Será necesario capacitar a más técnicos, afirma el entrenador Stanislav Pijakov

Más desarrollo en clavados con chinos, rusos y mexicanos

ROSALIA A. VILLANUEVA

El ruso Stanislav Pijakov manifestó que la llegada del entrenador chino en la disciplina de clavados y contratado por el Instituto del Deporte Mexiquense, para hacerse cargo de las categorías infantiles, vendrá a reforzar aún más el desarrollo que ha tenido México en los saltos ornamentales, cuya escuela es reconocida en todo el mundo por los medallistas olímpicos que ha formado el país.

Pijakov, quien llegó a territorio nacional hace dos años mediante el convenio deportivo entre el Comité Olímpico Mexicano y el de Rusia, consideró que la presencia del técnico asiático no interferirá en su trabajo; al contrario, dijo que para él será de mucho beneficio, pues en otras naciones tanto rusos como chinos han trabajado conjuntamente y han logrados resultados importantes. Puso de ejemplo Australia, Estados Unidos y gran parte de Europa.

"Lo mío es trabajar con juveniles'', precisó el entrenador, quien tiene a un grupo de 10 clavadistas de toda la República Mexicana concentrado en la alberca del Centro Deportivo Olímpico Mexicano (CDOM), y en ocasiones trabaja al lado del técnico nacional Jorge Rueda, de quien "he aprendido mucho, incluso a hablar más el idioma español'', dijo sonriente Pijakov, quien siempre está acompañado de Irina, su esposa y traductora.

Aunque le gusta su trabajo con las jóvenes promesas que se preparan para los Juegos Olímpicos de 2012 o 2016, el ruso indicó que también es importante la formación de entrenadores nacionales para seguir manteniendo la escuela mexicana de clavados mediante cursos y diplomados, algo que le gustaría hacer, pero a nadie le ha interesado.

Respecto a la Superfinal de la especialidad que reunirá a los ocho mejores exponentes del orbe en cada modalidad, el próximo fin de semana en la alberca de Tultitlán, el preparador dijo que será una gran oportunidad ver competir a Fernando Platas y al ruso Dmitry Sautin, así como al joven Alexander Dobroskov, la sensación rusa en saltos ornamentales, quien ganó plata haciendo pareja con Sautin en Sydney 2000, en clavados sincronizados.