México D.F. Lunes 26 de mayo de 2003
Toma posesión el nuevo presidente y propone reconciliar la política con la sociedad
"Propongo una Argentina con todos y para todos": Kirchner
Sabemos adónde no queremos volver, dice Confirma la renovación de la cúpula militar
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 25 de mayo. "Vengo a proponerles un sueño, que es la construcción de la verdad y la justicia; volver a tener una Argentina con todos y para todos", dijo hoy Néstor Kirchner en su discurso ante la Asamblea Legislativa, minutos después de haber jurado como presidente.
El flamante mandatario peronista convocó al país a reconstruir un Estado con políticas de inclusión social, que luche contra la corrupción y que no pague la deuda a costa "del hambre" del pueblo.
Un emocionado Kirchner destacó que "el mercado organiza económicamente, pero no articula socialmente", y defendió un plan de obras públicas como motor de la economía, oponiendo este concepto al del neoliberalismo hegemónico en los 90 y que "las esquematizó como gasto público improductivo.
"En nuestro proyecto ubicamos la idea de construir un capitalismo nacional, movilidad social ascendente, no cerrarse al mundo ni con un nacionalismo ultramontano sino con inteligencia, observación y compromiso con la nación", señaló.
Sobre la presencia del Estado, consideró necesario "encontrar los puntos de sensatos equilibrios", para "reparar las desigualdades sociales, creando posibilidades, salud, vivienda, educación, basado en esfuerzo y trabajo de cada uno".
Buscará ampliar el Mercosur
En política exterior, el ex gobernador de Santa Cruz, de 53 años, se inclinó por las preferencias regionales, y dijo que buscará que el Mercado Común del Sur (Mercosur) sea ampliado a otros países, mientras anticipó una relación "seria, amplia y madura" con Estados Unidos y la Unión Europea.
Ante los legisladores -entre ellos su esposa Cristina- y los líderes extranjeros que llegaron para acompañarlo, como el cubano Fidel Castro, ovacionado a su entrada al Congreso, Kirchner prestó esta tarde juramento y recibió los atributos de mando de Eduardo Duhalde, a quien dio un fuerte abrazo. Todos sus gestos eran informales e incluso apretó fuerte el bastón de mando, tras darle algunos giros, como indicando que no sabía cuál punta iba hacia arriba.
Al hablar sobre el papel del Estado, recordó que éste debe garantizar los derechos constitucionales que establecen entre otros el derecho al trabajo, a una vivienda digna y a la educación, mientras afirmó que "los problemas de la pobreza no se solucionan desde las políticas sociales, sino desde las políticas económicas".
Asimismo, Kirchner anunció su decisión de "construir una nueva legitimidad de las leyes". La seguridad jurídica -subrayó- debe ser para todos, "no solamente para los que tienen poder y dinero".
Tanto ante el Congreso, como luego al tomar juramento a su gabinete en la Casa Rosada, remarcó: "seguiremos siendo lo que siempre fuimos, hombres y mujeres comunes que quieren estar a la altura de las circunstancias, asumiendo con dedicación las responsabilidades que implican la representación del pueblo".
Kirchner -quien proviene del peronismo progresista que tuvo su fuerza en los años 70- aseguró ante el Legislativo que "no somos el proyecto del default (moratoria). Pero tampoco podemos pagar a costa de postergar la educación y la salud de los hijos de los argentinos. Creciendo nuestra economía, crecerá nuestra capacidad de pago de la deuda".
Se comprometió a luchar contra la herencia de pobreza que castiga a 20 millones de los 36 millones de argentinos, defendió el equilibrio fiscal, prometió llevar a la cárcel a los que eluden impuestos -"habrá traje a rayas para los evasores fiscales", advirtió-, y aseguró que luchará contra todo tipo de delito, incluso el de guante blanco y el de las mafias.
Junto a Kirchner asumió la vicepresidencia Daniel Scioli, ex campeón de motonáutica que era funcionario en el gobierno de Duhalde y que será titular provisional del Senado, según marca la Constitución.
Varios analistas consideraron que el discurso de hoy fue uno de los más interesantes desde el retorno de la democracia en 1983, por la propuesta del nuevo mandatario de enfrentar un cambio de manera gradual, después de la debacle de diciembre de 2001 con la renuncia de Fernando de la Rúa, y por las herramientas políticas que propone.
Por lo pronto, Kirchner dio hoy uno de los primeros pasos fuertes, al confirmarse que ordenará este lunes una renovación de la cúpula de las fuerzas armadas, que implicará el retiro de por lo menos 50 militares, en una acción que todos vieron como una demostración de cambios reales.
Para el ex jefe del ejército Martín Balza esto no es una "sobreactuación" de Kirchner, ya que -sostuvo- el camino de la autocrítica iniciado por él mismo al reconocer el papel militar en la dictadura había quedado trunco. Abuelas y Madres de Plaza de Mayo recibieron bien la restructuración, ya que implica el pase a retiro de militares que desempeñaron un papel en la dictadura militar.
Al inicio de su discurso, Kirchner aseguró que "sabemos adónde vamos y adónde no queremos ir o volver", y también mencionó la necesidad de dar vuelta la página de la historia, luego que "el pueblo marcó una fuerte opción de futuro por el cambio (...) La inmensa mayoría de los argentinos queremos lo mismo, aunque pensemos distinto. Nuestro pasado está pleno de fracasos, dolores y enfrentamientos".
Pero "no debemos conformarnos con elegir un nuevo gobierno ni programas para obtener triunfo. Debemos cambiar el paradigma del éxito y el fracaso", consideró.
Sobre la historia reciente, destacó cómo al regreso de la democracia en 1983 la simple alternancia de partidos en el poder era un avance. Sostuvo que en los 90 hubo avances en materia económica, como el control de la inflación, pero la medida del éxito la daban las ganancias, la magnitud de las especulaciones, sin importar la pobreza de la mayoría y el endeudamiento externo, que entonces se triplicó.
Así, "en una práctica que no debe repetirse, era muy difícil distinguir la solución pragmática de la cirugía sin anestesia", sostuvo en alusión a las políticas que llevaron al derrumbe del país.
Rechazo a la pobreza cívica
Ahora el "éxito de la política deberá medirse bajo otros parámetros", pues "un gobierno no debe distinguirse por los discursos de sus funcionarios, sino por las acciones de sus equipos", dijo Kirchner, a quien muchos señalaban como el menos carismático de los candidatos. "Tendremos una conducta sin dobleces para impedir la pobreza cívica. Sólo cuando el gobierno se desentiende del pueblo, la sociedad empobrece moralmente", añadió.
"Hay que reconciliar política y gobierno con la sociedad, y nadie piense que las cosas van a cambiar de un día para otro", advirtió, y en este sentido demandó el compromiso de la sociedad en el cambio.
Además, "rechazamos de plano la identificación entre gobernabilidad e impunidad que algunos pretenden imponer. Gobernabilidad no es ni debe ser sinónimo de impunidad, acuerdos oscuros, manipulación política de las instituciones o pactos a espaldas de la sociedad", añadió el otrora militante de la Juventud Peronista. "Queremos -aseguró el ahora presidente- ser la generación de la movilidad y el cambio social y moral."
La gente, en las calles, está mostrando la actitud del cambio, declara a La Jornada
Entre abrazos y gritos de "švamos Néstor!" llega Kirchner a la Casa Rosada
"Argentina debe dejar atrás los dolores y refundarse, pero nada será de un día a otro", señala
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires 25 de mayo. El hombre que llegó del sur, de la Patagonia, para ocupar la presidencia argentina, rompió este domingo con todos los protocolos, a tal punto que terminó con una leve herida en la frente al traspasar las vallas de seguridad.
Néstor Kirchner hizo el recorrido del Congreso a la Plaza de Mayo, frente a la cual se encuentra la sede del gobierno, en un automóvil propio, rechazando el descapotado que usaron todos los presidentes anteriores. Repentinamente, 200 metros antes de llegar a la Casa Rosada se bajó del automóvil para saludar a miles de personas, muchas de las cuales le gritaban "šFuerza!", o "šVamos, Néstor!" Entonces una nube de fotógrafos lo rodeó, y al parecer lo golpearon con una cámara, pero el nuevo mandatario restó importancia al incidente y continuó abrazando a la gente.
Desde temprana hora se veían banderas argentinas por todas partes, mientras llegaban desde los alrededores de Buenos Aires militantes peronistas para acompañar la llegada de Kirchner y despedir a Eduardo Duhalde. Frente al Congreso pudieron verse pancartas con las figuras de Juan Domingo y Evita Perón, de Duhalde, de Kirchner, pero también algunas que unían a Fidel Castro y Hugo Chávez bajo la leyenda: "Viva la unidad de América Latina", y otras donde se veían los rostros de los presidentes cubano y venezolano con el mensaje de: "Viva la América morena". También el presidente de Brasil, el ex obrero Luiz Inacio Lula Da Silva, estuvo en las pancartas.
Al paso de las horas, la euforia fue creciendo y, como en los tiempos de las manifestaciones de las asambleas de barrio surgidas después del levantamiento popular de diciembre del 2001, muchas familias se volcaron a las calles por donde iba a pasar Kirchner, aunque muchos no eran militantes peronistas. Esa fue una de las sorpresas del día.
Al salir de su casa, Kirchner dialogó brevemente con este diario: aseguró que Argentina "está mostrando, con la actitud de la gente en las calles, el espíritu de cambio. También lo estamos viendo en América Latina". Confesó que le parecía increíble vivir estos momentos, "donde podemos llevar adelante los viejos sueños, que comparto con muchos que ya no están.
"Argentina debe dejar atrás los dolores, refundarse. Tenemos que integrar el país que han desintegrado. Como se necesita integrar a América. En el camino hacia este momento quedaron muchos de aquellos que lo dieron todo para que eso sucediera, yo tengo un compromiso con ellos y con el país. No es fácil y nada se hará de un día para otro", mencionó.
Kirchner vestía con elegancia, pero sin lujo. Atrás quedaron los costosos trajes Armani, las corbatas de 3 mil dólares de los años de gobierno de Carlos Menem (1989-1999), el peronista que se erigió en abanderado del neoliberalismo. La senadora Cristina Fernández de Kirchner, esposa del mandatario, la cual se define no como primera dama, sino como "primera ciudadana", lucía elegante en un traje blanco, pero sin ostentaciones. No acompañó a su esposo en la ceremonia, sino que la observó desde su banca en el Senado. Nada de "farándulas", había dicho Kirchner. A la ceremonia asistió su madre, una telegrafista chilena de origen croata que enamoró al padre del presidente usando el alfabeto Morse.
No faltó el bombo peronista resonando, pero todo transcurrió con tranquilidad este día, que ofreció una imagen tan distante de aquellas horas del 19 y 20 de diciembre de 2001, cuando la multitud en Plaza de Mayo enfrentó una represión brutal que dejó varios muertos.
El mandatario saliente Eduardo Duhalde, elegido por la Asamblea Legislativa tras el desfile de presidentes que siguió a la caída de Fernando de la Rúa, recibió también muchas muestras de simpatía, y recibió abrazos de Lula, Fidel Castro, Hugo Chávez y Alejandro Toledo, entre otros. De los invitados a la toma de posesión, entre los que estuvo también el príncipel Felipe de España, el que pareció más lejano fue el presidente uruguayo, Jorge Batlle, quien nunca ocultó su preferencia por Menem.
Este día, además de la conmemoración de un nuevo aniversario de la revolución de mayo de 1810, tenía otra connotación que Kirchner destacó: "Yo estaba en la Plaza de Mayo cuando hace 30 años llegaba Héctor Cámpora al poder. Y lo vivimos con una gran esperanza, aunque había muchos peligros latentes". Cámpora, peronista progresista y delegado personal de Juan Domingo Perón, asumió el 25 de mayo de 1973, y allí estuvo Salvador Allende, el presidente constitucional chileno derrocado por la dictadura pinochetista, como recordó también el presidente chileno Ricardo Lagos.
En la noche, otra vez un peronista saludó desde la Casa Rosada. Kirchner y su vicepresidente, Daniel Scioli, junto a sus esposas e hijos decidieron salir al balcón de la sede de gobierno, ante miles de manifestantes que los esperaban sin importar el frío, entre ellos muchos no peronistas que sin embargo son parte de ese 70 por ciento de argentinos que según los sondeos cree que este nuevo mandatario puede iniciar otra etapa en este castigado país.
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