Mil 500 hectáreas albergan un gran centro comercial y 121 mil habitantes en la miseria

Coexisten en Cuajimalpa la expansión inmobiliaria y la marginación social

Tiene la participación más baja en el producto interno bruto capitalino, 1.4 por ciento

LAURA GOMEZ Y BERTHA TERESA RAMIREZ

Cuajimalpa de Morelos es una delegación de contrastes. En ella se encuentra lo tradicional, con pequeñas casas de ladrillo y teja junto a poblados rurales de origen prehispánico, y lo moderno con nuevos edificios de arquitectura singular, lujosas zonas residenciales y grandes centros comerciales, derivado de las cuantiosas inversiones captadas en los últimos años en el sector inmobiliario, pero también un sinnúmero de asentamientos irregulares.

La determinación de las autoridades de prohibir nuevos fraccionamientos dentro del Distrito Federal, en 1964, provocó que la gente buscara un espacio en esta demarcación, lo cual provocó que su población aumentara, hasta la década de los 80, en más de nueve meses, cuando antes contaba con el menor número de habitantes.

La existencia de desarrollos inmobiliarios, de servicios comerciales e infraestructura urbana no lejanos del centro de la ciudad contribuyó, paralelamente, a un fenómeno de migración constante de los estados de Michoacán, Guanajuato y Puebla, que se ubicaron de manera irregular en zonas de preservación ecológica.

Se tienen detectados 50 puntos dispersos en una superficie de 650 hectáreas, con una población estimada en mil 829 familias, aunque existen asentamientos no consolidados, en los cuales se calcula viven 243 familias en más de 100 hectáreas, que presentan una dinámica de expansión constante ante las invasiones y un peligro hacia las zonas rurales.

En 2000, de acuerdo con el último censo de población, tuvo una de las tasas de crecimiento más altas de la capital, el cuarto lugar, con 2.38 por ciento, después de Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco, casi seis veces más respecto del promedio de la entidad, con un total de 151 mil 222 habitantes, aunque, a diferencia de las delegaciones centrales, gran parte de su población es menor de 30 años de edad.

Cuajimalpa presenta sin embargo un perfil más de dormitorio y consumo, que de producción, obligando a gran parte de su población a realizar sus actividades productivas o de otra índole fuera de la misma, con el consecuente gasto en transporte y pérdida de tiempo. De las 60 mil 892 personas que conforman la población económicamente activa y que cuentan con empleo, únicamente 21 mil 984 laboran en alguna de las 3 mil 828 unidades económicas de la demarcación.

A diferencia de la década pasada, se observó una disminución de la población ocupada en los sectores primario (agricultura y ganadería), así como un aumento de los ocupados en actividades relacionadas con el sector terciario (comercio y servicios), aunque los ingresos mensuales oscilan entre uno y tres salarios mínimos, al desempeñarse como vigilante, operador del transporte, servicios personales, empleados domésticos y trabajadores en la industria, principalmente.

La baja escolaridad de la población ha dificultado también la preparación de mano de obra calificada; ello sin considerar a la gente subempleada, los comuneros y ejidatarios que trabajan las tierras agrícolas y que representan una doble problemática: por un lado, su baja calidad de vida y, por el otro, la ocupación del suelo de conservación al producir terrenos ociosos expuestos a la presión de la urbanización, que para los 90 sumaban más de 153 hectáreas.

Lo anterior ha provocado que un total de 121 mil 498 personas vivan en condiciones de marginación social, 52.49 por ciento de la población delegacional, excluida total o parcialmente del consumo y disfrute de bienes y servicios, así como de la participación de los asuntos públicos, de acuerdo con los resultados de la encuesta Identificación de Hogares Prioritarios, realizada por el gobierno capitalino.

Dicha situación se refleja en una baja participación de la delegación dentro del producto interno bruto local, con 1.4 por ciento, equivalente a 8 mil 244.9 millones de pesos, y que se ubique en el estrato número tres de bienestar y desarrollo, junto con Alvaro Obregón, La Magdalena Contreras, Iztapalapa y Tláhuac, pese a contar con un gran desarrollo inmobiliario y comercial en Santa Fe.

Otra de las causas que han incidido en esta calificación es la falta de integración vial en el sentido norte-sur, ocasionada por la insuficiencia de cruces de la Carretera México-Toluca y la falta de continuidad en vialidades alternas a esta, en especial en la parte sur de Contadero-Santa Fe-Alvaro Obregón; y pocas alternativas de transporte. Los servicios en comunicaciones de la delegación representan menos de uno por ciento en relación con el total de la ciudad.

Además de la calidad o falta de servicios como energía eléctrica, agua, drenaje, seguridad pública -aunque ocupa el segundo lugar con menor número de delitos con 3.95 en promedio diario únicamente superada por Milpa Alta- y conservación de las vías de comunicación, en algunas zonas; y el déficit de equipamiento cultural, recreativo y de salud para una población en rápido crecimiento. No obstante, en materia de equipamiento educativo se observó una importante red física, con un total de 190 turnos, desde prescolar hasta nivel superior.

Los problemas se extienden también hacia el centro urbano de Santa Fe, con extensión de mil 500 hectáreas, que alberga un gran centro comercial, hoteles, universidades y condominios, pues a 15 años de su creación permanece distanciado del desarrollo de la ciudad debido a la falta de adecuados servicios públicos, como banquetas, luminarias, agua y drenaje; circuitos viales inconclusos y un desorden en materia de certeza jurídica de los inmuebles. Ante ello las autoridades capitalinas crearon un organismo especial para atender esta situación.

La conjunción de estos factores esboza formas de comportamiento electoral muy peculiares, por lo que no deja de llamar la atención la configuración de las fuerzas políticas en las últimas dos elecciones, pues mientras en 1997 el PRD ganó la mayoría en la Asamblea Legislativa y la jefatura de Gobierno, tres años después, la Alianza por el Cambio, integrada por el PAN y PVEM, triunfaron en todos los tipos de elecciones que se llevaron a cabo en esta delegación.