México D.F. Lunes 23 de junio de 2003
Admiro a los argentinos porque son el otro lado de la moneda, expresó
Los mexicanos somos inseguros y demasiado humildes, aseguró el técnico Javier Aguirre
Tengo crisis de identidad porque allá soy El Vasco y aquí me identificó con México, dijo
DPA
Pamplona, 22 de junio. Tras una temporada en la que logró mantener al Osasuna en la primera división del futbol español, el técnico Javier Aguirre buceó en los recovecos más profundos de su pensamiento.
"De niño pasé de tenerlo todo a no tener más que el cariño de mi familia", se titula la extensa entrevista que publica hoy Diario de Navarra, en la que El Vasco habla de futbol, pobreza, teología de la liberación, Maná, Molotov y Frida Kahlo.
Aguirre, de 45 años, dejó el timón de la selección mexicana y recaló en el Osasuna, que combinó momentos inolvidables, como la victoria ante Real Madrid, con el descenso como una posibilidad muy cercana.
El estratega relató cómo en su infancia pasó de tener vacaciones anuales en Acapulco e ir a un colegio particular a vestir "la misma ropa todo el año. Pasé de tener todo a no tener nada más que el cariño de mi familia.
"Mi padre nos decía: 'prefiero no comer, pero ustedes van todos a la universidad'. Mi padre no pudo ir al colegio porque le pilló la guerra muy joven, pero pudo darnos estudios universitarios. Soy administrador de empresas y aunque no he ejercido, al final administro recursos humanos", expresó.
México es una de las obsesiones de Aguirre, que admite haber sido tentado por un partido para ingresar a la política, pero "no tengo esa capacidad de servicio social".
Pero sí tiene muy estudiado lo que sucede en su país. "Creo que los mexicanos somos poco seguros y no confiamos en nosotros, pero tenemos un gran potencial desaprovechado. Admiro mucho a los argentinos, porque son el otro lado de la moneda. Igual somos demasiado humildes. Pero México está despertando", se entusiasma.
Aguirre enumera los síntomas de ese "despertar": "Un grupo como Maná se atreve al mercado europeo y antes México sólo apuntaba hacia el americano. Empezamos a romper nuestros miedos. A esto ayuda la transición democrática en la que nos encontramos inmersos después de 30 años (sic) de un gobierno del mismo partido".
El timonel se siente un hombre que transita entre dos mundos. "Digo que tengo crisis de identidad porque allí soy El Vasco y aquí el mexicano. En mi casa me hablaban euskera y fuera de ella hablaba el castellano, comía bacalao al pilpil y también tacos con chile...
"Mi padre fue el primero en decirme que era mexicano porque México le dio todo, pero no puedo soslayar el hecho de que genéticamente soy de Vizcaya."
Sin embargo, México es su gran desvelo, en especial las desigualdades sociales.
"En México estás tomando un café y al lado están pidiendo monedas o inhalando algo y otro robando, y tú estás cómodamente sentado con tu escolta detrás y el Mercedes a la puerta.
"La tendencia en mi país es de desaparición de la clase media, con unos que se van arriba y la gran mayoría de la clase media que se va para abajo."
Se le plantea un juego de opciones y responde en general con decisión. Opta por Frida Kahlo antes que por Diego Rivera -"por su aguante y su capacidad de sufrimiento"-, por el grupo Molotov en lugar de Maná -"conozco más a Maná, pero me quedo con muchas canciones de Molotov"-, por Agustín Lara -con dudas- antes que por Chavela Vargas y por el estadio Azteca por sobre la Plaza México, ya que "no me gustan los toros".
Elige a Chiapas sobre Acapulco, "porque hay mucha gente jodida, aunque también en Acapulco hay mucha gente pobre".
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