México D.F. Viernes 30 de mayo de 2003
Martha Mejía y Antonio Bravo realizaron
el disco compacto Cuba para dos
Rescatan obras desconocidas del compositor Ernesto
Lecuona
El nuevo material pone al día a los también
isleños Eduardo Sánchez y Gisela Hernández
La soprano y el pianista ofrecerán mañana
un recital con melodías incluidas en esa grabación
CESAR GÜEMES
El rescate de composiciones completamente desconocidas
de Ernesto Lecuona, más la puesta al día de los también
cubanos Eduardo Sánchez de Fuentes (1874-1944) y Gisela Hernández
(1912-1971), se conjuga en el disco Cuba para dos, realizado por
la soprano Martha Mejía y el pianista e investigador musical Antonio
Bravo, que comenzó a circular editado por el Consejo Nacional para
la Cultura y las Artes-Centro Nacional de las Artes y Osborne.
A
propósito del acercamiento a los tres compositores cubanos, Bravo
expresa: ''Ernesto Lecuona es el más conocido, pero las piezas que
incluimos en el disco difícilmente se encuentran grabadas y muy
pocas veces se interpretan. Accedimos a ellas por coincidencia con la soprano
Hilda del Castillo; tuve la fortuna de acompañarla en un concierto
en el que, entre otras cosas, interpretamos parte del repertorio que aparece
en el disco. Ella traía estas canciones de Cuba, venían en
manuscritos, fue necesario limpiarlas e inclusive descifrar algunos espacios
borrosos. Tuve que acudir a las leyes de la armonía y el contrapunto
para completar lo que no se alcanzaba a leer. Fue muy interesante y por
eso lo disfruté doblemente.
Colchón armónico
''En cuanto a Eduardo Sánchez de Fuentes y Gisela
Hernández -prosigue Antonio Bravo-, que son compositores casi desconocidos,
nulamente interpretados, su música dijo mucho en su momento. Por
eso decidimos incluirlos.
''Sánchez de Fuentes es un poco anterior a Lecuona
y cultivó mucho el lieder, la canción alemana de concierto.
Gisela Hernández es la más contemporánea en cuanto
a lenguaje y vitalidad. Esta fue la visión que se tuvo para conformar
el disco, estos tres lenguajes. Eduardo Sánchez de Fuentes y Lecuona,
con obras que son poco conocidas, y Gisela Hernández con este lenguaje
más contemporáneo, más asimilado con las nuevas tendencias
de composición del siglo XX."
-Además, de textos musicalizados de Dulce María
Loynaz (Premio Cervantes 1992) y Fina García Marruz, en el álbum
aparece también un escrito de Tagore. Trabajarlo musicalmente debe
ser un poco metafísico.
-Lo es, de hecho. Traté de darle al piano una cierta
atmósfera de laúd muy velada; intenté, más
que un acompañamiento o ser parte de la obra de una manera protagónica,
crear un colchón armónico muy sutil, sobre el cual se alza
la voz. La compositora Gisela Hernández entendió muy bien
el texto de Tagore y creo que lo supo musicalizar de manera adecuada.
Fusión de poesía y música
-¿Cómo diría que se aplicó
su estilo de interpretación, por ejemplo, a las piezas de Lecuona
que casi nadie había escuchado antes?
-La interpretación tuvo que ver, como lo hago cuando
trabajo con cantantes, con el texto. El ciento por ciento de labor que
realizo antes de interpretar, es leer el texto. Si hay alguna indicación
del compositor que dañe el texto, a veces me atrevo a cambiarlo.
Es decir, si hay un acento agudo en la música en el que el texto
marca un acento grave, lo trato de cambiar; no hablo de las notas sino
de la acentuación. Mi trabajo se basa en esto y así me desempeño
con el cantante, en este caso con Martha Mejía. De hecho el nombre
del disco surge de la fusión de poesía y música, de
voz y piano, además del abundante intercambio musical que siempre
hemos tenido entre México y Cuba.
-Es entonces un rescate de los poetas, de los letristas.
-Sí, fue un rescate lírico en todos los
sentidos. Tuvimos la fortuna de haber conocido este repertorio que los
compositores tanto cuidaron. Se nota, aunque no los hayamos conocido, que
con su discurso musical se acercaron de manera muy honesta y apasionada
a las letras, es claro que el texto los conmovió. Me atrevería
a decir que no lo hicieron por encargo. Así noté a la música:
muy bien puesta, cuidadosamente diseñada, con atmósferas
enriquecidas, además, idiomáticamente muy acertadas las frases
con respecto al piano: conocían el instrumento y sabían lo
que deseaban extraerle en las diferentes secciones de cada pieza.
Disco muy femenino
-Al elaborar la selección de trabajos para este
disco, ¿pensaron en un público en particular?
-Casi nunca lo hacemos. Como dúo, tenemos muchos
repertorios que nos ayudan a ganarnos la vida: ópera, opereta, canción
de concierto. Pero cuando decidí hacer este disco fue después
de haber revisado aproximadamente 90 piezas. Quise rescatar las que habían
sido menos grabadas para aportar algo en materia discográfica de
estos compositores. Pienso que puede ser un público muy diverso
el que se puede acercar a este trabajo. Y sobre todo siento que es un disco
muy femenino en cuanto al contenido. De hecho lo ordenamos de esa manera:
es un viaje virtual de una mujer que se atreve a salir al amor y a la sensualidad,
pasando por todos los estadios del deseo, el desencanto, la muerte y la
libertad.
(Mañana a las 20:30 horas en Artlife, ubicado en
Madrid 122, Coyoacán, Antonio Bravo y Martha Mejía ofrecerán
un recital con las piezas que componen Cuba para dos.)
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