Confirman a Madrid que Cuba operará íntegramente el Centro Cultural Español

La Habana mira hacia México tras la escalada de fricciones con Los Quince

Medios cubanos rescatan y difunden acto de la embajadora Lajous de hace una semana

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 14 de junio. El gobierno del presidente Fidel Castro se está colocando en uno de sus momentos de mayor debilidad diplomática en occidente, al abrir el frente de conflicto con la Unión Europea (UE), tras una serie de fricciones en América Latina, en un movimiento del tablero que ha hecho a La Habana girar la vista nuevamente hacia México.

El gobierno cubano se ha esforzado en subrayar que no todos los países miembros de la UE tienen la misma actitud hacia la isla, y la expresión más notoria de esa premisa es el énfasis en el choque con el español José María Aznar y el italiano Silvio Berlusconi.

En un escalamiento del pleito con Aznar, la cancillería cubana informó hoy que en la víspera confirmó a la embajada de Madrid, en nota verbal, la anunciada denuncia del acta de establecimiento del Centro Cultural Español, suscrita por ambos gobiernos el 16 de mayo de 1995.

El comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, de apenas cuatro párrafos, mantiene el tono beligerante con el gobierno español, con la constante insinuación de que el centro era una vía de intromisión política en la isla: recuerda que la creación de esa entidad se pactó "sobre la base del respeto a la soberanía, la integridad territorial y la no injerencia en los asuntos internos" de Cuba y que la institución "ha mantenido un programa de actividades no relacionadas con su función original, en abierto desafío a las leyes y las instituciones cubanas".

La cancillería anuncia, en incesante polémica, que el centro será administrado íntegramente por el gobierno cubano y se llamará Federico García Lorca, "en justo homenaje a uno de los más grandes poetas y dramaturgos españoles, brutalmente fusilado por el fascismo en 1936" (una manera indirecta de replicar a las protestas europeas por las ejecuciones sumarias de tres de los secuestradores de una lancha en la que intentaban irse a Estados Unidos).

Las sugerencias cubanas y el bajo perfil de la réplica española hasta hoy, indican que el conflicto entre Madrid y La Habana podría prolongarse.

Pero el diferendo abierto con la UE ya es un hecho. La Posición Común, el documento formal que rige la política global comunitaria hacia Cuba, fue suscrito en diciembre de 1996 por consenso de los estados de la unión. La declaración del 5 de junio pasado, que disparó la confrontación en curso, también es una línea unificada de los europeos.

Más aún: esta reciente declaración tuvo las significativas adhesiones de los 10 gobiernos que están en proceso de ingreso a la UE. Además de Chipre y Malta, este grupo está integrado por ocho gobiernos de los antiguos países socialistas, algunos de los cuales (como el de la República Checa) tienen una particular obsesión revanchista con Cuba y otros (como los de Letonia y Lituania) se han perfilado como muy estrechos aliados de Estados Unidos.

En cualquier caso, el choque con los europeos abarca por extensión a los 10 futuros miembros de la unión, a los dos estados asociados (Bulgaria y Rumania, también del antiguo campo socialista) y hasta los cuatro integrantes del pequeño mercado común paralelo a la UE (Suiza, Islandia, Liechtenstein y Noruega), todos adheridos al documento del jueves 5.

El flanco latinoamericano

La ruptura de lanzas con los europeos llega para Cuba en un momento de renaciente dificultad en sus vínculos con América Latina. El rencuentro de la isla con la región, operado en los años 90, tras un distanciamiento de tres décadas, no pasó la prueba del tiempo.

El Salvador nunca reanudó relaciones diplomáticas con Cuba y Uruguay volvió a romperlas el año pasado.

Cuba mantiene vínculos formales, pero con tensión y explosiones periódicas con Costa Rica (sólo relaciones consulares), Perú (su embajador permanece en Lima, convocado por su gobierno desde hace dos meses), Nicaragua y Panamá (con encargados de negocios en La Habana).

Para la mayoría de la región, las relaciones con Cuba pasan por una escala variable, que oscila entre el reciente enfriamiento con Chile hasta el sobresalto del voto adverso de Guatemala en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

En la región, los gobiernos con relaciones estables y fluidas con Cuba se han restringido a Belice, Brasil y Ecuador, a los que se agrega el naciente de Néstor Kirchner en Argentina. Si el espectro se amplía a las islas del Caribe, el panorama mejora, porque la comunidad regional mantiene una política de creciente cercanía con La Habana.

Venezuela es caso aparte. El gobierno del presidente Hugo Chávez emerge como el mayor socio comercial individual de la isla y su principal aliado estratégico.

El mensaje a México

Lejos de su lugar protagónico de hace años, y en un indefinido lugar intermedio en la tabla de relaciones con Cuba, el gobierno de México parece ser destinatario de un mensaje, críptico y discreto, pero público.

El diario oficial Granma publicó el viernes pasado una pequeña nota titulada así: "México estará siempre cerca de Cuba, expresó la embajadora del hermano país, Roberta Lajous".

Sin precisar que se trataba de la reseña de un acto celebrado una semana antes, el diario citó brevemente tres párrafos del discurso de la diplomática en el 40 aniversario de la Sociedad Cubano-Mexicana de Relaciones Culturales (La Jornada, 7 de junio).

La nota extemporánea fue colocada en Granma debajo del aviso rutinario sobre la Mesa redonda informativa del día, el cotidiano programa de televisión que indica las posiciones oficiales en curso, y que esta vez tenía este encabezado: "Esta tarde, Mesa redonda informativa sobre la repercusión de las grandiosas marchas del pueblo combatiente".

La repercusión de las marchas contra España e Italia, junto al puente de entendimiento descrito seis días antes por la embajadora mexicana.

Además de la nota del diario cubano, la Radio Reloj transmitió durante varias horas de la mañana de este viernes 13 una versión muy similar de las palabras de Lajous.

Para consumo interno, esa composición político-editorial pudo ser una señal de aliento al cubano medio, que sólo tiene que sumar dos más dos para darse cuenta de que los problemas en el frente externo se acumulan, aunque desde las costas mexicanas parece haber una luz al final del túnel.

Para el exterior puede ser un signo de interés en arreglar cuentas.

ƑLlegó el momento de barrer los platos rotos del pleito entre Cuba y México?