LETRA S
Junio 5 de 2003

Voz y voto a la diversidad sexual, el reto de Max Mejía

Antonio Medina

ls-max Max Mejía, pionero del movimiento de liberación homosexual de México y candidato gay a diputado federal, afirma que a 25 años de que gays y lesbianas salieran a las calles y comenzaran su lucha por el reconocimiento de sus derechos, sí ha habido una gran apertura y tolerancia social por parte de la ciudadanía. No obstante, considera que "se necesita comenzar a tener frutos en las leyes". Las propuestas que ha planteado el movimiento lésbico, gay, bisexual y transgénero (LGBT) deben llegar a la arena política, dijo, y aseguró que por ello aceptó la postulación que le ofreció México Posible, ya que este partido "nos ha dado espacio para construir una propuesta sólida que beneficie, al igual que otros sectores vulnerabilizados por el Estado, al sector de la diversidad sexual".

No es la primera vez que Max es candidato a diputado. Lo fue en 1982 por el PRT. Para estos comicios ocupa el segundo lugar en la lista plurinominal de la primera circunscripción, que comprende las dos Baja California, Sonora, Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima y Guanajuato. Optimista respecto a su candidatura, opina que la sociedad del muevo milenio está conciente de que se debe avanzar en contra de la ilegalidad en que se ha confinado a los homosexuales: "La sociedad actual --dice-- ya no tolera la exclusión de ningún sector, por lo que estoy apelando a la ciudadanía en general, no sólo a gays y lesbianas, a tomar conciencia de este avance desde un espacio de decisión como es el poder legislativo, donde todos los sectores debemos estar representados. Ya es tiempo de dejar atrás a las familias políticas que buscan el poder político y económico para legislar a su favor o de los suyos, dejando grandes vacíos legales que generan desigualdad en la mayoría de la población."

De obtener la curul, Max impulsará la revisión de los Código Penal federal y locales, así como de los Reglamentos de Policía y Buen Gobierno, pues "tienen imprecisiones que permiten vulnerar los derechos de las personas homosexuales, ya que se basan en concepciones decimonónicas que en el caso de nuestro sector se convierten en amenazas concretas en manos de policías o de cualquier juez que interprete la ley bajo criterios morales criminales."

Fundador y director de la recientemente desaparecida revista Frontera Gay, que se publicaba en Tijuana, Max Mejía agrega: "tenemos como propósito empoderar a los diversos sectores de la sociedad que han luchado y tienen un trabajo muy significativo, pero que no tienen ni voz ni voto, tal como le sucede al sector de la diversidad sexual. Con ello le estamos apostando a darle contenido real a la pluralidad política, social, cultural, étnica y sexual." Esto explica que su campaña "se centre no sólo en los grupos o activistas gays, que han hecho y siguen haciendo una gran labor, sino en todos los que conforman el gran sector de la diversidad sexual. Me estoy refiriendo --continúa-- a la gran población nacional de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgéneros que se ubican como ciudadanos o ciudadanas mexicanas que realizan un trabajo hormiga y llenos de detalles, que los vuelve igual de valiosos que quienes están en grupos o frente a las cámaras dando la batalla, pues ellos y ellas, con su dignidad, impactan sus entornos, dignifican y dan coherencia al sentir de la diversidad sexual, por ello reconozco su valor y esfuerzo, que también es parte de la construcción de nuestra lucha."

Voto rosa, bienvenido

La lucha por los derechos del sector LGBT tiene una dimensión política. "No podemos --enfatiza Max-- quedarnos encerrados en nuestras casas pensando que la batalla que estamos dando en los ámbitos social y cultural no pueda trascender a la arena política. Es preciso que el movimiento que lucha por los derechos de la diversidad sexual tome una postura ante el reto de proponer, luchar y transformar la realidad social actual, de ahí que sí creo en el llamado voto rosa. Si se da en masa, puede ser importante para que nuestra voz y nuestros intereses se discutan en la Cámara de Diputados, tal como sucede con otros sectores vulnerabilizados por el Estado y la cultura machista."

De acuerdo con Max, si el sector de la diversidad sexual razona su voto y se percata de los beneficios que traería consigo tener representantes en el Congreso de la Unión, no le queda más que votar masivamente por México Posible: "Pienso que después de 1982, cuando hubo candidatos gays, y de las elecciones pasadas, cuando Democracia Social puso en el debate nacional nuestros derechos, la actual coyuntura es parte de un ciclo que debe continuar y es una responsabilidad histórica que no podemos desaprovechar".

"Siempre hay que tratar salir a la bocacalle donde te dé la luz; de lo contrario quedas en la oscuridad, donde no te puede defender nadie y estás a merced de los atropellos de la autoridad", concluyó.