El filme se inscribiría en el programa Memoria del Mundo de la UNESCO: Joie Springer

Los olvidados, en la antesala para ser Patrimonio de la Humanidad

La colección fotográfica de Hugo Brehme y unos libros del siglo XVI también son postulados

Perder la riqueza documental implicaría ''un empobrecimiento de la herencia'' universal, dice

ANGEL VARGAS

El largometraje Los olvidados, de Luis Buñuel, en su versión original de nitrato, es una de los tres obras de origen mexicano que a partir de este año podrían quedar inscritas en el programa Memoria del Mundo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y así adquirir el estatus de Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Los otros dos son la colección fotográfica de Hugo Brehme, perteneciente a la Fototeca de Pachuca, y una serie de libros del siglo XVI resguardada en la Biblioteca Nacional.

Lo anterior fue adelantado por la responsable de los Archivos Audiovisuales del Programa Memoria del Mundo, Joie Springer, quien precisó que si esa instancia de la UNESCO emite un fallo favorable a las tres postulaciones, México estaría representado en ese acervo con seis materiales.

En 1997 fueron registradas la colección de códices mexicanos de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia y los códices del marquesado del Valle de Oaxaca, así como el códice Techaloyan de Cuajimalpa.

Inaplazable registro digital

Originaria de Barbados, Joie Springer está en México invitada por el segundo Seminario Nacional de Archivos Sonoros y Audiovisuales que se efectúa en el Centro Nacional de las Artes.

Entrevistada, señala que no obstante los esfuerzos de gobiernos e instancias internacionales, el patrimonio de tipo documental está hoy día en grave riesgo de perderse de manera irrecuperable.

''Millones de libros, manuscritos, periódicos, fotografías y grabaciones históricas; millones de películas, de cintas de audio y video, así como discos -expresa- están a punto de desaparecer. Estos documentos representan la memoria de la humanidad y su pérdida sería un empobrecimiento de la herencia del mundo."

Ejemplifica con el caso de los materiales de tipo sonoro y audiovisual, de los cuales la UNESCO estima que hay más de 200 millones de registros que deben ser transferidos a soporte digital antes de que desaparezcan.

Inconsciencia social y oficial

De acuerdo con la funcionaria, la ignorancia y la inconsciencia social, y en algunos casos gubernamental, son las causas principales de que ese acervo cultural esté en peligro de extinción.

''El principal obstáculo al que debemos enfrentarnos es la falta de una conciencia sobre el valor de este tipo de acervo (el documental). Lo que se tiene que hacer en primera instancia, entonces, es reconocer y sensibilizar a las personas sobre la importancia de este material como parte de la riqueza cultural de la humanidad", indica.

Fue a principios de la década de los 80 cuando la UNESCO tomó conciencia de ese ingente problema y en 1982 instauró el programa Memoria del Mundo para salvaguardar esta herencia cultural y hacerla accesible a todas las personas del mundo, mediante reproducciones en Internet, sean de registros sonoros y/o visuales.

Entre las líneas de acción que desarrolla el programa se encuentran: sensibilizar al público en general y crear políticas de conservación; emitir recomendaciones de estándares y guías para la preservación de documentos audiovisuales, y desarrollar proyectos para la salvaguarda de diferentes tipos de patrimonio.

Además, organizar programas de formación y capacitación con especialistas y contribuir al desarrollo de productos auspiciados por esa instancia de la UNESCO.

Memoria del Mundo, explica Springer, tiene tres categorías: nacional, regional e internacional, y es esta última la que abarca los documentos considerados Patrimonio del Mundo.

Esa lista tiene 69 registros de todo el planeta, entre colecciones de libros y archivos, música, películas y manuscritos.

Algunos de esos registros son la partitura original de la Novena sinfonía de Beethoven; archivos de Goethe y Schiller, una biblia impresa por Gutenberg y la película Metrópolis.

Las tres obras postuladas por México para ser inscritas en Memoria del Mundo forman parte de una lista de 40 documentos de 24 países.