ENRIQUE FLORESCANO
EL derrumbe de Tula hacia 1150 se asoció con una gran migración de gente tolteca por distintos rumbos de Mesoamérica y con un fenómeno poco estudiado, la difusión del culto al dios del viento, Ehécatl. El culto de Ehécatl es una de las manifestaciones menos conocidas del mito de Quetzalcóatl y, como veremos adelante, un componente clave de la estructura compleja de este mito.
El dios del viento fue una de las fuerzas de la naturaleza primero deificadas por los pueblos mesoamericanos. El aire, la tierra, el agua y el fuego son las cuatro fuerzas naturales que participan en la formación del mundo en las antiguas cosmogonías. El viento está vinculado con las nubes, la neblina y las lluvias; es el agente que transporta la humedad a la tierra y provoca la regeneración de las plantas. En la cosmogonía de Tollan-Teotihuacán el viento es una de las potencias que interviene en la creación de la presente era del mundo. Sin embargo, en la literatura dedicada a la religión de Mesoamérica Ehécatl aparece tardíamente, a fines de la época Clásica y en el Posclásico, vinculado con los dioses del viento de la región del Golfo de México, no con sus orígenes, que se remontan a la Tollan primordial, Teotihuacán, como se verá adelante.
Aquí sostengo que Ehécatl es uno de los dioses creadores del Quinto Sol y uno de los más importantes en el panteón original mesoamericano. El oscurecimiento de su personalidad en los registros históricos debe atribuirse al proceso que confundió su nombre con el de la Serpiente Emplumada, el emblema real de Tollan-Teotihuacán, y más tarde con el de Topiltzin Quetzalcóatl, el legendario fundador de Tula. Sin embargo, en sus orígenes Ehécatl tiene nombre y atributos propios, diferentes a los de la Serpiente Emplumada y Topiltzin Quetzalcóatl.
Del Ehécatl de Tollan al 9 Viento mixteco
Ehécatl es tan antiguo como el mito de la creación del Quinto Sol. De acuerdo con la tradición tolteca, la fundación del cosmos ocurre en Tollan-Teotihuacán. La Leyenda de los Soles narra que el segundo sol que hubo en el mundo fue el llamado Nahui ehécatl, 4 Viento. En este sol, que duró 676 años, los seres humanos que lo poblaron fueron arrasados por un vendaval y convertidos en monos. En la cosmogonía que relata la creación y destrucción de los cuatro soles anteriores a la presente era del mundo, el orden de éstos es el siguiente:
Nahui ocelotl: 4 Jaguar
Nahui ehécatl: 4 Viento
Nahui quiauitl: 4 Lluvia
Nahui atl: 4 Agua
Éste es el orden inscrito en la Piedra del Sol o Calendario azteca y en otros monumentos que registran el episodio fundador de la actual era del mundo (Fig. 1). De modo que en los relatos pintados en códices o grabados en piedra, Ehécatl aparece como uno de los dioses creadores. En los relatos que se refieren a la creación del Quinto Sol, que es una cosmogonía teotihuacana, hay un texto que le imputa a los toltecas esta afirmación: "Decían que su dios los hizo y los crió de ceniza; y atribuían a Quetzalcóatl [...], el haberlos hecho y criado".
Figura 1. Los cuatro soles representados en unas piedras labradas encontradas cerca del zócalo de la ciudad de México. La 1 representa a Naui Ocelotl; la 2 a Naui Ehécatl; la 3 a Naui Quiauitl y la 4 a Naui atl. Foto tomada de Seler, 1990: VI, 32. |
Figura 2. Estela 19 de Seibal, con la representación de un personaje con la máscara buscal del dios del viento. Foto tomada de Graham, 1996. |
Sin embargo, después de estas apariciones deslumbrantes, la figura de Ehécatl parece desvanecerse de los registros históricos. Su presencia sólo se vuelve a manifestar al final de la época Clásica, en la ciudad maya de Seibal, a orillas del río de la Pasión, en una estela fechada en el año 870, que retrata la figura de un gobernante de esa ciudad con la máscara del dios del viento (Fig. 2). A partir de entonces el culto de Ehécatl se expande por varios centros políticos del Posclásico, principalmente en Tilantongo, en las tierras altas de la mixteca oaxaqueña, y en Cholula, en el Valle de Puebla.
La imagen más elocuente de la deidad 9 Viento la debemos a Alfonso Caso. Al examinar los códices mixtecos, Caso descubrió la presencia de este personaje y con los datos que recogió sobre él compuso una biografía que revela un culto muy arraigado alrededor de 9 Viento fuera del Altiplano Central. Sin embargo, aun cuando Caso es el primer autor que desvela la personalidad de 9 Viento, cometió el error, entonces común, de llamarlo Quetzalcóatl, pese a que en los documentos originales el único nombre que ahí aparece es el de 9 Viento.
Figura 3. Pintura del Códice de Viena que muestra el momento en que 9 Viento nace de un pedernal, el día 9 Viento del año 10 Casa. Dibujo basado en el Codex Vindobonensis Mexicanus I, lám. 49 (Furst, 1978). |
Una lámina famosa del Códice de Viena presenta a 9 Viento en un lugar del cielo nocturno, desnudo, conversando con los dos dioses creadores, quienes lo instruyen y le hacen entrega de una colección de símbolos (Fig. 4). Le otorgan la máscara bucal de pájaro por medio de la cual sopla y mueve los vientos, una macana incrustada con tres piedras de turquesa, una pulsera de piel, la navaja de obsidiana, el gorro cónico de piel de jaguar, el penacho de plumas negras, el lanzadardos y el dardo, los ornamentos de concha y el pectoral de caracol... Le confieren, en una palabra, los atavíos bajo los cuales reconoceremos más tarde a Ehécatl, el dios del viento en los códices y monumentos nauas. Le asignan además cuatro casas, probablemente las que en la tradición mexica "se llamaron sus casas de oración".
Figura 4. En esta lámina del Códice de Viena, 9 Viento recibe en el cielo nocturno (parte superior) los atavíos que lo identificarán como Ehécatl, el dios del viento. Luego se manifiesta en la tierra, vestido con todos sus ornamentos y símbolos. |
En las láminas siguientes la biografía de 9 Viento se enriquece con una colección de prodigios. Su descenso en la tierra se asocia con el acontecimiento principal que narra el códice: el surgimiento de la tierra mixteca, la aparición de la tierra fértil, las montañas y los ríos. En otra lámina 9 Viento es testigo del nacimiento de una generación de dioses y de los primeros linajes mixtecos en la legendaria región de Apoala (Fig. 6); convoca más tarde a una asamblea de dioses que ordena el universo mixteco y le confiere a cada dios sus ámbitos y tareas; participa en el descubrimiento de las plantas útiles; concierta alianzas matrimoniales que originan linajes y dinastías, e interviene en varias ceremonias, entre ellas la inicial de encender el Fuego Nuevo, que es la ceremonia que marca el comienzo de una nueva era del mundo. Una imagen lo presenta horadando las orejas de un personaje, la ceremonia canónica que repetirán los pueblos posteriores para declarar el ennoblecimiento de las personas y el otorgamiento de las insignias del poder (Fig. 7).
Figura 5. Ehécatl, el dios del viento, carga la bóveda celeste en el Códice de Viena. |
Según estas imágenes, en la cosmogonía de los mixtecos 9 Viento es el dios del aire, una de las fuerzas primordiales que le dieron vida al mundo, el soplo que repartía el viento y la lluvia por los cuatro rumbos del cosmos. Es uno de los dioses creadores, pues se hace presente cuando aún prevalece la oscuridad y el caos. Ayuda entonces a separar el cielo y las aguas de la superficie terrestre y él mismo se convierte en sostén del cielo.
Al igual que los dioses creadores mayas, 9 Viento es una deidad protectora de los linajes nobles y las dinastías. Pero sobre todas las cosas 9 Viento resume en su persona los atributos de la civilización. Es el dios creador de los seres humanos, la agricultura, el poblado urbano, la escritura, las artes, el culto religioso y las prácticas chamánicas. O sea que este 9 Viento mixteco es la representación más antigua que conocemos del culto a Ehécatl. Mi interpretación es que este culto se inició en Teotihuacán, pues como vimos antes, en los textos nauas heredados por los mexicas se dice que Ehécatl fue uno de los dioses que intervino en la creación y destrucción de los soles que originaron el Quinto Sol. Asimismo, la mayoría de los textos y monumentos nauas que se refieren a la fundación del reino, el otorgamiento de los símbolos del poder y las ceremonias del ennoblecimiento de los jefes, citan a Tollan como el origen de estos acontecimientos.
Figura 6. 9 Viento hace una limpia ritual y le otorga nombres y títulos a 44 personajes nacidos del árbol de Apoala, de donde brotaron los seres mixtecos y sus linajes. |
Figura 7. 9 Viento perfora la oreja del señor 2 Perro, en una ceremonia dedicada a elevar a las personas a posiciones de mando. |
Figura 8. 9 Viento sacrifica una codorniz y esparce tabaco molido, ritos iniciales de un culto religioso. |
Figura 9. A) 9 Viento representado como creador y ejecutor de cantos, poesías y pinturas. B) 9 Viento canta y toca con la mano derecha un tambor en forma de calavera. |
...inventó este Quetzalcóatl templos o cúes, que eran los lugares comunes de oración de esta gente, y así fundó los cuatro aquí señalados [Fig. 10]
A este [Quetzalcóatl] tenían por señor de los Vientos, y fue el primero a quien han construido templos e iglesias, las cuales hacían todas redondas, sin ángulo ninguno.
Códice Vaticano Latino 3738
Otro indicador de la propagación del culto de Ehécatl a fines del período clásico y durante el Postclásico (1000-1300), es la proliferación de sus templos en diferentes regiones de Mesoamérica. El más temprano que se ha registrado, mediante datos arqueológicos confiables, es el localizado en la mixteca oaxaqueña, entre el periodo clásico y el comienzo del Posclásico (300-1000 d.C.) ( Fig. 11).
Los arqueólogos han registrado templos redondos en diversas regiones de Mesoamérica. José García Payón estudió los templos de este tipo localizados en el norte de Veracruz y Pollock publicó el primer estudio sobre las estructuras redondas de Mesoamérica, donde se aprecia que algunas de ellas estaban dedicadas al dios del viento. Los templos dedicados a Ehécatl-Quetzalcóatl sobre los que hay información proveniente de la arqueología y de la historia, son los del área maya: Chichén Itzá, Uxmal, Mayapan. Sabemos que El Castillo de Chichén Itzá, El Adivino de Uxmal y el Templo de Quetzalcóatl de Mayapán, eran templos dedicados a Kukulcán, como los mayas llamaban a Quetzalcóatl, el dios del viento de los antiguos teotihuacanos. Además de los testimonios históricos que informan que estos edificios estaban dedicados a Kukulcán, la arquitectura informa que comparten características que los vinculan con el culto de Ehécatl. Tienen las esquinas redondeadas y en la puerta principal del santuario superior sobresalen las famosas columnas de serpientes emplumadas con la cola sosteniendo el techo y la gran cabeza con las fauces abiertas descansando en el suelo (Fig. 12). Esta portada es un rasgo diagnóstico de los templos dedicados a Ehécatl-Quetzalcóatl, y la encontramos descrita en los textos de Sahagún y en los cantos dedicados al Topiltzin Quetzalcóatl de Tula.
Figura 10. Quetzalcóatl y sus cuatro templos o cués, en el Códice Vaticano A. Los cuatro templos son la Casa del Ayuno para los hombres santos; la Casa del Ayuno Común; la Casa de la Serpiente, y la Casa del hoyo. |
Figura 11. Esquema del templo de Ndodo, en la mixteca oaxaqueña, que muestra los rasgos arquitectónicos de este basamento, dedicado a 9 Viento. Como se advierte, el templo redondo de la parte superior se asienta en una base cuadrada. |
Tenía (el templo) sesenta gradas para subir a él [...] y [...] después de aquellas gradas, se hacía un patio muy encalado, de mediana anchura, donde tenía una pieza toda redonda, que aunque era grande, era a hechura de horno, y la entrada era como boca de horno, ancha y baja, que para entrar era menester inclinarse mucho. Tenía por techo una copa redonda, pajiza, que ellos llaman xacalli.
Esta descripción es semejante a la que proporcionan las crónicas y la arqueología de los templos redondos encontrados en Tenochtitlán y Tlatelolco. Así, Bernal Díaz del Castillo ofrece esta imagen de un templo de Tlatelolco: "y un poco apartado del gran cu estaba una torrecilla que también era casa de ídolos, o puro infierno, porque tenía [...en la entrada] una muy espantable boca de las que pintan, que dicen que es como la que está en los infiernos, con la boca abierta y grandes colmillos para tragar las ánimas. E asimismo estaban unos bultos de diablos y cuerpos de sierpes junto a la puerta..."
Se advierte entonces que un rasgo común de los templos dedicados al dios del viento era el pórtico con las columnas de serpientes emplumadas (Chichén Itzá-Tula), o las puertas con esculturas que representaban cuerpos y bocas de serpiente, tal como se describen en los templos de Tlatelolco. Quizá esta información fue la que utilizó el arquitecto Ignacio Marquina para su reconstrucción del templo de Ehécatl en el centro ceremonial de México-Tenochtitlán.
Ehécatl y la fundación de Ihuitlán, Coixtlahuaca, Tlapiltepec y otros pueblos de la mixteca oaxaqueña
La importancia de Ehécatl como dios civilizador y héroe cultural entre los años 900 y 1200 se confirma no sólo por su papel protagónico en el Códice de Viena, sino por su presencia en los Lienzos, Tiras y Mapas que se refieren a la fundación de pueblos en la mixteca oaxaqueña. En estos testimonios, elaborados entre mediados y finales del siglo XVI, la fundación del pueblo, que se fecha entre los siglos XI y XIII, aparece directamente vinculada con la presencia de 9 Viento.
Figura 12. Planta y elevación del edificio de El Castillo de Chichén Itzá. |
Figura 13. Lienzo de Ihuitlán, elaborado en tela de algodón, hacia la mitad del siglo XVI. Presenta la fundación de los pueblos de Ihuitlan, Tlapiltepec y Coixtlahuaca, de cuyos símbolos de lugar brotan los linajes gobernantes. |
El Lienzo de Tlapiltepec, pintado a mediados del siglo XVI, contiene otra escena de fundación similar. En su parte inferior se aprecia una representación de la legendaria cueva de Chicomóztoc, donde según las tradiciones toltecas nació la presente humanidad. En el interior de esta cueva se ve la cara de la deidad fundadora de los antiguos reinos mixtecos: 9 Viento, 1 Caña (Fig. 15).
Otra demostración persuasiva de la importancia que tuvo el dios del viento en la fundación de los pueblos mixtecos la ofrece el Códice Selden II. En la lámina primera el héroe cultural 9 Viento aparece conversando en lo alto del cielo con los dioses creadores de la tradición mixteca, Señor 1 Venado y Señora 1 Venado (Fig. 16). Luego 9 Viento desciende a la tierra y cuatro sacerdotes se apresuran a llevar ofrendas al bulto sagrado que lo representa (Fig. 17). Otra escena muestra la peregrinación de estos sacerdotes por diferentes lugares bajo la guía y protección de 9 Viento (Fig. 18). El sacerdote que encabeza el grupo va cargando el bulto de 9 Viento. Finalmente, en la escena central, los sacerdotes arriban al lugar predestinado para fundar un nuevo altépetl, depositan ahí el envoltorio que conserva las fuerzas sagradas de 9 Viento y proceden a encender el Fuego Nuevo (Fig. 19).
La sorprendente aparición de 9 Viento en las fundaciones de pueblos mixtecos que remontan sus orígenes a los siglos XI-XIII, confirma la continuidad del culto al dios del viento que nació con las cosmogonías de Tollan-Teotihuacán. Ehécatl, el numen que presidió la creación del mundo en la ciudad de los dioses, sigue siendo el padrino de las fundaciones humanas que se multiplican después de la caída de Tula hacia 1150.
Refundación de Cholula y apogeo de Ehécatl
Figura 14. El signo de lugar de Coixtlahuaca en el Lienzo de Ihuitlán. En el interior de este símbolo se ve, a la derecha, la figura de 9 Viento con su nombre calendárico, el dios protector de los reinos mixtecos. |
La Relación de Cholula de Gabriel de Rojas, escrita en 1581, dice que el nuevo templo que se construyó donde está hoy el convento de San Gabriel, fue edificado para honrar a "un capitán que trajo a la gente desta ciudad, antiguamente, a poblar en ella de partes muy remotas hacia el poniente". Según este relato, el nombre de ese capitán era Quetzalcóatl, y después de su muerte el templo se erigió en su memoria. Dice Rojas que los fundadores habían venido de un lugar llamado Tullan, y por eso bautizaron la ciudad con el nombre de la ciudad de origen. Además, le impusieron el de Cholullan porque era el nombre originario del sitio, y el de Tlachiuh Altépetl porque estas palabras quieren decir "cerro edificado con las manos".
Cuenta Rojas que en ese templo oficiaban dos grandes sacerdotes, uno llamado Tlalchiach y otro Aquiach. Uno de los oficios de estos sacerdotes era "confirmar en los estados a todos los gobernantes y reyes de esta Nueva España", quienes "en heredando el reino o señorío, venían a esta ciudad a reconocer obediencia al ídolo della, Quetzalcóatl, al cual ofrecían plumas ricas, mantas, oro y piedras preciosas". El modo en que ambos sacerdotes confirmaban en sus cargos a los señores era "horadándoles las orejas, o las narices o el labio inferior, según el señorío [que] tenían". Asimismo, al concluir un ciclo de 52 años, "venían de todos los pueblos" a Cholula, a confirmar sus señoríos y a visitar el templo de Quetzalcóatl, "porque éste era metrópoli y tenido en tanta veneración como lo es Roma en la christiandad y meca [la Meca] en los moros".
La Relación de Cholula transmite dos hechos importantes. Confirma, en primer lugar, las aseveraciones de otras fuentes antiguas, como la Historia tolteca-chichimeca, que relata la salida de Tula de un grupo que luego de peregrinar por el centro de México derrota a los olmeca-xicalanca y se asienta en Cholula. Es decir, ratifica que Cholula fue refundada por gente tolteca. En segundo lugar, informa que los toltecas transportaron a su nueva residencia las tradiciones religiosas de Tula: el culto de Ehécatl y el alto rango que tenían los sacerdotes de este dios. Como sabemos por otras fuentes indígenas, y por el testimonio de los primeros soldados y frailes españoles que visitaron esa ciudad a principios del siglo XVI, Cholula era el santuario del dios del viento, Ehécatl, y su templo redondo era visitado por peregrinos procedentes de los diversos rincones de Mesoamérica. Más importante aún, la Relación de Cholula confirma que el poder político de Tollan Chollolan estaba fincado en la tradición preservada por Tula y Chichén Itzá, y originada en Tollan-Teotihuacán, de otorgar en esas capitales los símbolos del señorío y los títulos de nobleza a los jefes de las provincias subalternas.
Figura 16. Fundación del señorío de Coixtlahuaca según el Lienzo de Tlapiltepec. En la parte inferior se narra la salida de la cueva de Chicomóztoc, en cuyo interior se advierte la cabeza de 9 Viento. Sigue luego una peregrinación por varios lugares hasta culminar con la escena de la fundación. |
Figura 17. 9 Viento conversa en el cielo con los dioses creadores, Señor 1 Venado (izquierda) y Señora 1 Venado (derecha). Códice Selden. |
Figura 18. Cuatro sacerdotes acuden a un templo donde se guarda el bulto sagrado de 9 Viento. Códice Selden. |
Figura 19. Los cuatro sacerdotes de la figura anterior toman el bulto sagrado de 9 Viento e inician una peregrinación. El sacerdote que encabeza la marcha carga el envoltorio del dios. Códice Selden. |
ƑPor qué un nombre de tan dilatada tradición y prestigio se cambia al de Quetzalcóatl? Desde los primeros años de la Conquista hay un rejuego de nombres entre el numen de la fertilidad que aparece entre los olmecas y en Teotihuacán, el emblema real de los gobernantes de Tollan, el nombre del rey y sacerdote de Tula y el nombre y los atributos del dios Ehécatl. Esta revoltura es la causa de las grandes confusiones y equívocos que rodean la compleja entidad que la tradición ha llamado mito de Quetzalcóatl. Ante esa mescolanza me he obstinado en deslindar, hasta donde ha sido posible, el nombre, los atributos, las funciones y la iconografía de cada una de esas entidades.
Gracias a ese principio epistemológico, ahora sabemos que el numen de la fertilidad que en los tiempos antiguos aparece con los rasgos de la serpiente emplumada tiene un origen y atributos distintos al emblema real de la Serpiente Emplumada grabado en Teotihuacán, y que a su vez Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl está marcado por los rasgos del fundador y gobernante de Tula, o que el Kukulcán de Yucatán es un guerrero distinguido por orígenes e iconografía propios, y que asimismo Ehécatl posee rasgos, atributos y símbolos que lo separan de esas otras entidades. Quizá la personalidad y el simbolismo de Ehécatl, el dios del viento que interviene en la creación del Quinto Sol, era la más oscurecida por esta mezcla y superposición de nombres. Sin embargo, el análisis anterior muestra que Ehécatl mantuvo su rango de deidad creadora desde la fundación de Tollan-Teotihuacán hasta el derrumbe de Tula. El conocimiento de estas distintas personalidades y símbolos nos permite ahora enfrentar el más intrincado de todos los momentos, el periodo en el que brilla México-Tenochtitlán. Como se verá adelante, en este lugar se empalmaron los númenes y personajes que hasta aquí hemos tratado en forma separada.
Figura 20. Los cuatro sacerdotes llegan al lugar predestinado, depositan ahí el bulto sagrado de 9 Viento y proceden a encender el Fuego Nuevo, actos rituales que acompañan a la fundación del altépetl simbolizado por las serpientes entrelazadas. Códice Selden. |
Figura 21. Esquema del centro actual de Cholula con la localización de la antigua Gran Pirámide (parte inferior izquierda) y el Templo de Quetzalcóatl. |
Figura 22. El centro ceremonial de Cholula pintando en el Mapa de Cuauhtinchan 2. Arriba de los dos personajes se ve |