México D.F. Domingo 29 de junio de 2003
El diplomático alemán exhortó a iniciar una profunda reforma en universidades de AL
EU utiliza la educación para extender su dominio sobre otros países: Arnold Spitta
El actual estatismo ocasionará una división de clases entre los egresados de las escuelas
JOSE GALAN
El sistema estatal de educación superior de México, al igual que en Alemania, es relativamente estático, y se ve confrontado con la oferta educativa comercializada de universidades extranjeras, sobre todo anglosajonas, para las que educación y formación son fundamentalmente un mercado educativo, lo que representa un desafío para dicho sistema, advirtió Arnold Spitta, nuevo titular de la oficina de cooperación e intercambio académicos de la embajada de Alemania en México (DAAD, por sus siglas en alemán), y agregó que las universidades de América Latina, privadas o públicas, sólo tendrán posibilidades reales de competir exitosamente si se someten a transformaciones profundas.
En el documento La cooperación científica y universitaria entre México y Alemania en el contexto de la Unión Europea, el funcionario y académico alemán consideró entre las transformaciones necesarias el aumento de eficiencia, mejores controles de calidad y evaluación de rendimiento, más eficacia para conseguir subsidios de investigación y atraer a los mejores estudiantes, "o, dicho de otro modo, tienen que diseñar una clara estrategia de internacionalización".
Pero reformas profundas de esta índole, acotó, "son impensables sin la decidida y eficaz voluntad política de gobiernos y sociedades". Ahora bien, si estas reformas son postergadas o rezagadas, advirtió que se correría el peligro de que el sistema nacional de educación superior se divida en dos: un sistema dominado por el exterior, caro pero de buena o al menos aceptable calidad, y otro, atrasado e incapaz de competir en el mercado educativo.
El experto reveló que Estados Unidos consideró por mucho tiempo a los estudiantes extranjeros en primer lugar como un factor económico de relevancia; en segundo término -con un enfoque a largo plazo- como potenciales amigos en las futuras elites funcionales de sus países de origen, y en tercer lugar como un potencial de investigación que podría "comprarse", según las propias necesidades o la escasez de mano de obra académico-científica en determinadas disciplinas.
De este modo, Estados Unidos desea no sólo conquistar el mercado internacional de la educación superior con métodos dinámicos de mercadeo, a veces inclusive agresivos, para "vender" a talentosos jóvenes de todo el mundo una carrera universitaria generalmente costosa, sino que ofrece a los mejores graduados, especialmente a quienes culminan con éxito el doctorado, puestos de trabajo en la industria o en institutos de investigación. De acuerdo con cifras del Banco Mundial, un tercio de los estudiantes extranjeros en Estados Unidos no regresa a su país de origen.
En este sentido, advierte que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que México firmó con Estados Unidos y Canadá, no dejará de afectar en el corto o mediano plazos a las instituciones de educación superior del país, ya que tarde o temprano aparecerá en la agenda el tema de la liberalización del mercado educativo.
A instancias de Estados Unidos, el tema de la formación superior como una mercadería negociable ha sido puesto en la agenda de la próxima reunión de la Organización Mundial del Comercio, con miras a la apertura de los sistemas de educación superior a la competencia internacional, a pesar de que ese país no ha removido las barreras legales que obstaculizan la competencia internacional en su propio mercado educativo.
|