México D.F. Lunes 23 de junio de 2003
Rehúsan acudir a Oaxaca porque desconfían
de Murat
Diálogo en Chimalapa o no hay elecciones: comuneros
Ratifican zoques ultimátum de desalojo a colonia
agrícola
ROSA ROJAS ENVIADA
Oaxaca, Oax., 22 de junio. Ante el anuncio de una
nueva convocatoria de la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA)
para instalar en esta ciudad o el Distrito Federal una mesa de diálogo
destinada a solucionar el conflicto por la posesión de 13 mil hectáreas
entre la colonia agrícola y ganadera Cuauhtémoc y comuneros
de Santa María Chimalapa, la asamblea de este último grupo
determinó que el asunto se debe discutir en su región, "y
si no se arregla no va a haber elecciones el 6 de julio".
Silaín Hernández González, presidente
del Consejo de Vigilancia, informó lo anterior vía telefónica,
y agregó: "Ya no vamos a ir a Oaxaca porque no confiamos en el gobernador
José Murat; no cumple los compromisos y ya estando en esa ciudad
hace lo que quiere".
Explicó que el compromiso del 30 de abril con los
colonos de la Cuauhtémoc, audiograbado, consiste en un pacto de
civilidad, además de que el gobernador se comprometió a apoyar
con dos camionetas el brecheo, pero no las mandó. "Nosotros esperamos
los 15 días, luego le avisamos que íbamos a entrar el día
17 y no hubo respuesta por escrito para ver qué decidía la
colonia, por lo que empezamos a brechear hasta el 21 de mayo".
Añadió que "está firme el ultimátum"
de 10 días que le dieron los comuneros de Santa María a los
colonos de la Cuauhtémoc para que desalojen las tierras dentro del
límite que los zoques consideran que son de la comunidad, o ellos
irán a desalojarlos. El plazo se vence el día 29. "Si el
gobierno es lo que quiere, eso va a haber".
En tanto, una cincuentena de familias desplazadas de Chalchijapa,
refugiadas en Santa María, manifestaron su desesperación
por no poder volver a sus casas.
Las familias salieron el 20 de marzo de Chalchijapa, atravesando
la montaña, después de ser advertidos por la Cuauhtémoc
que tenían 10 días para elegir entre integrarse a su colonia
o partir. Una mujer con sus dos hijas y un niño -que se negó
a dar su nombre- indicó que después del ultimátum
recibieron amenazas de muerte.
Las cerca de 50 familias de Chalchijapa se refugiaron
en Santa María, donde aún permanecen, unas alojadas en casas
de familiares, otras viviendo en difíciles condiciones en los locales
del mercado aún no estrenado. Duermen en los pasillos.
"Sólo la gente de Santa María nos ayuda
con despensas; por más llamadas que hemos hecho, el gobierno no
nos hace caso, no quiere porque los colonos están muy enojados con
los comuneros zoques. Nunca tuvimos problemas con ellos, sus muchachos
jugaban futbol con los de nosotros, mucho tiempo llevábamos conviviendo
sin problemas, pero ya van tres años que empezaba lo de la brecha
y en una ocasión agarraron a los de Chimalapa en el lugar donde
hubo la balacera."
Otro refugiado demandó que los gobiernos federal
y estatal "no se mantengan de forma neutral, que declaren en favor del
que sea, pero que ya se resuelva esto".
Entrevistados en la colonia agrícola Cuauhtémoc,
el presidente y el tesorero del consejo de administración, Anselmo
Reynaldo Díaz Rodríguez y Wilfrido Hernández Jiménez,
respectivamente, señalaron que "no es conveniente" que regresen
los desplazados, pues podría haber represalias por el asesinato
de su líder, Andrés Luis, ocurrido el 10 de junio.
Por separado, el párroco de la colonia, Juan Ignacio
Ortega, llamó a buscar una reconciliación, "con respeto a
los derechos humanos, a la integridad y a la autodeterminación de
los pueblos".
Hernández Jiménez negó que los habitantes
de Chalchijapa hayan sido amenazados. "Se salieron solos, nunca los corrimos;
ellos, al ver el problema, se fueron".
-¿Entonces no hay problema para que retornen a
su poblado?
-Por lo pronto no sería conveniente, porque de
antemano saben lo que Santa María Chimalapa cometió -el asesinato
de Luis- y no sabemos qué es lo que piense cada colono. Las autoridades
aquí luchamos por la paz, pero no sabemos qué pensamiento
tiene cada uno. Podría haber represalias, por lo que no es conveniente
que regresen así, de buenas a primeras.
Ortega, con seis años a cargo de la parroquia,
explicó que los desplazados también son sus feligreses -la
parroquia abarca la colonia pero también seis poblados de Santa
María- y dijo que el ultimátum "no fue decisión de
la asamblea", sino de algunos colonos "que andaban muy bravitos" por el
brecheo que estaban realizando los comuneros de Santa María.
Explicó que hay zoques sólo en la cabecera
municipal, pero en el resto de las congregaciones, tanto en Santa María
como en Cuauhtémoc, hay chinantecos, zapotecas y mixtecos, "mientras
que mestizos han de ser sólo 10 por ciento".
Ortega apuntó que la política agraria -en
este caso de Luis Echeverría- traslapó los límites
de las dotaciones, lo que ha enfrentado a los pueblos, pero ha sido la
falta de acción ante los incidentes la que agudiza los problemas.
Por eso propuso que actúen los gobiernos federal y estatal.
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