Campañas de prevención
Acatamiento a lineamientos internacionales
México ha adoptado las resoluciones mundiales para la prevención del VIH, que no sólo consideran campañas específicas en medios de comunicación, sino todo un paquete de estrategias que, al complementarse, ofrecen una respuesta integral en la materia. En este texto se describen las acciones del gobierno de nuestro país al respecto
Cuando se habla de prevención del VIH/sida, con frecuencia se piensa exclusivamente en campañas destinadas a informar o alertar sobre el VIH, sus formas de transmisión y los mecanismos de protección.
Derivado de esta percepción, se ha señalado que la Secretaría de Salud (Ssa) despliega muy pocos recursos para evitar la transmisión del virus, porque --aseguran algunos críticos-- no tiene una campaña preventiva permanente o prolongada en los medios de comunicación.
Sin embargo, es un hecho que la prevención del VIH/sida no puede homologarse con otros problemas de salud, ni mucho menos con aquellas campañas que se diseñan y difunden para que la gente evite fumar, tomar alcohol o consumir drogas, por citar algunos ejemplos.
Dada su complejidad, la prevención del VIH/sida debe impulsarse desde una visión que integre y sume esfuerzos no sólo del sector Salud, sino de otros ámbitos como el educativo y el sector empresarial, particularmente los giros mercantiles que se consideran lugares de encuentro.
Recomendaciones de Onusida
Por eso, en materia de prevención México
ha adoptado muchos lineamientos mundiales, particularmente el paquete de
estrategias que sugiere el Programa Conjunto de las Naciones Unidas para
el Sida (Onusida), donde las campañas en medios masivos de comunicación
son únicamente una de las muchas acciones que se implementan para
ofrecer una respuesta integral. Dicho paquete incluye:
Control de sangre segura.
Promoción y distribución de condones por
parte del sector público.
Mercadeo social de condones femeninos y masculinos.
Programas comunitarios para hombres que tienen sexo con
otros hombres.
Programas para trabajadoras y trabajadores del sexo comercial
y sus clientes.
Campañas en medios masivos de difusión.
Prevención de la transmisión madre-hijo.
Tratamiento de infecciones de transmisión sexual.
Detección voluntaria de VIH y consejería
en población abierta y grupos específicos.
Programas de reducción de daños para usuarios
de drogas inyectables.
Prevención con jóvenes dentro y fuera de
las escuelas.
Programas preventivos en el lugar de trabajo.
Si bien se ha avanzado en la prevención sanguínea y perinatal del VIH, falta mucho por hacer en prevención sexual; por eso la Ssa ha decidido impulsar de manera integrada las acciones recomendadas por el Onusida, para ello está buscando ampliar las estrategias focalizadas en las poblaciones más afectadas y vulnerables, mediante la incorporación de actores estratégicos.
Más allá de la radio y la televisión
Debido a que la efectividad de un programa de prevención no puede depender exclusivamente de la difusión de mensajes en radio y televisión, en el interior del Consejo Nacional para la Prevención y Control del VIH/sida se ha decidido gestionar una mayor inversión en fondos de prevención, lo cual por cierto constituye uno de los compromisos adoptados en el Consejo Nacional de Salud. Actualmente se invierte un promedio de 43 millones de dólares anuales en este rubro, pero se estima que deberían invertirse 75 millones de dólares.
Es un hecho que la prevención por radio y televisión no genera un cambio de comportamiento, si bien puede promover la búsqueda de información específica. En la presente administración la Ssa está cumpliendo con el número de campañas anuales recomendado por los organismos internacionales, de dos campañas preventivas al año. El uso de tiempos fiscales le permite al gobierno federal difundir sus mensajes, en cada temporada, a través de 99 canales de televisión y 860 estaciones de radio.
En el caso de las campañas focalizadas, éstas se realizan desde 1987 en hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH), personas dedicadas al comercio sexual, usuarios de drogas inyectables, poblaciones móviles, jóvenes, comunidades indígenas, población rural, personas privadas de la libertad y mujeres, de acuerdo con las mejores prácticas identificadas y promovidas por el Onusida. Para incrementar su número e intensidad, se han establecido acuerdos con las entidades federativas para fortalecer la prevención en todo el país, bajo un enfoque cultural, multisectorial y multidisciplinario, donde diversas instituciones, sectores del gobierno y grupos de la sociedad participen activamente con la planeación y asignación de recursos específicos para que en las escuelas, principales empresas, lugares de reunión de jóvenes y grupos vulnerables se establezcan actividades de prevención y apoyo.
Es necesario hablar y educar sobre sexualidad, promoviendo todas las alternativas de prevención existentes, incluyendo el uso del condón y combinar estrategias que permitan reducir la vulnerabilidad de las personas, incluyendo los factores sociales y económicos que dificultan el acceso a la información o servicios, para disminuir el estigma, la discriminación y la violación de los derechos humanos de los grupos vulnerables y de las personas que viven con VIH/sida.