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México D.F. Domingo 29 de junio de 2003
RUMBO AL 6 DE JULIO
Promueven la decadencia y la disolución de la razón, dice
Críticas del arzobispo de Oaxaca a ONG, candidato y Guía de padres
ALMA E. MUÑOZ
El administrador de la diócesis de Antequera-Oaxaca, arzobispo Héctor González, alertó en un análisis sobre el proceso electoral del 6 de julio sobre los riesgos que implica votar por quienes, con sus ''tendencias culturales'', promueven ''la decadencia, la disolución de la razón y los principios de la ley moral''.
Puso como ejemplo el impulso que dan a estos ''comportamientos'' la organización Católicas por el Derecho a Decidir, un candidato a diputado federal en Oaxaca -de quien se abstuvo dar el nombre- y la Guía de padres -elaborada por la Fundación Vamos México y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación-, por ''favorecer la equidad de género, equiparar a hombres y mujeres, a heterosexuales y homosexuales, y auspiciar la masturbación, autorizando a los adolescentes a ejercer prematuramente la sexualidad sin límites y sin responsabilidad''.
Ese documento, insistió el también arzobispo de Durango, favorece el ''relativismo ético con una definición amplia y diluida de la familia'', que ''no podría identificarse nunca con forma alguna de legítimo pluralismo''.
Con base en el texto titulado El compromiso y la conducta de los católicos en la vida política, que emitió la Congregación para la Doctrina de la Fe el 24 de noviembre pasado, el religioso lamentó que al Congreso de la Unión lleguen sugerencias o propuestas para ''acontentar (sic) estas tendencias o aspiraciones'', mientras algunos partidos políticos los incluyen en sus plataformas electorales, al grado de provocar una ''virulenta reacción de muchos, porque los ministros de culto abogamos por la moral''.
Los ciudadanos católicos, insistió, cuentan con la libertad de elegir ''entre las opiniones políticas compatibles con la fe y la ley moral natural'', en el entendido de evitar la formulación de normas que ''prescinden de los principios de la ética natural'' pero sobre todo apegándose a su ''precisa obligación de oponerse a toda ley que atente contra la vida humana'' y eso incluye, sostuvo, negar el voto.
Análogamente, reiteró, debe defender la libertad de los padres a educar a sus hijos y ''salvaguardar la tutela y promoción de la familia, fundada en el matrimonio monogámico entre personas del sexo opuesto y protegida en su unidad y estabilidad, frente a las leyes modernas sobre el divorcio. A la familia -subrayó, no pueden ser jurídicamente equiparadas otras formas de convivencia, ni éstas pueden recibir, en cuánto tales, reconocimiento legal''.
Estas y otras razones son las que, adujo, propician que particulares y grupos pugnen por el silencio de la Iglesia, ''como si con sus exigencias éticas quisiera imponer una doctrina religiosa, cuando las mismas están radicadas en el ser humano y pertenecen a la ley moral''.
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