.. |
México D.F. Viernes 23 de mayo de 2003
Horacio Labastida
La carta de Robert
Sirvan estas reflexiones como acuse de recibo de la epístola que me envió un estadunidense de origen mexicano, con motivo del artículo que escribí la semana pasada en La Jornada.
Robert es un joven de 23 años que ha hecho todo lo posible por conservar la cultura que le transmitieron sus padres desde que llegaron a California. Admira tanto la noble historia de Estados Unidos como la de México, y cuando piensa en los libertadores Jefferson, Hamilton, Washington y Lincoln, me dice, recuerda a Hidalgo, Morelos, Juárez y Lázaro Cárdenas, pues está convencido de que el gran humanismo que palpita en el corazón del pueblo estadunidense es igual al fervor espiritual que anima la grandeza de México. Estas convicciones lo llevaron a escribirme y preguntarme por qué existe en Estados Unidos el impulso belicoso que la precipita a invasiones, ocupaciones y a masacrar poblaciones enteras, sin misericordia.
En todo su texto Robert se muestra opuesto a las armas, al terrorismo y a las guerras genocidas, y desea entender en profundidad las causas del belicismo bárbaro y feroz que asesina familias cuando su gobierno las transforma perversamente en objetivos militares. Al final de sus notas vuelve a la interrogación: Ƒes el régimen capitalista la raíz que convierte al mundo en un infierno?
En 1980, William Appleman Williams publicó un importante estudio sobre cómo el imperio que connota el Tío Sam es una forma de vida, es decir, el autor de Empire as Way of Life (Oxford University Press, traducido por Fondo de Cultura Económica hacia 1989) señala sin más que el ser imperial como modo de vida "es la combinación de normas de pensamiento y acción que, a medida que se vuelve habitual y se institucionaliza, define el empuje y el carácter de una cultura y una sociedad"; y para mayor nitidez recurre a las explicaciones de un sociólogo que no cita, a saber: el modo de vida es la estabilización de un conjunto de conceptos que se conservan con gran cuidado y que "llevan al convencimiento de que nuestra propia conciencia personal es el mundo". Hacer del imperio un modo de vida connota enarbolar la verdad única y declarar herejes imperdonables a los que la nieguen, la pongan en duda o la eludan, porque el imperio comprende dominio y hegemonía sobre los demás, o sea, un arquetipo inobjetable, incanjeable, que define la verdad y el bien para todos sin excepción, en el supuesto de que la verdad y el bien han sido definidos por clases superiores, que para existir y reproducirse necesitan mantener la vigencia e inviolabilidad de las categorías arquetípicas, acudiendo a todas las tácticas a su alcance, desde el mandamiento impositivo hasta la opresión militar. Esto es lo que trata de explicar el profesor Williams cuando asevera que el imperio es modo de vida en USA.
No se trata sólo de una intelectualización de lo que es Estados Unidos, no, la teoría debe comprobarse con la historia. Siguiendo a James D. Cockcroft en su América Latina y Estados Unidos (Siglo XXI, 2001; la segunda edición en inglés es de 1996), y de otros textos más, fácil es descorrer los telones que ocultan las muchas iniquidades que han sufrido las naciones al sur del río Bravo. Con sobrada razón Cockcroft trae en su libro este epígrafe de Simón Bolívar: "Estados Unidos parece estar destinado por la Providencia para atormentar a América con miseria en nombre de la libertad". Si usted cambia Providencia por corporaciones multinacionales, verá las cosas sin brumas ni tinieblas.
Ahora echemos mano de algunos hechos históricos. México fue víctima de la guerra de Texas (1835), de la que le arrebató más de la mitad del territorio (1846-48), de la ocupación de Veracruz en 1914, y de otros atropellos como la despótica persecución de Pershing contra Villa, en 1916. Cuba sufrió la Enmienda Platt (1901), que privó de soberanía a la naciente república, y sufre hasta la fecha persecuciones condenables e ilegítimas por haberse liberado del imperio. Antes de firmarse entre España y el Tío Sam el tratado de París, que transmitió Puerto Rico a este último, las tropas estadunidenses ya habían ocupado la costa sur de la isla; hasta la fecha Puerto Rico sobrevive como Estado Asociado a la Unión Americana. La historia del Canal de Panamá es bien conocida: Estados Unidos lo tomó para sí y a la fecha es una zona de influencia de la Casa Blanca. La misma dominación existe en Haití, la Dominicana, en la derrotada Nicaragua sandinista y en los demás países de Centroamérica y Sudamérica, dependientes en lo material y en lo político. El asesinato de Salvador Allende en 1973 y la supeditación de la actual Colombia al poder norteño muestran lo que es y ha sido el imperialismo estadunidense en el nuevo continente y en otras regiones del planeta: Yugoslavia, Afganistán, Irak, Palestina...
Ahora bien, se pregunta Robert, Ƒcuáles son los motivos que impulsan a Estados Unidos a una guerra sin límites y sin razones? La ley esencial del capitalismo viejo o nuevo, competitivo o trasnacional, es la obtención de ganancias y la acumulación de los capitales. Si esto no ocurre, el capitalismo y sus altas burocracias gubernamentales dejan de existir, y para evitarlo usan todas las estrategias sin importar la moral ni la humanidad. Hacer del hombre un no hombre es una de estas estrategias.
|