González Aleu asegura que el ex general introdujo a los paramilitares al DDF

Corroboran acusación de que Díaz Escobar fue el jefe de los halcones

GUSTAVO CASTILLO GARCIA Y LAURA GOMEZ FLORES

José Antonio González Aleu, director de Servicios Generales del Departamento del Distrito Federal (DDF) en 1971, corroboró ante la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), que el general Manuel Díaz Escobar era el encargado de los halcones que participaron en la represión de estudiantes y maestros el 10 de junio de 1971, y que ese grupo paramilitar operaba al margen de la estructura oficial del entonces gobierno capitalino que dirigía Alfonso Martínez Domínguez.

De acuerdo con versiones obtenidas de lo que fue su comparecencia ante la Femospp, González Aleu reconoció que Díaz Escobar, quien era su subalterno oficialmente por estar a cargo de la subdirección de Servicios Generales del DDF, puesto en el que fue nombrado por Luis Echeverría, tenía adscrito a personal militar en sus áreas operativas, como eran panteones, parques y jardines, y guardabosques.

González Aleu compareció la mañana de ayer ante la fiscalía para desaparecidos, en tanto que Díaz Escobar no acudió al citatorio que tenía para declarar ante el Ministerio Público Federal en torno a los acontecimiento del 10 de junio de 1971, y en el cual se le menciona en calidad de indiciado.

Orígenes de los halcones

Díaz Escobar, quien estuvo en el mismo cargo en el DDF desde 1968, según documentos que obran en el Archivo General de la Nación (AGN), inicialmente tuvo bajo su mando un grupo de 700 personas, el cual llegó a estar integrado hasta por mil supuestos empleados del DDF, pero que en realidad se dedicaban a capacitarse en artes marciales para actuar en contra de manifestantes, como ocurrió el 10 de junio de 1971.

El pasado 21 de abril La Jornada publicó en exclusiva parte de la historia de Manuel Díaz Escobar. En esa fecha se informó que el organismo que dirige Ignacio Carrillo Prieto ha documentado que el constructor, operador y jefe de los halcones era el entonces teniente coronel Díaz Escobar, quien nació el 4 de noviembre de 1919 en Oaxaca, Oaxaca, y que siempre desarrolló sus actividades bajo el cobijo del ex regente Alfonso Corona del Rosal.

A Díaz Escobar también se le ha vinculado con la represión del movimiento navista en 1961, en San Luis Potosí, y con el envío de francotiradores a la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968, como parte de una estrategia para enfrentar a los halcones con el Batallón Olimpia y los efectivos regulares del Ejército.

Ayer, la declaración de González Aleu, según los informantes, sirvió para obtener mayores indicios de la manera en que operaba el grupo paramilitar desde el DDF, ya que el ex director de Servicios Generales aceptó durante el interrogatorio, que duró de las once de la mañana a las dos y media de la tarde, que él era el encargado de pagar la nómina del personal bajo el mando de Díaz Escobar.

Aun cuando no aceptó responder los cerca de 40 cuestionamientos, pues dijo que después contestará por escrito, mencionó que había recibido indicaciones de que el grupo de Díaz Escobar operara al margen de la estructura oficial del DDF.

Hasta el momento, Díaz Escobar no se ha presentado al citatorio, por lo que el Ministerio Público encargado, Américo Meléndez Reyna, lo volverá a llamar a comparecer, pero esta vez se le apercibirá que de no acudir o responder por escrito o a través de su abogado (cosa que no hizo esta vez), se le presentará con la fuerza pública.

Por otra parte, miembros del Comité 68 Pro Libertades Democráticas analizan la posibilidad de utilizar la vía internacional para que las muertes de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas y del 10 de junio de 1971 no queden impunes y se consigne a los involucrados, ante el riesgo de que "algunos jueces den carpetazo al asunto negando las órdenes de aprehensión o prescribiendo los casos".

Jesús Martín del Campo mencionó que aun cuando continúan los interrogatorios, en la fiscalía especial existe el temor de que "no se aplique la justicia y gente como Miguel Nazar Haro o (Luis) Echeverría siga en las calles, mientras cientos de jóvenes fueron asesinados o desaparecidos, aunque le saldría muy caro a las autoridades tapar el ojo al macho y sería decepcionante para la sociedad".

En torno de Manuel Díaz Escobar, señaló que se trata de un "personaje clave en 1971 pues fue quien colocó a los halcones y sus entrenadores en la nómina del gobierno capitalino".

De ahí, señaló, obtuvo los recursos para el pago de este grupo y la compensación para que aceptaran disolverse después de la masacre.