Presenta su libro sobre la transformación del blanquiazul

Requiere la ciudadanía saber quién es quién en el PAN: Mireya Cuéllar

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Como reportera de la fuente política, durante años asignada por La Jornada para cubrir las actividades del PAN, Mireya Cuéllar observó de cerca el arribo de ese partido al poder político hasta obtener la Presidencia de la República, en julio de 2000. Dicha cercanía le permitió percatarse de un fenómeno que hoy -de cara a las elecciones del próximo 6 de julio- sacude las entrañas de esa institución: el gradual desplazamiento de la vieja militancia panista, conservadora, pero ilustrada y humanista, con preocupaciones sociales, por una militancia pragmática, sin cultura política, oligárquica y con fuertes intereses económicos.

Ahí, Cuéllar también se dio cuenta de que "los ciudadanos conocemos al panismo en general, pero no sabemos quiénes son sus militantes, de dónde vienen, cuál es su procedencia, su historia pública, sus propósitos". De esa inquietud surgió la idea de hacer un libro que diera información sobre los protagonistas de parte importante del actual devenir político: Los panistas, publicado por Ediciones La Jornada.

La llegada del PAN al poder -relata la autora- "ha sido un proceso de 15 años, tan vertiginoso que a la sociedad no le ha dado tiempo de enterarse quiénes son estos panistas que vendieron el cambio, pero que esconden su pasado ligado a grupos de derecha o a visiones empresariales". Organizado en forma de diccionario con más de 660 fichas, Los panistas ofrece un Ƒquién es quién? de estos personajes.

De acuerdo con Mireya Cuéllar, el emblema de este recambio lo representa Manuel Clouthier, candidato del PAN a la presidencia en las controvertidas elecciones de 1988: "El es un punto de quiebre en la vida interna del PAN; los mismos panistas viejos reconocen que hay un antes y un después de Clouthier, por muchas razones". Hasta antes de él, prevalecía una especie de panista "puro", radical en sus convicciones, seguro de que "la razón histórica estaba de su lado y que no aceptaba ningún tipo de negociaciones con el gobierno.

"Como reportera, yo misma tenía una visión del panismo viejo, de que el panista era el médico del pueblo, el maestro del pueblo, el abogado, a fin de cuentas con vocación de servicio social, pero de repente aparece este otro panista que se sube al carro en años recientes, que se había visto beneficiado por los gobiernos priístas pero que, sobre todo a raíz de la nacionalización de la banca en 1982, se siente lastimado y ve que el PRI ya no le garantiza nada".

Clouthier, hasta entonces un empresario sin interés en la política, capitaliza el descontento y promueve la participación activa de grupos empresariales del norte: "Empezaron a reunirse y analizar las vías para su participación política". El partido que eligieron para él fue el PAN. Así, el viejo panista doctrinario empezó a ser desplazado por los neopanistas adinerados.

El primer elemento de diferencia entre los viejos y los nuevos panistas es que el primero "tenía una gran formación política". Se podía no estar de acuerdo con sus ideas, pero había en ellos consistencia respecto a sus planteamientos, tenían una conciencia social y hubo una etapa, coincidente con los lineamientos del Concilio Vaticano Segundo, en que asumieron una "opción por los pobres". Aunque por supuesto coinciden en muchos puntos, "los neopanistas son más burdos, carecen de formación política, muchos provienen de las cámaras empresariales y son, al mismo tiempo, más light en todo sentidos".

Cuéllar tiene un enfoque crítico sobre el panismo, pero asimismo puede reconocer las aportaciones que los distintos grupos políticos, incluido el PAN, han hecho a los cambios sociales.

Por otra parte, sobre la elaboración de su libro resaltó el apoyo de La Jornada y en especial de la directora, Carmen Lira, "quien me dio todas las facilidades para hacerlo. Ella lo aceptó tal cual y agradezco la enorme libertad que me dio para hacer mi trabajo". Los Panistas será presentado hoy a las 19 horas en el salón Tarkowsky de Casa Lamm.