México D.F. Martes 17 de junio de 2003
Proyecto del Marco de Monterrey por sus 10 años
Revisan la historia de las artes visuales del siglo XX en México
MERRY MAC MASTERS
El Museo de Arte Contemporáneo (Marco) de Monterrey, para celebrar su primera década de vida, emprendió un magno proyecto consistente en revisar la historia de las artes visuales del siglo pasado en México.
Con el título Siglo XX: grandes maestros mexicanos, la propuesta se dividió en cuatro exposiciones con duración de seis meses cada una, concebidas de la siguiente manera: Batallas al amanecer (diciembre 2001-mayo 2002) trató los primeros años; País de realidad y sueño (julio 2002-enero 2003) abarcó la fase constitutiva de la posrevolución y el arranque del periodo del desarrollo; Los espacios inconformes (enero-julio 2003) da cuenta de la época en la que el arte mexicano se abre a la experimentación de gran diversidad de tendencias internacionales, y Prodigios de fin de siglo, aún sin fecha.
En días pasados se presentó en la ciudad de México el primero de dos volúmenes del catálogo bilingüe (español-inglés) del proyecto del Marco. Coordinado por Jaime Moreno Villarreal, los textos son de Carlos Monsiváis, Luis-Martín Lozano y Fausto Ramírez.
Sobre el proyecto, su curador y museógrafo, Guillermo Sepúlveda, recuerda cómo el cumplimiento de los 10 años coincidió con el fin de siglo y de milenio. El galerista también vio la oportunidad de ''descentralizar un poco" el patrimonio de México. Entonces, ''entramos en negociaciones muy delicadas para que por primera vez obras que se consideraban casi inamovibles fueran por seis meses a Monterrey".
Así fue como el proyecto vino a ser ''casi de educación básica". Sepúlveda explica: ''Los mexicanos en su generalidad no tenemos clara idea de nuestra historia, ni de la inmediata. La mayor parte de las personas no tienen medios para viajar, ni tienen muy clara la identificación de los espacios culturales, ni saben cómo ingresarlos o leerlos. En la fase inicial de estos procesos en el norte hemos tenido una respuesta contundente de cerca de 200 mil personas. He muestreado la opinión desde niños hasta gente de la curia. También llevamos de 80 a 100 soldados cada semana a ver la obra. Esta respuesta nos ha retroalimentado y dado un sentido de las dimensiones del proyecto''.
-ƑCuál sería esta versión no oficial de la cultura mexicana?
-Es muy conmovedor ver que toda esta parte que le tenía tanto temor a la ideología o a la crítica social, con el tiempo yo podía tener a un Rufino Tamayo al lado de un Siqueiros y había una hermandad, una emoción, con una vitalidad, de un proyecto que se llamaba México.
''El tiempo diluye estas distancias, diferencias, inclusive conflictos graves y en el terreno del arte ocurre lo mismo. Esa es una lección que también debemos aprender.''
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