México D.F. Viernes 30 de mayo de 2003
La UNESCO aportará 45 mil dólares para rehabilitar ese valioso patrimonio
Graves daños en las pinturas murales del monasterio de San Juan Bautista de Morelos
LA JORNADA MORELOS
Tetela del Volcan, Mor., 29 de mayo. Ubicado en el pueblo de Tetela del Volcán, el monasterio de San Juan Bautista, construido en el siglo XVI por los frailes dominicos, forma hoy parte de la llamada Ruta de los conventos, conocida también como ''Ruta de los monasterios del siglo XVI a las faldas del volcán Popocatépetl".
Esta ruta está integrada por 11 construcciones coloniales en Morelos y tres en Puebla, que fueron declaradas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) Patrimonio de la Humanidad el 17 de diciembre de 1994.
Decoración estilo europeo
Una de las principales características del monasterio de San Juan Bautista son sus pinturas murales que, a diferencia de otros recintos religiosos de la época, fueron realizadas en un estilo puramente europeo en el que casi no se aprecia un estilo indígena, por lo que los historiadores del arte consideran que la decoración de los muros fue dirigida por un pintor europeo de la escuela manierista.
Ahora esas pinturas se encuentran gravemente dañadas y en algunos muros se han perdido hasta en 70 por ciento. Para rescatar dicho patrimonio artístico, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) solicitó a la UNESCO apoyo para realizar trabajos de restauración en los muros deteriorados por la humedad.
Así, desde el pasado marzo, expertos restauradores del INAH, apoyados por estudiantes de la Escuela Nacional de Restauración y Conservación del instituto, trabajan para rescatar ese patrimonio cultural.
El organismo internacional aportará 45 mil dólares por medio del Fondo del Patrimonio Mundial y la empresa privada estadunidense Educational Tours para dichas obras, mientras el instituto contribuirá con 15 mil dólares, por lo que con 60 mil dólares se pretende concluir una primera etapa de restauración de la parte baja del monasterio, informó Ramón Lépez Vela, director del Centro INAH-Morelos, quien reconoció que los recursos son limitados puesto que, de acuerdo con cálculos realizados por el instituto, se requieren aproximadamente 2 millones de dólares para restaurar de forma integral cada uno de los ex conventos.
Corregir secuelas de la humedad
Gabriela Mazón Figueroa, restauradora responsable de este proyecto, explicó que en esta primera etapa trabajan cinco restauradores que se dedicarán reparar la pintura mural. Para ello es necesaria una limpieza de la capa pictórica y el fijado posterior de la misma, la consolidación de aplanados y resanes. Se busca estabilizar los muros que son el soporte de la capa pictórica y corregir lo mejor que se pueda los problemas generados por la humedad, como son la degradación del material constitutivo de los soportes de los muros, la separación del aplanado de los muros y las oquedades.
Mazón informó que los trabajos de consolidación se realizan por medio de la inyección, en diversas perforaciones, de un consolidante hecho de cal, un aditivo más fuerte y, en algunos casos, es utilizada la baba de nopal, que es un aglutinante natural usado desde hace siglos.
Por otro lado, para evitar que la humedad deteriore aún más las pinturas, arqueólogos del INAH trabajan en el patio del claustro de ese convento para volverlo a dejar como estaba en el siglo XVI, sin jardín ni concreto, y así evitar la humedad. Para realizar dichos trabajos de excavación, el apoyo del ayuntamiento de Tetela del Volcán ha sido determinante, reconoció Lépez Vela, pues éste ha pagado al personal y adquirido los materiales para la rehabilitación adecuada de este patio, y de esa manera combatir el deterioro paulatino de las pinturas murales.
Cabe mencionar que si bien en este monasterio se realizó en 1999 una intervención urgente ante los daños provocados en varios inmuebles históricos por algunos sismos, ésta es la primera vez que se realizan trabajos de tal naturaleza para conservar la pintura mural, aunque los expertos del INAH consideran que estructuralmente esos conventos ''están sanos''.
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