de la misma manera. Interpretó diferente."
Casi paralelamente al activismo del clero, sobrevino un nuevo escándalo que involucraba a Gobernación: la venta de empresas mexicanas del padrón electoral a la empresa estadunidense ChoicePoint. Las investigaciones que de inmediato inició el IFE para conocer al presunto responsable arrojaron que la copia vendida salió de Bucareli. La dependencia intentó desmentir los hechos para luego finiquitar el asunto rescindiendo el convenio que tenía con el IFE. "Eso fue un carpetazo para no investigar", resume Cárdenas.
El último mes de campaña se consumió en medio de los esfuerzos de toda la oposición por erradicar la omnipresencia presidencial enlos miles de mensajes de Fox responde, retirados ante la presión partidista.
Coincidente en que el tema de la promoción del voto ha sido el punto más conflictivo de la relación del IFE con el gobierno, Peschard señala que el asunto era más político que jurídico. Generar condiciones equitativas en la competencia es un principio básico. Si diez de los 11 partidos decían que por el contenido, la circunstancia y la personificación de los espots -en el Presidente- se daba un sesgo o una asimetría en la contienda, evidentemente esto incidía en la adecuada equidad. "Estoy de acuerdo en que el Presidente promueva el voto, pienso que entre más actores lo hagan es mejor; el problema es cómo se participa y si al hacerlo hay identidad de frases y de imágenes. Entonces queda la percepción de que se estaba favoreciendo a un partido."
|