.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
CineGuía
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada en tu PALM
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo Electrónico
Búsquedas

P O L I T I C A
..

México D.F. Miércoles 4 de junio de 2003

Luis Linares Zapata

Desmesuras de un vendedor

La línea que parece haber cruzado el presidente Fox ya no puede ser entendida como simple exageración de un vendedor empedernido que pretende recuperar, aunque sea un cacho de aquel estrellato que tuvo cuando recién había vencido al PRI.

En ese entonces, y en variadas partes del ancho mundo, gozaba de primacías en los espacios periodísticos, reflectores que resaltaban su figura en múltiples estrados de refinados auditorios con sobradas voluntades para oírlo, sobre todo cuando ofrecía aperturas sin fin o negocios instantáneos, todo ello al alcance de su legítimo poder. Pero repitió la dosis con frecuencia mayor a lo conveniente y su palabra se erosionó con una velocidad mayor a todo lo que pudo haber previsto en su constante y alocado peregrinar por el mundo. Espacio que sintió pequeño, a su gusto y lleno de gente con supuestas buenas intenciones a las que ofrecía, para lo que fuera necesario, su íntima relación con el líder de la nación más poderosa del planeta. Adoptó con todas sus consecuencias una política que titularon, él y Castañeda, de activas relaciones exteriores. Repitió, más de lo que exigía la prudencia, visitas de Estado y giras de trabajo, algunas de ellas relámpago, en busca de inversiones que no cuadraban con los costos incurridos para lograrlas y menos aún con su ligereza y falta de solidez para inducirlas. Se pretendía, cuando se tuvo la oportunidad, solidificar una imagen de influyente personaje de la actualidad.

Se gastó así el discurso de una administración de empresarios y para empresarios que después de casi tres años de gobierno arroja un saldo de mínimos rendimientos económicos, nula capacidad para concitar acuerdos políticos en el frente interno, pero, a cambio de ello, hartas promesas y desmesuras.

A la tambaleante credibilidad se le añadió el diferendo con la estrategia guerrera de aquél al que consideraba su aliado, su par, el bastón que requería para seducir al gran mundo de las trasnacionales. La ya dudosa credibilidad en su discurso y en la concreción de su accionar se ensancha a pasos agigantados cada vez que sale de las fronteras nacionales. El reciente pronóstico -alcanzar en el lapso de 10 o un poco más de años a las economías de Japón y Estados Unidos- es una cereza de postre que alumbra, con fantasmagoría apropiada, los saltos al vacío de Fox y de sus consejeros. Los cálculos aritméticos que seguramente se usaron para tales proyecciones no pueden tomar en cuenta la ríspida realidad mexicana afectada por insondables diferencias económicas, culturales y sociales y huecos en la infraestructura que tardarán más de esos lapsos previstos en rellenarse.

Cuando más cerca se encuentra Fox y su desmadejado partido de enfrentar las consecuencias de su errática conducción ante un electorado que no lo respaldará, como ha pedido, más empuja su carro de exageraciones hacia el precipicio de la incredulidad. Hasta los europeos amenazan ahora con retirarse de México, a pesar de contar con inmensas inversiones en plantas eléctricas, porque no encuentran los debidos sostenes normativos que sus reformas estructurales anunciaban. Sostenes que, por los próximos tres o cuatro años, no saldrán del Congreso, al menos con el alcance y los contenidos buscados para la satisfacción de los ávidos mercaderes externos y de sus aliados mexicanos.

El encuentro de pasillo entre Fox y el presidente estadunidense no pudo calmar sus ansias, apenas contenidas, de volver a tenerlo al alcance de un telefonazo. El desaire recibido al no poder abrir la agenda del texano para una plática a modo, le quitó seguridad de movimiento, pero no la osadía para acalambrar al mundo magnificando la desperdiciada potencia de los pobres y lardeando el destino insuperable de su país para, en un descuido, igualarlos. Su innato instinto de vendedor le pedía un desplante magistral para concitar la perdida atención del poderoso contorno que lo deslumbró en Evian, Francia. Y, como irredento promotor, dio el zarpazo sólo para encontrar risitas de lado, caricaturas a modo y fulgurantes negativas y negaciones aun entre los mismos miembros de su comitiva de empresarios. Estos se dicen impreparados para enfrentar el desafío global.

Las tareas que dio por concluidas el presidente Fox no han sido hechas por su administración ni tampoco por el Congreso. Volverá con las talegas vacías o con resultados que volverán a sumar inversiones ya pronosticadas, proyectos productivos ya comprometidos o de poca envergadura. Pero eso sí, con la creencia de haber tocado, con sus reveladoras afirmaciones, fibras tan sensibles en los poderosos que desbancará al mismo Lula del banquillo de las celebridades.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4445 y 4110
Email