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México D.F. Lunes 16 de junio de 2003
Javier Oliva Posadas
El riesgo del abstencionismo
A tres semanas de la cita en las urnas mucho se ha comentado y debatido respecto del perfil de los candidatos, contenidos y la propaganda, pero muy poco se han analizado las condiciones bajo la cuales llegará el electorado. Por condiciones me refiero a las conductas, formas de participación y, sobre todo, las fuentes de información para decidir, en caso de hacerlo, por quién votar. Las circunstancias no son del todo halagüeñas pese a los recursos destinados a incentivar el voto.
Las conductas del electorado mexicano se manejan dentro de los parámetros de otras sociedades. Así que si se mantienen las tendencias históricas de participación en las elecciones intermedias de cada sexenio, es probable que la asistencia a las urnas no supere 50 por ciento. Incluso existen condiciones para que la abstención llegue a 60 por ciento.
Si consideramos que hay 76 agrupaciones políticas nacionales, once partidos políticos, que el presupuesto para el IFE (incluyendo los recursos para los partidos en año de elecciones) asciende a poco más de 11 mil millones de dólares, entonces la posibilidad de abstencionismo, más que un riesgo, es en verdad el punto que pudiera poner en entredicho la viabilidad misma de las actuales condiciones de competencia, pero además sería una muy seria llamada de atención para los partidos políticos, en primer lugar, y también para el conjunto del sistema político.
Encontramos datos para referir ese indeseable panorama. En la tabla número 28 de la encuesta nacional de Ciudadanos y cultura de la democracia, que aplicaron el IFE y el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM (IISS-UNAM), publicada en diciembre de 2000, observamos que a la pregunta: "ƑQué tanto le interesa a usted la política?", respondieron que mucho 21 por ciento; poco, 48 por ciento; y nada, 27 por ciento. Así, tenemos que de la suma de "poco o nada" llega a un estratosférico 75 por ciento que no se interesa por la política. Pero en ese sentido la cuestión es mucho más profunda que un mero interés por los asuntos públicos.
En efecto, esto tiene que ver con la forma en que se viene dado un gradual, pero permanente deterioro del tejido social. En el Latinobarómetro de mayo de este año, a la pregunta: "ƑQué tanta confianza puede tenerse a las personas?" en México resultó que solamente 22 por ciento tiene confianza en los demás, por lo que cualquier intento de transformación, evolución, progreso a impulsar en la sociedad debe partir de que en el terreno de la dinámica real no hay muchas opciones respecto de la valoración de la democracia. Ese es precisamente el ambiente propicio, ya no se diga para abusos e ilegitimidades del poder político, sino incluso para el surgimiento de liderazgos carismáticos cuyo primer objetivo es precisamente demostrar el debilitado entramado institucional y legal de la democracia.
En la misma encuesta del IFE y el IISS-UNAM, la tabla 9 resulta muy ilustrativa a propósito de la consistencia y solidez de las opiniones que norman los criterios sobre la realidad y dinámica política nacional. En efecto, a la pregunta: Ƒcuál es el medio que más usa para informarse sobre política", las respuestas fueron: televisión, 74 por ciento; radio, 14 por ciento; periódico, 11 por ciento. La suma de los medios electrónicos (las siempre traicioneras memorias visual y auditiva) arrojan un impresionante 88 por ciento sobre la lectura como basamento para la construcción de la opinión en materia política.
Bajo esa perspectiva, la manera en que los partidos políticos han hecho frente a los retos del electorado parecieran aún limitados y, en algunos casos, francamente equivocados. La razón es obvia. Si se parte de un mal diagnóstico, las propuestas estarán igualmente equivocadas y así la cadena de errores se extiende hasta llegar a las plataformas electorales. Un partido político que vaya más allá de la coyuntura misma del proceso electoral, podrá reconocer que mientras haya un mejor manejo a propósito de quién es el elector, sus condiciones de triunfo serán mayores. Estamos por comprobarlo. [email protected]
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