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México D.F. Lunes 26 de mayo de 2003
José Cueli
El toreo sin toros en crisis...
La chulería, la majeza, la picardía y el beber, beber, de la tradición madrileña durante las fiestas de San Isidro desaparecen de la plaza de toros y se van al estadio de futbol y las fiestas. Ese "algo" cachondo que pensó el célebre Lope de Vega para ser transmitido por los siglos, se va del coso taurino. Sólo se conservan como parte de la tradición los festejos taurinos en franca decadencia.
Corridas van y vienen -diariamente- y nada, o muy poco. Una novillada encastada de ganadería menor y novilleros desbordados, sin saber qué hacer. Unos pases de la firma y trincherilla de Joselito, un volapie de Uceda Leal, y el valor "de ahora o nunca" de algunos chavales... Nada para "alevantar" una fiera que se va por el desfiladero. Nada que dejara huella.
Al igual que en México, los festejos populares se centran en el futbol. Lo mismo que en la Plaza México, la Maestranza de Sevilla, y la Monumental madrileña de las Ventas -salvo el torerismo de Silveti este año no resuenan, ni se conmueven. El jolgorio y vocerío de "aquí por que quiero y allá por que me da la puta gana", al futbol, donde se recrea ese "algo" que pensó el poeta y que ya no se canturrea en el coso de la calle de Alcalá.
El toreo se nos va de entre las manos a los aficionados por falta de toros con casta. Toros de impresionante catadura, pero inválidos, sin fuerzas, rodando por el suelo. No aparece ese toro transfigurado que le vuelva a dar vida y juego popular al toreo. Total, a festinar los taurinos, los "triunfos" resonantes de las figuras en las plazas de provincia, en corridas festivaleras en ocasión de fiestas patronales. šAy! Qué poquitos vamos quedando...
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