Marco Rascón

El Constituyente empresarial

Si la noche del domingo 6 de julio las televisoras anunciarán por su cuenta cuántos diputados le tocarán a cada partido, sustituyendo al IFE y sus órganos de cómputo... Si desde ahora, sin mediar votación, ya se negocia la agenda legislativa por una suerte de precoordinadores de la fracción legislativa... Si desde hace tiempo las cúpulas empresariales y bancarias, el SNTE, la derecha ultramontana y el clero fueron seleccionando y repartiendo candidatos en cada partido, el siguiente paso es integrar una fracción legislativa suprapartidaria y mayoritaria para reformar la Constitución y ponerla como contrato privado de ventas al servicio del interés oligárquico y trasnacional. No les ha bastado apoderarse del registro del PRD y sus representaciones, sino que se han adueñado del Congreso de la Unión, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de todo el sistema de partidos.

En consecuencia, la semana pasada Francisco Barrio, Elba Esther Gordillo, entre otros futuros diputados, se reunieron con Carlos Slim para pactar la agenda legislativa en un acto que legitima a los empresarios como propietarios no sólo de los medios de comunicación, sino de los partidos y del Poder Legislativo. Los precoordinadores del PRD no estuvieron ahí, no porque sean oposición, sino porque los empleados no tienen por qué estar en las reuniones de los patrones, pues la futura fracción legislativa perredista ya fue electa por los coordinadores empresariales.

En este contexto las sesudas declaraciones de Antonio del Valle -defensor del secreto bancario para los beneficiarios del Fobaproa y próximo representante del Consejo de Hombres de Negocios (las mujeres aún no han entrado en ese consejo que agrupa a la vetusta oligarquía mexicana)- decretaron el control de la izquierda mexicana, a partir de las nuevas concepciones musicales de gobierno: pragmatismo de altura que define a los gobiernos como "un violín que se toma por la izquierda y se ejecuta por la derecha".

Esta idea, más que ocurrencia, es la salida que han encontrado las oligarquías locales para escapar de la presión social dada la agresión interna y externa de las condiciones de vida y de trabajo de millones. La idea del "violín" es una visión hemisférica que se debate en Brasil, Venezuela, Ecuador y Argentina. Las oligarquías saben que la única que puede brindar un poco de oxígeno a la barbarie de la corrupción financiera y la globalización es la representación de la izquierda; por ello decidieron hacerla su franquicia electoral.

El PRD mexicano, por ejemplo, podría llegar a ganar la Presidencia de la República en 2006, pero Ƒpara seguir siendo parte de un proyecto que busca reanimar la dominación oligárquica, o para romper con esa lógica perversa y defender un proyecto y programa de nación propios?

Todo dependerá de las fuerzas sociales y políticas actuantes. Si como el PRD ha hecho en los últimos tiempos, piensa llegar a la Presidencia colocándose al servicio del pragmatismo oligárquico, primero, no lo logrará, y segundo, estaría llamado a hacer un gobierno para que el país estalle ante el fracaso de las expectativas progresistas.

Si desde ahora se discute quiénes serán los candidatos en 2006 es necesario salir de la trampa e invertir energía en el debate: qué tipo de partido y qué fuerzas sociales y políticas deberían respaldar un programa consecuente y no sólo una popularidad que se esfumará una vez que Antonio del Valle, Azcárraga, Salinas Pliego o Slim consideren que la izquierda no es tan mansa. La izquierda y el PRD no pueden depender ni estar colgados de un puente. Para salir adelante se requiere una autocrítica histórica, profunda, estratégica para ocupar el vacío que dejó el viejo régimen, y evitar ser utilizados como grava y cemento para empedrarle el camino a la derecha y a los oligarcas que hoy en nombre de la izquierda han descubierto la posibilidad de hacer los más grandes negocios.

Sin duda atrás de estas estrategias estará Carlos Salinas, patriarca de las privatizaciones, y todos aquellos centauros de la revolución neoliberal que sometieron a la izquierda no por la vía de la represión, sino de la usurpación y el secuestro de su historia, emblemas y siglas.

Hoy el patriotismo reclama definiciones históricas y efectivas. Debe partir de que la sociedad mexicana no tiene representación política y de que los poderes económicos se imponen en toda circunstancia, por lo que hoy pretenden asignarse una Constitución a su servicio. Un Constituyente oligárquico está en puerta y ya cuenta con una mayoría de diputados de todos los partidos. De ahí la importancia de un agrupamiento paralelo, opositor, respaldado por un amplio frente patriótico con fuerza política. Por eso rescatar al PRD es también rescatar a la nación.

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