La nueva visibilidad lésbico-gay
Antonio Medina
Ser muxe, transexual o gay
--como la han etiquetado indistintamente-- no significa que Amaranta Gómez
Regalado limite su actividad a temas referentes a la diversidad sexual,
pues el trabajo que ha desarrollado como activista desde los 15 años
de edad en Juchitán, Oaxaca, su pueblo natal, va de la equidad de
género, el desarrollo sustentable, la ecología y el VIH/sida,
a la búsqueda de soluciones a los problemas que enfrentan las personas
o sectores que han sido vulnerabilizados por el Estado y por la cultura
machista y excluyente que impera, no solamente en su estado, sino en todo
México.
Postulada por México Posible para ocupar un curul en la Cámara de Diputados, Amaranta comentó que de lograr esta posición impulsará la elaboración de un marco jurídico federal que permita generar una ley nacional contra la discriminación en el que se mencione a los sectores excluidos del país. Proveniente "orgullosamente" de las filas de la sociedad civil organizada, afirmó que "las ONG hemos hecho un verdadero trabajo en la construcción de nuestro país en las últimas décadas, con los mínimos recursos y siempre bajo sospecha del Estado. En 20 años de epidemia de VIH, por ejemplo, las ONG han alcanzado un nivel de profesionalización que rebasa en mucho al gobierno y han generado estrategias que sí han tenido un verdadero impacto." Amaranta, de 25 años y con una larga trayectoria en la lucha por la reivindicación de los derechos de las personas que viven con VIH/sida y del sector lésbico, gay, bisexual y transgénero, comentó que México Posible quiere llevar a los espacios de decisión las agendas de las organizaciones civiles a través de su candidatura, para hacerlas partícipes y constructoras de leyes que respondan a sus necesidades, "porque la gente que está en las ONG verdaderamente sabe cuáles son sus necesidades, pues son las que ven la realidad tal cual". Candidata plurinominal por el distrito 7 de Juchitán, Oaxaca, Amaranta ha sido uno de los personajes más atacados en esta contienda electoral por el clero católico y sectores de la extrema derecha por su condición de transgénero --libremente asumida. Su nombre de pila es Jorge, pero nadie la conoce como tal. Por ello, celebra que el IFE haya demostrado sensibilidad política al aceptar que en las boletas electorales aparezca con el nombre de Amaranta y con no el de Jorge. "Es un parteaguas en México y Latinoamérica que una persona transgénero esté en el escenario político señalando temas que parecía que no existían por el hecho de no ser mencionados, pero que sí estaban latentes lastimando e hiriendo a amplios sectores de nuestra sociedad que no han sido tomados en cuenta", dijo. |