México D.F. Jueves 26 de junio de 2003
"Precario estado de salud, nutrición y escolaridad"
Reconoce Sedeso "perpetuación" de la miseria en 6 millones de hogares
ALMA E. MUÑOZ
La Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) reconoce que 31.9 por ciento de la población que padece pobreza de capacidades -con percepciones diarias inferiores a 18.9 y 24.7 pesos por persona en áreas rurales y urbanas, respectivamente-, hace "visibles las dificultades que enfrentan los grupos sociales que la padecen para sobrevivir cotidianamente", tener acceso a la educación, a la salud y contar con mecanismos de protección social y financiera.
En un informe del programa Oportunidades publicado esta semana, la dependencia alerta sobre la vulnerabilidad de estos mexicanos por su bajo crecimiento y débil desarrollo: se estima que los menores en estas circunstancias son de ocho a 12 veces más propensos a contraer enfermedades infecciosas que un niño sano. Con base en cálculos de la Encuesta Nacional de Nutrición 1999, enfatiza que la anemia se duplica entre la población indígena respecto al resto de la población.
Tras el informe sobre el Indice de Desarrollo Humano que presentó el martes pasado el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, se acepta en el documento que la dispersión de unas 200 mil localidades, preponderantemente rurales, constituye "uno de los principales factores que dificultan la provisión de servicios, infraestructura y desarrollo de oportunidades" para los individuos ubicados en la línea de pobreza de capacidades.
El recuento que hace la Sedeso enfatiza que 40 por ciento de los hogares en dicho rango se encuentra en localidades menores de 15 mil habitantes, y señala su preocupación por superar las desventajas que padecen niños, adolescentes y mujeres.
Reconoce que desde la infancia "las elevadas tasas de mortalidad, la presencia de enfermedades infecciosas y la desnutrición" se convierten en factores que dificultan el desarrollo de quienes se ubican en este rango, al grado de propiciar en ellos una pérdida de entre 12 y 15 por ciento de su desarrollo intelectual.
Lo anterior, agrega, desencadena que en la edad adulta se enfrenten a una etapa de "mayor vulnerabilidad y desigualdad de oportunidades", derivado de un acceso restringido al mercado de trabajo o a empleos de baja productividad, pobre remuneración o alto riesgo, en la mayoría de las veces sin acceso a seguridad social.
De acuerdo con la definición que al respecto se presenta, se establece que en los casi 6 millones de hogares con pobreza de capacidades se mantiene una "compleja cadena que perpetúa la pobreza", porque padres e hijos, además de padecer un "precario estado de salud, nutrición y escolaridad, se ven obligados a concentrar todas sus energías en la subsistencia diaria, sin la posibilidad de emprender actividades que les permitan desarrollar su potencial productivo y alcanzar una mayor integración social".
Para la dependencia es "incuestionable que existen grandes y profundas desigualdades en las condiciones de salud, educación y nutrición de las familias en pobreza de capacidades en relación con otros sectores de la sociedad que no se encuentran en esa situación". Ejemplo de ello son que el jefe de familia en esos hogares tiene un promedio de escolaridad de tres años, mientras a escala nacional es de diez, y que los niños ingresan a la escuela en forma tardía, con elevadas tasas de deserción a partir de los 12 años, porque la escasez de recursos propicia la inserción temprana en el mercado laboral.
Sobre el rubro sanitario evidencia la "imposibilidad de acceder a servicios en un medio donde prevalecen condiciones de insalubridad y desnutrición" que propician la muerte de 32 menores de un año por cada mil nacidos vivos en entidades como Chiapas, Guerrero y Oaxaca -decesos asociados con enfermedades infecciosas y parasitarias-, contra menos de 20 por mil en Baja California, Distrito Federal y Nuevo León.
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