TOROS

Otra secuela jurídica del 5 de febrero en la México

Pleito entre taurinos: Gertz Manero pide la cárcel para López Betancourt

LUMBRERA CHICO

Miércoles 5 de febrero de 2003. Llena hasta el reloj, la Plaza México, por ese único día, no parece muerta como en verdad lo está. Va a principiar la corrida por el 57 aniversario del coso. Apoyándose en una andadera, debido a una lesión en las piernas, el penalista Eduardo López Betancourt llega a sus barreras de primera fila de Sol en compañía de su esposa. Cuatro filas atrás, en la quinta, escoltado por sus guardaespaldas, se sienta el secretario de Seguridad Pública del gobierno federal, Alejandro Gertz Manero, rebosante de fuerza y salud física.

El festejo, como se sabe, resulta un desastre, agravado por los abusos de la reventa, el empresario Rafael Herrerías y el diestro Enrique Ponce, Horas más tarde, cuando salta a la arena el décimo toro de la tarde, que ya es noche, la señora López Betancourt sugiere a su marido retirarse de la plaza en ese momento "para no toparnos con Gertz a la salida", cuenta el penalista. Entre ambos hay una vieja y apasionada disputa que pocos minutos después dará un salto hacia el escándalo público.

Todo comenzó en diciembre de 1999 cuando, nombrado por Cuauhtémoc Cárdenas, Gertz Manero asume la dirección de la policía del DF. Desde su tribuna en un diario de la ciudad, López Betancourt comenta el hecho con dureza pues, juzga, el nuevo funcionario le parece "inadecuado" para el cargo. Hombre "pasional", como se califica a sí mismo, el jurista inicia una campaña de artículos en contra de Gertz hasta que, "por presiones de éste", afirma, su periódico lo despide. "Pero me di maña de seguir criticándolo en otros medios", agrega.

Desde entonces, "Gertz me ha presentado 17 denuncias penales, por difamación y calumnias en el ámbito local, y cuatro en el federal, de las cuales, Bernardo Bátiz (procurador capitalino) ha ejercido acción penal en cuatro", relata el abogado, para explicar los antecedentes de lo que iba a suceder.

"Al ver que yo me salía, Gertz me siguió hasta el túnel y me mentó la madre. Uno de sus ayudantes me dio un aventón. Al día siguiente, a las 10 de la mañana, presenté una denuncia de hechos ante la PGR, pero no me la admitieron porque, según se me dijo, en ese momento Gertz no estaba en la plaza como funcionario público sino como un simple ciudadano, pues era día feriado", prosigue el quejoso.

"Esa misma tarde Gertz me denunció por lesiones ante la procuraduría del DF. šEl, que es cinta negra y tiene guaruras, dice que yo, que no puedo caminar sin andadera, le puse una golpiza y lo mandé al hospital! Su denuncia fue turnada al juzgado 41 de lo penal. El pasado 18 de marzo, la policía judicial me detuvo cerca del Hospital Inglés y me impuso una fianza de 18 mil pesos. Pero el colmo fue la audiencia que tuvimos el lunes 19 de mayo ante el juez Mauro Morales", comenta subiendo la voz.

Gertz Manero, asegura, "llevó testigos falsos, entre ellos Manuel Mondragón y Kalb, y una bola de gente que se contradecía. Unos decían que lo lastimé en la pierna izquierda, otros en la derecha, pero lo sensacional del caso fue que el mismísimo secretario de Seguridad Pública declaró que a raíz de la golpiza que supuestamente yo le di, estuvo šdos meses hospitalizado!, y que por mi culpa nunca volverá a caminar con normalidad, por lo que está pidiendo para mí cinco años de cárcel y quién sabe cuánto más".

Sin embargo, añade López Betancourt, Gertz Manero "se negó a proporcionar el nombre del hospital donde estuvo tanto tiempo, y llegó al juzgado sin ayuda de muletas o bastón. Yo no sé qué pretende con esta locura, pero estoy seguro que su denuncia no resistirá un mínimo examen cuando, si este juez falla en mi contra, el expediente pase al Tribunal Superior".

Después de escuchar la narración de López Betancourt, este reportero intentó comunicarse con el funcionario aludido, pero no fue posible localizarlo para pedirle su versión.