México D.F. Domingo 1 de junio de 2003
Púgiles, los más afectados sin las funciones sabatinas, dijo
Mala aplicación del reglamento mantiene al boxeo en crisis, asegura el promotor Raúl Cruz
JORGE SEPULVEDA MARIN
"La situación actual del boxeo en el Distrito Federal se debe en gran parte a que no se cumplen al pie de la letra los reglamentos o a que se hace tan elástica su interpretación que se desprotege a los púgiles", estimó el promotor Raúl Cruz.
Destacó que siendo el boxeo un oficio tan peligroso, en no pocas ocasiones autoridades, promotores y hasta manejadores se prestan a la incorrecta aplicación de las normas que deben regirlo, y por eso los propios boxeadores han terminado por abandonar su práctica.
Por eso insistió en que todos los involucrados en esta actividad son corresponsables de lo que ocurre y lo que le depara al pugilismo, y se negó a pensar siquiera que se esté frente a la desaparición de esta disciplina, "porque la gente lo impedirá, ya que es un deporte con miles de seguidores".
Resumió: "a casi seis meses de la suspensión de funciones por parte de la empresa Promebox, que lo venía haciendo desde hace 65 años, el saldo no puede ser positivo, y quienes han sufrido principalmente esta situación han sido los boxeadores de cuatro, seis y ocho rounds".
En su oportunidad, el manejador Francisco Sánchez, quien en sus inicios preparó a Humberto La Chiquita González, opinó que definitivamente los más perjudicados sin funciones han sido los boxeadores, ya que en general han tenido la urgencia de salir a plazas cercanas -aunque a veces no tanto, porque han trabajado en Tijuana y Mexicali, para continuar con su preparación, máximo los de cuatro, seis, ocho y 10 asaltos.
Confiado en que si la tradicional empresa de boxeo ya no regresara para promoverlo, con seguridad habrá otras personas que programarán funciones.
"La gente sigue al boxeo, va a torneos, lo ve en la televisión y siempre está pendiente de lo que ocurre. Por eso creo que no tiene por qué desaparecer, porque es una disciplina muy popular", aseguró.
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