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México D.F. Domingo 1 de junio de 2003
José Antonio Rojas Nieto
La marcha del mercado petrolero
Según datos preliminares de Petróleos Mexicanos (Pemex), este viernes nuestro barril de crudo de exportación se cotizó en el mercado internacional a 22.87 dólares. Con ello, su promedio en mayo alcanzó los 22.30 dólares, superior a los 20.87 dólares por barril registrados en abril, pero inferior a los 23.83 dólares de marzo y -todavía más- a los 27.86 y 27.75 de enero y febrero respectivamente.
Este pequeño juego de números, para indicar que al mes de mayo el precio promedio de nuestro crudo de exportación fue de 24.47 dólares por barril, seis dólares por encima de los 18.50 por barril del presupuesto de ingresos. Ni más ni menos. Además, si estimamos que en mayo se exportó un millón 850 mil barriles al día, los ingresos petroleros por la comercialización externa de petróleo mexicano de enero a mayo alcanzarán los 6 mil 849 millones de dólares. Para valorar el significado de este enorme volumen de recursos, baste decir que en toda nuestra historia petrolera, nunca habíamos logrado una captación así en los primeros cinco meses del año. Simplemente nunca.
ƑQué ha habido de extraordinario este año? Lo dominante, la terrible invasión angloestadunidense a Irak, que implicó elevaciones de precios del crudo de 12 dólares por barril, de mediados de noviembre a principios de marzo. Nunca, por cierto, la elevación fantasiosa de 30 o 40 dólares por barril aludida por algunos analistas. Y, sin embargo, la invasión también provocó una caída superior a los 10 dólares en sólo 10 días de marzo. Y de seis en los primeros días de abril, aunque nunca el derrumbe del que, también fantasiosamente, se habló antes de la invasión.
Otros hechos petroleros ayudan a entender la dinámica actual de precios. En primer lugar ciertas restricciones relativas de una oferta mermada no sólo por la baja de las exportaciones de Irak, sino de Venezuela, Nigeria y del Mar del Norte. En el primer trimestre del año, Irak exportó poco más de 2 millones de barriles al día. En abril apenas 150 mil barriles diarios. Y aunque se estima que apenas exportó unos 300 mil barriles al día en mayo, una vez eliminadas las sanciones y bajo el lamentable control estadunidense, se esperan exportaciones ligeramente superiores a un millón de barriles al día en junio; un promedio ligeramente por debajo de los 2 millones de julio a septiembre; y, finalmente, 2 millones y medio en el último trimestre del año.
En cuanto a Venezuela hay que indicar que su promedio de producción en el primer trimestre del año apenas superó el millón de barriles al día. Y se estima que de manera gradual recupere sus niveles anteriores para cerrar el año con una producción muy próxima a los 3 millones de barriles al día, siempre y cuando las condiciones políticas lo permitan, dependiendo de lo que resulte del referéndum de agosto.
En Nigeria continúa cierta inestabilidad sociopolítica y laboral que ha afectado la producción de este segundo trimestre del año, haciendo descender un poco una producción que tradicionalmente se ubica en un nivel superior a los 2 millones de barriles al día.
Para el caso de la producción del Mar del Norte hay que notar un descenso de 125 mil barriles al día en Gran Bretaña y de 100 mil diarios en Noruega. No es ocioso decir una vez más que esta baja en la producción ha sido compensada, en primer lugar, por Arabia Saudita, que en el primer trimestre del año produjo 8 millones y medio de crudo y casi 9 millones en el segundo. También por Rusia, que al mes de mayo ha elevado su producción en 200 mil barriles diarios y que planea alcanzar una producción de 8 millones y medio de barriles diarios en diciembre, 2 millones más de lo que produjo en diciembre de 2000.
Y, finalmente, por México, que ha incrementado en 222 mil barriles al día (14 por ciento) sus exportaciones en estos primeros cinco meses del año, respecto del mismo periodo de 2002. Todo esto gracias a una demanda que, pese a todo, ha crecido 2 por ciento en los primeros cinco meses del año, crecimiento que se sostendrá los siete restantes.
Así pues, pese a los riesgos de este crecimiento de la oferta, se sortearon ya los momentos más delicados del mercado, los derivados de la caída estacional del consumo, una caída que este año implicó un descenso de casi 4 millones de barriles, pues en febrero pasado la demanda fue ligeramente mayor a los 80 millones de barriles diarios y en mayo de 76 millones.
Y hay que decir que ya se sortearon esos momentos delicados porque en junio se inicia una vez más el ciclo de elevación estacional del consumo -en estos momentos también fortalecido por bajos inventarios en los grandes países consumidores- que muy probablemente lleve la demanda a un nuevo nivel histórico de 82 millones de barriles al día en el invierno próximo. Esto, sin duda, no sólo impedirá que los precios bajen. También puede implicar un leve ascenso, siempre y cuando la Organización de Países Exportadores de Petróleo, en su próxima reunión del 11 de junio, ratifique el control de su oferta y su adecuación al movimiento de la demanda.
Y esa ratificación, por cierto, se vea apoyada por otros productores, México entre ellos. Esto permitiría que el precio de nuestra mezcla mexicana de exportación alcanzara un promedio anual cercano a los 25 dólares por barril. Y que nuestros ingresos petroleros por exportaciones casi alcanzaran los 17 mil millones de dólares, en términos nominales los mayores de nuestra historia petrolera, lo que en estos momentos controvertidos, complejos y difíciles resulta muy importante. šSin duda! [email protected]
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