Publican las obras escogidas del militar y uno de los protagonistas de la Revolución

El legado literario de Francisco L. Urquizo puede hacer revivir el espíritu patrio

CARLOS PAUL

Al terminar la Revolución Mexicana hubo muchos escritores que reflexionaron sobre ese conflicto, sin embargo, pocos son los que escribieron de ella y además fueron protagonistas. Es el caso del militar Francisco L. Urquizo Benavides (1891-1969), cuyas obras literarias están estrechamente ligadas a su vida, y ambas al movimiento armado de 1910.

Para tener una idea general de su vertiginosa e interesante trayectoria como militar, cabe destacar que Urquizo ingresó a la revolución en febrero de 1911, como soldado raso, bajo las órdenes del coronel Sixto Ugalde. Sin embargo, para diciembre de ese año ya ostentaba el grado de subteniente, ''que alcanzó por riguroso escalafón".

Durante el gobierno de Francisco I. Madero formó parte de la guardia presidencial, convirtiéndose ''en uno de sus hombres de confianza". Como subteniente de ese cuerpo participó activamente en la defensa del gobierno durante la Decena Trágica. Fue hecho prisionero por los seguidores del usurpador Victoriano Huerta, pero al recuperar su libertad se incorporó a la revolución constitucionalista enarbolada por Venustiano Carranza, quien lo nombró capitán primero de caballería de su estado mayor, hasta llegar a ser ministro de Guerra y Marina en 1920. Tiempo después sería secretario de la Defensa Nacional (1945-1946) del presidente Manuel Avila Camacho.

Retomar un amplio pasado histórico

Urquizo, además de militar, fue un prolífico escritor. Su producción literaria abarca cuento, novela, crónica, ensayo, biografía y radioteatro.

En sus textos ''vierte anécdotas y experiencias, convirtiendo su material, además de en obras literarias, en fuentes de carácter documental e histórico".

El Fondo de Cultura Económica (FCE) pone en circulación un volumen de más de mil páginas con el título Obras escogidas. Francisco L. Urquizo, en el que se incluye su obra Tropa vieja, considerada por Salvador Novo, en 1953, ''la mejor novela de la Revolución Mexicana".

El propósito de la edición, comenta Jesús González Schmal, presidente de la Asociación Cívica Francisco L. Urquizo, es ''rescatar para las nuevas generaciones, pero también para los políticos, lo que es la obra literaria de uno de los protagonistas directos de la revolución, pues nuestro pasado revolucionario -el cual culmina en una Constitución-, de ninguna manera está muerto. Parece que para los nuevos políticos la historia comenzó en 2000, cuando en realidad tenemos un extenso pasado histórico, el cual se tiene que retomar, pues en él se contiene no sólo la síntesis de los anhelos populares, sino también las soluciones, elaboradas en la Carta Magna de 1917, que llevándolas a la práctica en un gobierno democrático supondría darle prioridad a la justicia social y la soberanía.

''Urquizo es un maestro para las actuales generaciones. Como fuente histórica y literaria puede hacer revivir nuestro espíritu patrio y así podamos generar gobiernos democráticos auténticos y no de fachada."

(Coeditado por el FCE, el gobierno de Coahuila, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, el volumen será presentado el próximo domingo, a las 12 horas, en el Museo Casa de Carranza, en Río Lerma 35, colonia Cuauhtémoc.)