EL ECO Y LA SOMBRA

Ricardo Yáñez

Estilo

QUE ESTILO NO es modo, sino esencia -sino esencia esencial, exageremos-, que estilo no es modo sino destilación, decantamiento, encantamiento con la pura forma de lo que forma, lo que llamamos o se llama forma, no puede en rigor tener, lo veo en el hecho de que (lo veo como un hecho) Dios puede tener representación a pesar de que bien sabemos no puede tenerla. De ahí que no del todo me convenzan los poemas poéticos, ni los poemas sobre la poesía, metapoéticos, frecuentemente embebidos con el parecido con lo poético más que en lo poético absortos. Alelados en el estilo de la poesía o del poeta mismo y no asombrados con la poesía ni con la esencia -esencial, insistamos traviesos- de ese mismo poeta.

DIOS PUEDE TENER representación (no estoy seguro de qué ejemplo eficiente poner, pero de que los hay los hay; buena representación, digo) y parece ha tenido buenos representantes, los santos, así pequen siete veces al día. Pero nadie en sus cabales confundirá lo Uno con lo otro (se llega a lo Uno, y en llegando a lo Uno uno se es con él, pero en vida uno es uno, lo otro, no Uno).

LA FUSION, COMO intermitente, como por gracia infusa, independiente de la voluntad, del estilo y la esencia, es lo que con el estilo se pretende (o, acaso mejor dicho, de donde el estilo viene; de ahí su búsqueda: la búsqueda del estilo sería la búsqueda, no más, no menos, de esa fusión). La búsqueda del estilo (ya se sabe que estilo viene de punzón) es la búsqueda de lo que punzante nos nombra, nos describe, nos escribe, nos dice y habla y da destino -sentido.

NO ES LA llaneza ni la complejidad de un estilo lo que le da valor. Lo que le da valor es el sentido ínsito, connatural en él. ''Este estilo es sentido, Ƒlo sientes?, dona sentido, síguelo", parece que nos dice el buen encuentro con el estilo. ''Este estilo no es estilo, sino esencia, esencia de sentido". Tal el sentido esencial de todo estilo.

TENGO, VOY A cambiar un poco, demasiadas opiniones, me he dado cuenta. Y el que tiene demasiadas opiniones debe en principio resignarse a perder el estilo, también me he dado cuenta. ƑCómo es que dándome cuenta de ello persisto en el error?

SITUO ESTE descoyuntamiento discursivo aquí debido a que, duda no hallo en ello, siendo que ya había terminado de hablar -inmediatamente antes del párrafo anterior-, debí, para llenar el espacio asignado, seguir hablando. Disciplina obliga. Pero eso es hablar de más, incurrir en la demasía, en lo de más, en lo demasiado.

ƑY ESTO QUE tiene que ver con lo que nos ocupa u ocupaba? Estilo, siendo siempre demasía, es una demasía que nunca está de más, que, aun cuando desbordada sabe no ser incontintente respecto de la esencia. Estilo es norma de libertad en pro no de la norma sino de libertad, es decir de la Ley, esa Ley que es origen, causa final y razón de vida (que todo lo que de la vida no venga a darnos razón, que todo aquello que la vida no nombre -la poesía, por ejemplo- no es esencia, sentido ni poesía; un estilo sin eso es o vicio o pobreza de juicio: no es estilo).

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